Presentación

Este blog está realizado con el objetivo de divulgar conocimientos sobre filosofía, ciencia, sociedad, política y espiritualidad en un intento de unir estas disciplinas que en la actualidad se estudian por separado. Continuar leyendo la presentación

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martes, 24 de junio de 2014

¿Qué es la Matrix?


Todos hemos visto la película de ciencia ficción protagonizada por Keanu Reeves, Matrix.



Y se habla en muchos foros sobre el significado poético de la película, a menudo ligado con las teorías de la conspiración, que vivimos en una mentira programada, etc.

Pero, ¿eso es todo? ¿El concepto de la Matrix o mundo de las apariencias es nuevo en la película?

No.

¿Qué tiene que ver la realidad virtual que se podría crear con la tecnología informática con el mundo que ven nuestro ojos?

Matrix es Maya, el velo de la realidad tridimensional de la cultura hinduísta. La mayoría de los mortales vive atrapado en Maya, y solo los que han alcanzado la iluminación espiritual son capaces de rasgar su velo para ver más allá, alcanzar las dimensiones superiores, conectarse con el mundo onírico y del inconsciente humano.

¿Pero por qué se usa en la ciencia ficción la metáfora de los ordenadores, cuando estamos hablando de un concepto tan antiguo como el hinduísmo?

Para entender la película Matrix hay que tener en cuenta que no es la primera película en tratar este tema. El concepto de la Maya unido a la realidad virtual de los ordenadores lo inicia el escritor de ciencia ficción William Gibson en su novela Neuromante en el año 84.

Y hay que ver la película de anime japonesa Ghost in the Shell realizada diez años antes de Matrix para entender ciertos conceptos cruciales. La impresionante robot de última generación nos sorprende con unos misteriosos diálogos filosóficos sobre la materia...


Pero de momento volvamos a Neuromante... La novela está escrita en la época de resaca del auge de los alucinógenos que caracterizaron los años sesenta y setenta. De hecho, el programador informático protagonista se mete de todo...

Aquí enlazo con el post sobre psicodélicos, y también con la teoría de los campos morfogenéticos de este post, con la teoría de los arquetipos mentales de Carl Gustav Jung, y con el concepto de las dimensiones superiores que explicarían los misterios en la física cuántica que trato en este post.

¿Y por qué la realidad virtual, si estamos hablando de algo tan antiguo como los estados alterados de conciencia, hinduísmo o misticismo? ¿Qué tiene que ver esto con las nuevas tecnologías de la información?

Nada.

¿Y entonces por qué se usa la realidad virtual para hablar sobre el más allá? Vayamos por partes:

Como he dicho, estamos hablando de campos mentales, de información, de inconsciente colectivo.

INFORMACIÓN

La realidad virtual de los computadores es una metáfora para referirse a la red mental(no informática) que interconecta a todos los seres humanos.

¿Matrix es Internet?
No.

Pero aquí viene el punto complicado, amigos, pues la red de información de Internet puede servir de puente entre la mente consciente de los humanos y la que se esconde tras el velo de Maya... ;) stay tunned...


Cuando el miedo llegó, fue como un amigo a medias olvidado. No el frío y rápido mecanismo paranoico de la dextroamfetamina, sino, simple miedo animal. Hacía tanto tiempo que vivía en un filo de constante ansiedad que casi había olvidado lo que era el miedo verdadero.

Neuromante, pag 29

Creo que estás jodido, Case. Aparezco y directamente me encajas en tu visión de la realidad.

Neuromante, pag 38



Friedrich Nietzsche, El Nacimiento de la Tragedia, capítulo uno:

Mucho es lo que habremos ganado para la ciencia estética cuando hayamos llegado no sólo a la intelección lógica, sino a la seguridad inmediata de la intuición de que el desarrollo del arte está ligado a la duplicidad de lo apolíneo y de lo dionisíaco: de modo similar a como la generación depende de la dualidad de los sexos, entre los cuales la lucha es constante y la reconciliación se efectúa sólo periódicamente. Esos nombres se los tomamos en préstamo a los griegos, los cuales hacen perceptibles al hombre inteligente las profundas doctrinas secretas de su visión del arte, no, ciertamente, con conceptos, sino con las figuras incisivamente claras del mundo de sus dioses. Con sus dos divinidades artísticas, Apolo y Dioniso, se enlaza nuestro conocimiento de que en el mundo griego subsiste una antítesis enorme, en cuanto a origen y metas, entre el arte del escultor, arte apolíneo, y el arte no-escultórico de la música, que es el arte de Dioniso: esos dos instintos tan diferentes marchan uno al lado de otro, casi siempre en abierta discordia entre sí y excitándose mutuamente a dar a luz frutos nuevos y cada vez más vigorosos, para perpetuar en ellos la lucha de aquella antítesis, sobre la cual sólo en apariencia tiende un puente la común palabra «arte»: hasta que, finalmente, por un milagroso acto metafísico de la «voluntad» helénica, se muestran apareados entre sí, y en ese apareamiento acaban engendrando la obra de arte a la vez dionisíaca y apolínea de la tragedia ática.

Para poner más a nuestro alcance esos dos instintos imaginémonoslos, por el momento, como los mundos artísticos separados del sueño y de la embriaguez; entre los cuales fenómenos fisiológicos puede advertirse una antítesis correspondiente a la que se da entre lo apolíneo y lo dionisíaco. En el sueño fue donde, según Lucrecio, por vez primera se presentaron ante las almas de los hombres las espléndidas figuras de los dioses, en el sueño era donde el gran escultor veía la fascinante estructura corporal de seres sobrehumanos, y el poeta helénico, interrogado acerca de los secretos de la procreación poética, habría mencionado asimismo el sueño y habría dado una instrucción similar a la que da Hans Sachs en Los maestros cantores:

Amigo mío, ésa es precisamente la obra del poeta,
el interpretar y observar sus sueños.
Creedme, la ilusión más verdadera del hombre
se le manifiesta en el sueño:
todo arte poético y toda poesía
no es más que interpretación de sueños que dicen la verdad.

La bella apariencia de los mundos oníricos, en cuya producción cada hombre es artista completo, es el presupuesto de todo arte figurativo, más aún, también, como veremos de una mitad importante de la poesía. Gozamos en la comprensión inmediata de la figura, todas las formas nos hablan, no existe nada indiferente ni innecesario. En la vida suprema de esa realidad onírica tenemos, sin embargo, el sentimiento traslúcido de su apariencia: al menos ésta es mi experiencia, en favor de cuya reiteración, más aún, normalidad, yo podría aducir varios testimonios y las declaraciones de los poetas. El hombre filosófico tiene incluso el presentimiento de que también por debajo de esta realidad en que nosotros vivimos y somos yace oculta una realidad del todo distinta, esto es, que también aquélla es una apariencia: y Schopenhauer llega a decir que el signo distintivo de la aptitud filosófica es ese don gracias al Cual los seres humanos y todas las cosas se nos presentan a veces como meros fantasmas o imágenes oníricas. La relación que el filósofo mantiene con la realidad de la existencia es la que el hombre sensible al arte mantiene con la realidad del sueño; la contempla con minuciosidad y con gusto: pues de esas imágenes saca él su interpretación de la vida, mediante esos sucesos se ejercita para la vida. Y no son sólo acaso las imágenes agradables y amistosas las que él experimenta en sí con aquella inteligibilidad total: también las cosas serias, oscuras, tristes, tenebrosas, los obstáculos súbitos, las bromas del azar, las esperas medrosas, en suma, toda la «divina comedia» de la vida, con su Inferno, desfila ante él, no sólo como un juego de sombras - pues también él vive y sufre en esas escenas - y, sin embargo, tampoco sin aquella fugaz sensación de apariencia; y tal vez más de uno recuerde, como yo, haberse gritado a veces en los peligros y horrores del sueño, animándose a sí mismo, y con éxito: «¡Es un sueño! ¡Quiero seguir soñándolo!». Así me lo han contado también personas que fueron capaces de prolongar durante tres y más noches consecutivas la causalidad de uno y el mismo sueño: hechos estos que dan claramente testimonio de que nuestro ser más íntimo, el substrato común de todos nosotros, experimenta el sueño en sí con profundo placer y con alegre necesidad.

Esta alegre necesidad propia de la experiencia onírica fue expresada asimismo por los griegos en su Apolo: Apolo, en cuanto dios de todas las fuerzas figurativas, es a la vez el dios vaticinador. Él, que es, según su raíz, «el Resplandeciente», la divinidad de la luz, domina también la bella apariencia del mundo interno de la fantasía. La verdad superior, la perfección propia de estos estados, que contrasta con la sólo fragmentariamente inteligible realidad diurna, y además la profunda consciencia de que en el dormir y el soñar la naturaleza produce unos efectos salvadores y auxiliadores, todo eso es a la vez el analogon simbólico de la capacidad vaticinadora y, en general, de las artes, que son las que hacen posible y digna de vivirse la vida. Pero esa delicada línea que a la imagen onírica no le es lícito sobrepasar para no producir un efecto patológico, ya que, en caso contrario, la apariencia nos engañaría presentándose como burda realidad - no es lícito que falte tampoco en la imagen de Apolo: esa mesurada limitación, ese estar libre de las emociones más salvajes, ese sabio sosiego del dios-escultor. Su ojo tiene que ser «solar», en conformidad con su origen; aun cuando esté encolerizado y mire con malhumor, se halla bañado en la solemnidad de la bella apariencia. Y así podría aplicarse a Apolo, en un sentido excéntrico, lo que Schopenhauer dice del hombre cogido en el velo de Maya. El mundo como voluntad y representación, I, p. 416: «Como sobre el mar embravecido, que, ilimitado por todos lados, levanta y abate rugiendo montañas de olas, un navegante está en una barca, confiando en la débil embarcación; así está tranquilo, en medio de un mundo de tormentos, el hombre individual, apoyado y confiando en el principium individuationis [principio de individuación] ». Más aún, de Apolo habría que decir que en él han alcanzado su expresión más sublime la confianza inconclusa en ese principium y el tranquilo estar allí de quien se halla cogido en él, e incluso se podría designar a Apolo como la magnífica imagen divina del principium individuationis, por cuyos gestos y miradas nos hablan todo el placer y sabiduría de la «apariencia», junto con su belleza. En ese mismo pasaje nos ha descrito Schopenhauer el enorme espanto que se apodera del ser humano cuando a éste le dejan súbitamente perplejo las formas de conocimiento de la apariencia, por parecer que el principio de razón sufre, en alguna de sus configuraciones, una excepción. Si a ese espanto le añadimos el éxtasis delicioso que, cuando se produce esa misma infracción del principium individuationis, asciende desde el fondo más íntimo del ser humano, y aun de la misma naturaleza, habremos echado una mirada a la esencia de lo dionisíaco, a lo cual la analogía de la embriaguez es la que más lo aproxima a nosotros. Bien por el influjo de la bebida narcótica, de la que todos los hombres y pueblos originarios hablan con himnos, bien con la aproximación poderosa de la primavera, que impregna placenteramente la naturaleza toda, despiértanse aquellas emociones dionisíacas en cuya intensificación lo subjetivo desaparece hasta llegar al completo olvido de sí. También en la Edad Media alemana iban rodando de un lugar para otro, cantando y bailando bajo el influjo de esa misma violencia dionisíaca, muchedumbres cada vez mayores: en esos danzantes de san Juan y san Vito reconocemos nosotros los coros báquicos de los griegos, con su prehistoria en Asia Menor, que se remontan hasta Babilonia y hasta los saces orgiásticos. Hay hombres que, por falta de experiencia o por embotamiento de espíritu, se apartan de esos fenómenos como de «enfermedades populares», burlándose de ellos o lamentándolos, apoyados en el sentimiento de su propia salud: los pobres no sospechan, desde luego, qué color cadavérico y qué aire fantasmal ostenta precisamente esa «salud» suya cuando a su lado pasa rugiendo la vida ardiente de los entusiastas dionisíacos.

Bajo la magia de lo dionisíaco no sólo se renueva la alianza entre los seres humanos: también la naturaleza enajenada, hostil o subyugada celebra su fiesta de reconciliación con su hijo perdido, el hombre. De manera espontánea ofrece la tierra sus dones, y pacíficamente se acercan los animales rapaces de las rocas y del desierto. De flores y guirnaldas está recubierto el carro de Dioniso: bajo su yugo avanzan la pantera y el tigre. Transfórmese el himno A la alegría de Beethoven en una pintura y no se quede nadie rezagado con la imaginación cuando los millones se postran estremecidos en el polvo: así será posible aproximarse a lo dionisíaco. Ahora el esclavo es hombre libre, ahora quedan rotas todas las rígidas, hostiles delimitaciones que la necesidad, la arbitrariedad o la «moda insolente» han establecido entre los hombres.

Ahora, en el evangelio de la armonía universal, cada uno se siente no sólo reunido, reconciliado, fundido con su prójimo, sino uno con él, cual si el velo de Maya estuviese desgarrado y ahora sólo ondease de un lado para otro, en jirones, ante lo misterioso Uno primordial. Cantando y bailando manifiéstase el ser humano como miembro de una comunidad superior: ha desaprendido a andar y a hablar y está en camino de echar a volar por los aires bailando. Por sus gestos habla la transformación mágica. Al igual que ahora los animales hablan y la tierra da leche y miel, también en él resuena algo sobrenatural: se siente dios, él mismo camina ahora tan estático y erguido como en sueños veía caminar a los dioses. El ser humano no es ya un artista, se ha convertido en una obra de arte: para suprema satisfacción deleitable de lo Uno primordial, la potencia artística de la naturaleza entera se revela aquí bajo los estremecimientos de la embriaguez. El barro más noble, el mármol más precioso son aquí amasados y tallados, el ser humano, y a los golpes de cincel del artista dionisíaco de los mundos resuena la llamada de los misterios eleusinos: «¿Os postráis, millones? ¿Presientes tú al creador, oh mundo?». -








martes, 13 de mayo de 2014

¿Cómo se escribe?

De todo lo escrito yo amo sólo aquello que alguien escribe con su sangre. Escribe tú con sangre: y te darás cuenta de que la sangre es espíritu. -Nietzsche, Así habló Zaratustra(Del leer y el escribir).


sábado, 9 de noviembre de 2013

Los Nuevos Arquetipos Jungianos

Por su importancia crucial y gran impacto en la cultura e historia del S.XX, por su carácter ineludiblemente trágico al más puro estilo de las antiguas tragedias y mitologías griegas, por simbolizar unos patrones de comportamiento que se han ido sucediendo desde hace años en muchas personas alrededor del mundo, voy a elevar a la categoría de Dioses de la Noosfera(inconsciente colectivo en terminología jungiana) a los siguientes personajes:


Buenaventura Durruti o Libertad a Muerte:












Anarquista por excelencia, fue líder indiscutible del movimiento anarquista revolucionario durante la Guerra Civil Española, el periodo álgido de este movimiento. Simboliza la libertad hasta sus últimas consecuencias. Murió de un disparo de sus compatriotas anarquistas al intentar Durruti forzarlos a luchar en una batalla contra las fuerzas fascistas. No sobrevivió la Guerra Civil Española.


Adolf Hitler o La Ira:












Simboliza la ira más poderosa que jamás haya existido en la faz de la tierra. Simboliza la rebelión violenta contra la moral judeocristiana y contra el poder de la banca internacional. Es la locura irracional que movilizó a una Alemania humillada y empobrecida por la derrota en la primera guerra mundial. Después de provocar una guerra con sesenta millones de víctimas humanas y aceptar la derrota, se suicida de un tiro en la cabeza.



Sigmund Freud o El Superego:













Judío que crea una nueva religión racionalista llamada psicoanálisis, que se basa en el estudio de la psique humana desde la perspectiva de la ciencia positivista pre-relativista. Como todos los judíos, desprecia el arte y la mujer.


Alfred Einstein o El Científico Loco:












También Judío, tiene la inspiración un día y decide cambiar la constante del tiempo por la de la velocidad de la luz. Ello conlleva la teoría de la relatividad, que mediante formulaciones matemáticas se deducen consecuencias que ni el mismo Einstein puede aceptar por culpa de sus creencias religiosas. Simboliza la contradicción final del ideal ascético judeocristiano, vencido por su hijo, el cientifismo racionalista. Sus desubrimientos sirven para que los Estados Unidos lanzen la primera bomba atómica sobre población civil.



Gala Dalí o La Supermujer:















Mujer que se apodera de la mente de un pintor paranoico llamado Salvador Dalí, y le hace pintar lo que ella quiere. En el fondo es la antigua Tetis, que quiere subir a la superficie a respirar un poco de aire. Es Gea, la madre Tierra vilipendiada por la moral judeocristiana, y quiere también su venganza. Pero ella es mujer y un poco tímida, así que de momento se lo calla.



Jigoro Kano o El Zen:














Recoje la herencia de los samuráis zen y la adapta para las sociedades modernas industrializadas creando un deporte que ya es universal, el judo. Aunque en apariencia sea belicista, él solo es taoísta, es decir, usa la lucha para conseguir la paz y la armonía. Su postura abierta contra el imperialismo japonés provoca su muerte en circunstancias misteriosas, y al vencer la guerra los Estados Unidos, únicamente sobrevive el judo deportivo habiéndose eliminado la vertiente zen y de autorealización que defendió en su vida.


Y es que aquí hay nuevo-mitología jungiana para rato...

viernes, 8 de noviembre de 2013

Los Miedos de la Luna


Ya introduje en el anterior post los trabajos de Robert Graves sobre la mitología griega. Se sabe que en las culturas primitivas, la sociedad era matriarcal, es decir, la mujer ostentaba el poder.

La explicación a este fenómeno cultural por parte de la ciencia racionalista, positivista y machista, es la supuesta ignorancia sobre la paternidad de los hijos. Se supone que los primeros humanos no relacionaban copulación con embarazo, y atribuían el nacimiento de los hijos al viento, a los dioses...

Me estoy aguantando la risa al escribir esto. ¿Qué va a decir una ciencia, unas universidades con valores masculinos racionalistas sobre esta evidencia? En la universidad no se sabe qué es una mujer. Ni en psicología, en donde veneran a una persona, Freud, que argumenta toda la psicología humana entorno al complejo de Edipo, en el supuesto instinto del niño de matar a su padre y ocupar su lugar...

¿Qué van a decir las universidades entonces, sobre ésto?




Incluso las mujeres que llegan a profesoras de universidad en el fondo saben que aquello es una inmensa bola de mierda pinchada en un palo, pero són listas. Saben dónde está el poder, y se lo callan.

Que el hombre no sepa distinguir su descendencia es una cosa. Pero esto no quiere decir que la mujer no sepa perfectamente la identidad del padre.

En la antigua Grecia sucedió algo único que marcó la antiguedad. Los pueblos arios del norte invadieron el territorio griego. Los pueblos del norte eran patriarcales, y en la Grecia primitiva tadavía tenían mucho poder las estructuras matriarcales. Se impuso el patriarcado, Zeus por encima de todos los dioses, peró se permitió seguir funcionando los cultos de las divinidades matriarcales. Véase sinó el mito de Atenea, que según Robert Graves es el resultado de la invasión de las culturas patrarcales.

Zeus se come a Metis y luego siente un agudo dolor de cabeza. De ella sale Atenea.

Metis Representa el culto matriarcal, que después de la invasión se convierte en Atenea que, siendo todavía una diosa muy poderosa, ahora es hija del padre Zeus.

De esta forma vemos como en la Grecia clásica conviven matriarcado con patriarcado, aunque el primero esté ya bajo la tutela del segundo. Pero la mujer conserva su poder femenino; ver sinó todas las esculturas venerando la belleza de la figura de la mujer. También mantiene un rol muy importante en los cultos mistéricos y religiosos, conservando el papel de sacerdotisa.

Podría citar aquí la Ilíada, en donde se genera una guerra entre los argivos y troyanos por culpa de la belleza de una mujer adúltera, Helena, y como Aquiles, el gran Aquiles El Homicida, el aniquilador de hombres, se niega a luchar con los suyos por culpa de los celos que contrae con el rey Agamenón que usa su poder para arrebatarle una bellísma mujer de la que él se enamora: Briseida. Sólo la muerte de su pulpilo Patroclo hará volver al Aniquilador de hombres a las arenas del combate. Hay que leer el libro, hombre, no mirar la película de Brad Pitt. Pues leyendo te das cuenta de muchas claves que no se entienden desde la perspectiva maschista actual. Por ejemplo, el Prototipo de Hombre. Para quien no haya leído el libro, voy a informar que Aquiles, el masculino y casi invencible Aquiles, pasa toda una noche llorando desconsolado como un bebé tras la muerte de su pupilo y mejor amigo, Patroclo. Luego sí, coje una lanza y se carga a todo dios en su cólera...




Pero como todos sabemos, hay un momento, que no recuerdo muy bien en qué año empieza... en que la historia cambia.

Roma ha conquistado todo el mediterráneo, y el territorio de los judíos también. Nietzsche argumenta en su libro Genealogía de la Moral, que la moral judía es fruto de la esclavitud de su pueblo, en la contraposición moral de esclavo — moral de señor. La moral judía; una moralidad del resentimiento, de la renuncia a los placeres de la vida, y el buscar un más allá que justifique el sufrimiento de la vida. Esta es una moral que por naturaleza, lleva consigo el odio y el resentimiento. El cristianismo adoptó el judaísmo, y le antepuso la palabra amor, aunque evidentemente solo podía quedarse en la palabra.

El último cristiano murió en la cruz—Nietzsche.

Cristo debería de ser un hombre fascinante con un gran corazón, pero lo que hizo luego La Iglesia en su nombre es quizá el horror más grande que haya sufrido la humanidad hasta el momento.

Pero volvamos a la mujer: con el cristianismo, la mujer es vilipendiada ya en todo el territorio del mediterráneo, pues los emperadores romanos obligan al culto monoteísta de La Iglesia prohibiendo los cultos ancestrales. Ahora la mujer deja de estar subordinada al poder del patriarcado para ser una esclava del patriarcado. ¿Y qué sucede cuando alguien es sometido con la dureza que fué sometida la mujer con el judaísmo-cristianismo? Al igual que los judíos, desarrollaron una moral del resentimiento y del odio, la mujer adoptó también unas actitudes similares.

Me podría explaiar un poco aquí introduciendo conceptos nietzscheanos como la voluntad de poder, el instinto de superviciencia o impulso vital que es la fuente de toda actitud humana, tanto en el hombre como en la mujer, en los pueblos tanto arios como judíos, africanos, y asiáticos. Según las circunstancias culturales, ésta voluntad de poder se desarrolla de una manera o de otra. La moral de esclavo del judaísmo no la extrae a sí misma de la lucha por el poder, lo que ésta se desarrolla de otra forma. Vemos de esta manera cómo el judaísmo venció en Roma con el nombre de cristianismo, y obtenido el poder desde la capital, se impuso fácilmente por todo occidente.

De la misma manera, la mujer desarrolló por su parte su particular moral de esclava, sin renunciar nunca a su poder innato: sus armas pasaron a ser el engaño, la sensualidad, hacerse la enigmática, conspirar en la sombra...

Pero resulta ser que los tiempos ahora vuelven a cambiar. Se le están viendo sus puntos flacos e inconguencias a la moral judeo-cristiana desde múltiples ángulos; ciencia, filosofía, arte...

Y la Luna, mi querida Luna, no sabe qué hacer. ¿Mantener el poder en la sombra dentro de una sociedad en apariencia patriarcal y machista? o ¿salir de la oscuridad para tratar de tú a tú con un nuevo tipo de hombre más evolucionado que la haga sentirse bien como mujer?

La primera opción es la fácil, porque lleva milenios de inercia en nuestra sociedad, pero lleva al odio, y al deseo inconsciente de matar a este nuevo tipo de hombre para que ella pueda seguir con el poder en la sombra. Es la opción cobarde que muchas mujeres están eligiendo en la actualidad.

¿Y qué las hará cambiar? ¿Qué hay que hacer para que las profesoras de Universidad se atrevan a decir que los estudios que ellas representan son en realidad, una auténtica mierda?

¿Qué hay que hacer para que las mujeres trabajen conjuntamente con los hombres para cambiar las estructuras corruptas del sistema actual que nos estan empobreciendo a todos?

¿Comprenderá la mujer que ya no sirve ser una prostituta del sistema, pues su descendencia va a pasar hambre y guerras?

Los hombres que queremos un cambio tenemos que ser fuertes y mirar más allá de la belleza fotográfica del culto actual, y aprender a admirar también la belleza interior. Y usar el poder sexual que hasta ahora sólo ellas conocían: dominar el sexo tántrico.

Controlar la eyaculación, y volverlas locas en la cama  ;)

martes, 5 de noviembre de 2013

Zeus


En el post anterior de El Cielo  terminé con una pregunta:

¿Qué arquetipo jungiano representa Zeus?

Zeus es el patriarcado, es la imposición unilateral, la intolerancia.
Zeus es el Dios del monoteísmo, ya reciba el nombre de Jehova, Alà, o Padre.
Zeus es la creencia en una verdad absoluta a través de las palabras, llámese indistintaente religión o ciencia. Ya he explicado otras veces que la Ciencia auténtica es muchas cosas menos una verdad incuestionable.
Zeus es el cientifismo positivista.
Zeus es el racionalismo, en contraposición a las emociones.

En la mitología griega, Zeus lleva siempre su séquito de dioses menores: Violencia, Fuerza, y Zelo. Esto es porque este arquetipo sólo se puede mantener con el uso de la Violencia y de la Fuerza, no con el diálogo, pues para que exista el diálogo hay que albergar el presupuesto de que dos iguales hablen entre sí, algo imposible en las estructuras jerarquizadas, ni cuando uno cree que él siempre lleva la verdad suprema.

La fuerza del patriarcado está desde siempre fundamentada en la superioridad de la fuerza física del hombre respecto de la mujer. No desde la inteligencia ni desde la concordia. Ahora bien, la mujer tiene también sus armas: la sutileza, la sensualidad... Por eso el cristianismo y el judaísmo desprecian la belleza, el placer del cuerpo, porque éste es un terreno femenino. Pero aunque la sociedad siga siendo patriarcal, esto no quiere decir que la mujer no tenga poder. Lo que pasa es que el poder lo puede llevar sin que el hombre se de cuenta, porque para eso es mujer y conoce las sutilezas de su poder... Aquí no se trata de decir qué es mejor, si el poder masculino o el poder femenino. Simplemente se queiere decir que aquí cada uno usa sus armas sin hacer un juicio de valor.

El sistema del patriarcado se basa en el desconocimiento del poder femenino, en la separación entre hombre y mujer, en la incomunicación entre sexos, en la separación por parte del castigado Atlas del Cielo y la Tierra, en la división irreconciliable entre cielo e infierno, Dios y Diablo, Verdad y mentira, Bien y mal...

Esto, aunque parezca original, no es del todo mío. Nietzsche a finales del S.XIX ya apuntó a que el ideal escético ha tomado muchos nombres o representaciones en la sociedad, y la última es nada más y nada menos que la estructura dogmatizada de la Ciencia con sus universidades que funcionan en esencia igual que las iglesias al cristianismo. Este es el concepto de arquetipo Jungiano. Para Nietzsche, el ideal ascético funciona como un arquetipo jungiano que lleva milenios en la sociedad, llámese judaísmo, cristianismo o cientifismo. Yo he usado el magnífico trabajo de Robert Graves sobre los mitos griegos, y le he añadido su gérmen a este arquetipo: el patriarcado representado por Zeus, y lo voy a llamar Zeus a su conjunto.

Ver en este post extractos de Nietzsche sobre el ideal ascético, arte, religión y ciencia.

Matamos entre todos... a Zeus?

Para nombrar al Hombre y a la Mujer de la era post-zeus, para ponerles un nombre poético e invocar al arquetipo Jungiano de la concordia y la comunicación entre sexos, los voy a llamar Luna y Sol. 



sábado, 28 de septiembre de 2013

Extractos de La Gaya Ciencia

1.

Tras interrogarnos y tentarnos así a nosotros mismos, se aprende a reconsiderar con una mirada más aguda todo lo que se ha filosofado hasta ese momento; se adivinan mejor que antes los extravíos, los rodeos, las formas de retirarse al campo, los rincones de sol del pensamiento a los que, en contra de su voluntad, los pensadores no se dejaron conducir y seducir sino porque sufrían; en lo sucesivo se sabe hacia dónde, hacia qué, el cuerpo enfermo, necesaria e inconscientemente, arrastra, empuja, atrae al espíritu -hacia el sol, la calma, la dulzura, la paciencia, el remedio, el consuelo en todos los sentidos-. Toda filosofa que asigna a la paz un lugar más elevado que a la guerra; toda ética que desarrolla una noción negativa de la felicidad; toda metafísica y toda fisica que pretende conocer un final, un estado definitivo cualquiera; toda aspiración, principalmente estética o religiosa, a un más allá, a un afuera, a un por encima autorizan a preguntarse si no era la enfermedad lo que inspiraba al filósofo. El enmascaramiento inconsciente de necesidades fisiológicas bajo las máscaras de la objetividad, de la idea, de la intelectualidad pura, es capaz de cobrar proporciones asombrosas; y con frecuencia me he preguntado si, a fin de cuentas, la filosofía no habrá sido hasta hoy únicamente una exégesis del cuerpo y un malentendido con relación al cuerpo.


2.

Ya no existe la confianza en la vida; la vida misma se ha convertido en un problema ¡Pero no crean que esto nos vuelve necesariamente sombríos! Incluso entonces sigue siendo posible el amor a la vida -aunque en adelante se la ama de otra manera-. Es el amor por una mujer que despierta recelos... Bajo el encanto de todo lo problemático, el gozo ante la incógnita X que experimentan esos hombres más espirituales, más espiritualizados, es demasiado grande para que su luminoso ardor no transfigure sin cesar toda la miseria de lo problemático, todo el riesgo de la inseguridad, e incluso los celos del amante. Conocemos una nueva felicidad... Para acabar, no he de dejar de decir lo esencial: de semejantes abismos, de semejante enfermedad grave, como también de la enfermedad de la sospecha grave, se vuelve regenerado, con una piel nueva, más delicada, más maliciosa; con un gusto más refinado para la alegría; con un paladar más delicado para todo Yo bueno; con unos sentidos más gozosos; con una segunda y más peligrosa inocencia en el goce, más ingenua a la vez y cien veces más refinada de lo que nunca lo había sido antes. ¡Oh, qué repugnante, tosco, insípido y apagado nos resulta ahora el goce tal como lo entienden los vividores, nuestras "gentes cultivadas", nuestros ricos, y nuestros gobernantes! ¡Con qué malicia presenciamos en lo sucesivo el bullicio de feria donde el "hombre cultivado", el ciudadano, se deja hoy violentar por el arte, los libros y la música para experimentar "goces espirituales", ayudándose de brebajes espiritosos! ¡Cómo nos rompe los oídos el grito teatral de la pasión! ¡Qué distinta se vuelve a nuestro gusto toda esa confusión de los sentidos que aprecia el populacho cultivado con todas sus aspiraciones a lo inefable, a la exaltación a lo rebuscado! ¡No! Si los convalecientes seguimos necesitando un arte, será un arte totalmente diferente -un arte irónico, ligero, fugitivo, divinamente desenvuelto, divinamente artificial que, como una brillante llama, resplandezca en un cielo sin nubes! Sobre todo, un arte para artistas, ¡sólo para artistas! Respecto a ello sabemos mejor qué es, ante todo, indispensable en ese arte: ¡la alegría, toda clase de alegría, amigos míos!, incluso como artistas-; me gustaría probarlo. Los hombres conscientes sabemos en adelante demasiado bien ciertas cosas; ¡oh!, ¡qué bien aprendemos en lo sucesivo a olvidar, a no saber en cuanto artistas! Y en lo tocante a nuestro futuro, difícilmente se nos verá tras las huellas de esos jóvenes egipcios que turban durante la noche el orden de los templos, que se abrazan a las estatuas y que se empeñan por encima de todo en devolver, en descubrir, en sacar a la luz del día lo que por buenas razones se mantiene en secreto. No, de ahora en adelante nos horroriza ese mal gusto, esa voluntad de verdad, de "la verdad a cualquier precio", ese delirio juvenil en el amor de la verdad; somos demasiado aguerridos, demasiado graves, demasiado alegres, demasiado probados por el fuego, demasiado profundos para ello... Ya no creemos que la verdad siga siendo tal, una vez que se la haya despojado de su velo; hemos vivido demasiado para creer en eso. Hoy en día es para nosotros una cuestión de decencia no poder verlo todo al desnudo, ni asistir a toda operación, ni querer comprenderlo y "saberlo" todo. "¿Es cierto que Dios nuestro Señor está en todas partes? - preguntaba una niña pequeña a su madre-, porque a mí eso me parece indecente." ¡Buena lección para los filósofos! Deberíamos respetar más el pudor con el que la naturaleza se oculta tras enigmas e incertidumbres abigarradas. ¿No será la verdad una mujer cuya razón de ser consiste en no dejar ver sus razones? ¿Sería Baubó su nombre, por decirlo en griego?... ¡Oh, aquellos griegos! Sabían lo que es vivir; lo cuál exige quedarse valientemente en la superficie, en la epidermis; la adoración de la apariencia, la creencia en las formas, en los sonidos, en las palabras, ¡en todo el Olimpo de la apariencia! Aquellos griegos eran superficiales... ¡por profundidad! ¿Y no volvemos precisamente a eso, nosotros, los espíritus audaces, que hemos escalado la cumbre más elevada y peligrosa del pensamiento contemporáneo y que, desde arriba, hemos inspeccionado el horizonte, habiendo mirado hacia abajo desde esa altura? ¿No somos en eso... griegos? ¿Adoradores de formas, de sonidos, de palabras y, por consiguiente, artistas?


3.

¿No han oído hablar de aquel loco que, con una linterna encendida en pleno día, corría por la plaza y exclamaba continuamente: "¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!"? Como justamente se habían juntado allí muchos que no creían en Dios, provocó gran diversión. ¿Se te ha perdido?, dijo uno. ¿Se ha extraviado como un niño?, dijo otro. ¿No será que se ha escondido en algún sitio? ¿Nos tiene miedo? ¿Se ha embarcado? ¿Ha emigrado? Así gritaban y se reían al mismo tiempo. El loco se lanzó en medio de ellos y los fulminó con la mirada. —¿Dónde está Dios?—, exclamó, ¡se lo voy a decir! ¡Nosotros lo hemos matado, ustedes y yo! ¡Todos somos unos asesinos! Pero, ¿cómo lo hemos hecho? ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Quién nos ha dado la esponja para borrar completamente el horizonte? ¿Qué hemos hecho para desencadenar a esta tierra de su sol? ¿Hacia dónde rueda ésta ahora? ¿Hacia qué nos lleva su movimiento? ¿Lejos de todo sol? ¿No nos precipitamos en una constante caída, hacia atrás, de costado, hacia delante, en todas direcciones? ¿Sigue habiendo un arriba y un abajo? ¿No erramos como a través de una nada infinita? ¿No sentimos el aliento del vacío? ¿No hace ya frío? ¿No anochece continuamente y se hace cada vez más oscuro? ¿No hay que encender las linternas desde la mañana? ¿No seguimos oyendo el ruido de los sepultureros que han enterrado a Dios? ¿No seguimos oliendo la putrefacción divina? ¡Los dioses también se corrompen! ¡Dios ha muerto! ¡Dios está muerto! ¡Y lo hemos matado nosotros! ¿Cómo vamos a consolamos los asesinos de los asesinos? Lo que en el mundo había hasta ahora de más sagrado y más poderoso ha perdido su sangre bajo nuestros cuchillos, y ¿quién nos quitará esta sangre de las manos? ¿Qué agua podrá purificamos? ¿Qué solemnes expiaciones, qué juegos sagrados habremos de inventar? ¿No es demasiado grande para nosotros la magnitud de este hecho? ¿No tendríamos que convertimos en dioses para resultar dignos de semejante acción? Nunca hubo un hecho mayor, ¡y todo el que nazca después de nosotros pertenecerá, en virtud de esta acción, a una historia superior a todo lo que la historia ha sido hasta ahora! Al llegar aquí, el loco se calló y observó de nuevo a sus oyentes, quienes también se habían callado y lo miraban perplejos. Por último, tiró la linterna al suelo, que se rompió y se apagó. "Llego demasiado pronto, dijo luego, mi tiempo no ha llegado aún. Este formidable acontecimiento está todavía en camino, avanza, pero aún no ha llegado a los oídos de los hombres. Para ser vistos y oídos, los actos necesitan tiempo después de su realización, como lo necesitan el relámpago y el trueno, y la luz de los astros. Esa acción es para ellos más lejana que los astros más distantes, ¡aunque son ellos quienes la han realizado!" Cuentan también que ese mismo día el loco entró en varias iglesias en las que entonó su Requiem aeternam Deo. Cuando lo echaban de ellas y le pedían que aclarara sus dichos, no dejaba de repetir: "¿Qué son estas iglesias sino las tumbas y los monumentos funerarios de Dios?"


miércoles, 25 de septiembre de 2013

La Educación


-Los centros educativos se tienen que replantear completamente. O, acaso se van a necesitar de centros educativos?- Nietzsche.

Esta frase es una de las pocas en que Nietzsche habla sobre la educación, en su típico estilo -Todo es una mierda-. Nietzsche, como en la mayoría de sus escritos, no apunta a la construcción de nuevas formas de organización de la sociedad, como sí que se aventuró por ejemplo Marx con el comunismo. Nietzsche era más listo, y sobre lo que no sabía, callaba. Simplemente apunta a los errores de su tiempo, y era perfectamente consciente que la resolución de aquellos le sobrepasaba, en palabras de él, dos siglos. A él le tocó ser la dinamita que volaría uno de los pilares en los que se asentaba la sociedad, y dejar transcurrir el tiempo para que se construyesen nuevas formas, nuevas ideas y nuevos valores en ésta. Su crítica y análisis es retroactiva, analizando el pasado de la humanidad y sus valores(moral de esclavo- moral de señor). Se aventura en el futuro únicamente con la poesía. Esta es la explicación del porqué grupos ideológicos tan distintos dicen tener en Nietzsche la base de su pensamiento. Liberales, feministas, anarquistas, fascistas y socialistas en apariencia no tienen nada en común, pero todos pueden encontrar inspiración en Nietzsche. Esto es porque la poesía es interpretable por definición, y cualquiera que esté descontento con la sociedad actual va a encontrar un poco de metralla y fuego intelectual en sus escritos. Pero vamos a quedarnos con la base del pensamiento de Nietzsche, y vamos a dejar la poesía en su territorio, en el de la poesía.

La base es impecable, y extraída de su lenguaje pomposo, cualquiera a día de hoy con un nivel intelectual medio sabe que es de la más rabiosa actualidad. Allá vamos:

  1. No existen verdades absolutas: La verdad en Dios, o en la Ciencia, está mortalmente herida. El descubrimiento de la física cuántica y relativista es la estocada final.
  2. La Moral no es una excepción, y ésta se encuentra limitada a circunstancias espaciales y temporales determinadas, y es consecuéncia de la concepción sobre la realidad que predomina en la sociedad.
  3. La suma de los dos factores anteriores lleva a un cruce de caminos, en dónde tenemos que elegir entre
    a)El hombre no es nada(nihilismo).
    b)El hombre es algo por sí mismo(superhombre).
  4. Si elegimos la opción b, aceptamos la realidad subjetiva y cambiante como única verdad.
  5. El lenguaje actual deriva de la concepción teísta, que no sirve para expresar el nuevo paradigma.
  6. La unión de la dualidad traspasa el reino del lenguaje. La dualidad, representada por Nietzsche en los dioses griegos Apolo-Dionisio, se encuentra también en las filosofías paganas, místicas o orientales. Toda la filosofía de Nietzsche se puede entender también como una iniciación mística para romper el pensamiento dual(bien-mal, ying-yang).
  7. Crítica al reduccionismo, la doctrina científica actual que se basa en dividir la realidad y estudiarla por separado con un lenguaje caduco. Todo está interrelacionado.


Y ahora volvamos a la Educación. Evidentemente los siete puntos anteriores dejan a las instituciones educativas actuales del S.XIX en poco más que cuatro jirones que a duras penas aguantan ya una suave brisa de abril...

Qué es esta educación que a modo de la ciencia reduccionista separa a los niños por edades, y les va metiendo capas superpuestas de información 1er curso, 2º curso, 3º...

¿Qué es esta educación que niega la participación del niño y de su experiencia?

¿Qué es esta educación en dónde se considera que el maestro o maestra tiene la verdad absoluta, y por tanto, el niño sólo tiene que memorizarla?

¿Qué es esta educación, en dónde cada año se repiten las asignaturas, añadiendo sólo un poco?

¿Qué es esta educación que trata a TODOS los niños por igual?

¿Qué es esta educación que fomenta el individualismo y la competencia en lugar de la cooperación?

¿Es que todos tenemos las mismas habilidades? El hombre dejó de ser un primate y empezó a hablar, y las sociedades primitivas se construyeron en base a la especialización. La educación actual deriva de una mala interpretación de la teoría de la evolución, en dónde se da énfasis a la lucha de los individuos por la supervivencia, envez de reconocer que la cooperación y la división de tareas es el motor distintivo de la mayoria de sociedades, tanto humanas como animales, y que esta cooperación lleva al beneficio mútuo.

A un niño se le pueden dar fenomenal las matemáticas, y quizás podría entender conceptos de cuatro cursos superiores. ¿Por qué tiene que estar sentado en la misma clase que los compañeros de su edad? A lo mejor no tiene habilidades para la música o para las letras, y el sistema está provocando la frustración general del niño. Lo mismo a la inversa.

¿Qué es esta enseñanza de la Historia de la Humanidad en dónde se empieza en cada curso por las herramientas que los hombres del paleolítico usaban, y nunca se da la historia de los Siglos XIX ni XX? La enseñanza de la Historia también es victima del reduccionismo, pues ésta no se puede entender sin saber al mismo tiempo filosofía, ciencia o técnica, religión y economía. Y no hablemos ya de las exaltaciones nacionales con las que se explica la Historia en todos y cada uno de los países actuales...

¿Y qué hay de la conciencia social y educar para la responsabilidad, dejando que los niños se transmitan entre ellos los conocimientos que van aprendiendo? Algo tan simple como que un niño enseñe a otro, algo que les encanta hacer así de entrada, provoca una conciencia de responsabilidad, algo absolutamente necesario para la vida de adulto.

¿Qué significa esta profesionalización de la enseñanza? Refiréndome ahora a la educación superior o univesitaria, cómo puede ser que profesores de carreras como economía o ingeniería no hayan trabajado nunca en el mercado laboral, y estén en su búnker universitario creyéndose los más sabios? Desde que el hombre es hombre, tiene que enseñar quien tiene el conocimiento y la experiencia. O es que quizás lo que interese a algunos no es precisamente que se transmita cultura y conocimiento...

Y para terminar, una reflexion zen, y luego un video.

El maestro no tiene que enseñar. Únicamente tiene que ayudar al alumno en su proceso de aprendizaje.

Esta frase apunta directamente al error del lenguaje actual. En la acción enseñar, hay dos elementos complementarios: maestro-alumno. Uno no tiene sentido sin el otro. Desde la perspectiva antigua teísta, si partimos del principio erróneo de que existe una verdad inamovible, el sujeto de la oración será simpre el maestro. El maestro explica esta verdad que él sabía, y el alumno no. Pero desde la perspectiva nuevo relativista, el sujeto cambia de posición, y el que tiene que realizar activamente la acción no es el maestro, sinó que es el alumno, que tiene que aprender activamente, y en este proceso, el maestro pasa a tener una posición secundaria, únicamente ayudando, orientando, facilitando las herramientas, los nutrientes y el agua que el alumno necesita para crecer. No hay malos alumnos, sólo hay malos maestros.



lunes, 23 de septiembre de 2013

La Supermujer


Siguiendo la terminologia del Superhombre de Nietzsche, vamos a indagar en el equivalente en mujer, la Supermujer.

Se dice de Nietzsche que era un machista. Otra vez, es la propaganda con la que nos comen la cabeza desde pequeños. Nietzsche es el cuco, el diablo, el malo de la película... y vale de todo con tal de criticarlo y que la gente ni se atreva a leerlo.

Muchos conocen la frase atribuida a él:
-¿Vas con mujeres? ¡No te olvides el látigo!-

Bien. Hay que explicar, incluso a los profesores de filosofia, pues esta frase entró por primera vez a través de mis oídos por parte del profesor de filosofía del instituto donde yo estudiaba, que esta frase está sacada del libro Así Habló Zaratustra, que es una parábola poética en donde intervienen muchos personajes, una historia. Y en todas las historias, los personajes se relacionan entre ellos, y no todos los diálogos en ella expuestos tienen que ser fieles al pensamiento de su autor. Nietzsche habla en estos diálogos a través del personaje de Zaratustra.

Pues esta frase, si leeis el libro, os vais a dar cuenta que ¡oh! Misterios de la cultura actual, sale de boca de una mujer vieja que Zaratustra se encuentra por el camino...

Evidentemente que Nietzsche tiene algun tic machista. ¿Y quién no en el S.XIX? ¿Tenemos que quemar toda la cultura que había antes de la revolución feminista de mediados del S.XX? Aristóteles defendía la esclavitud y la inferioridad de la mujer. ¿Y por eso su lógica matemática está equivocada?

Lo que aquí se intenta hacer evidentemente es atacar a la persona, porque no se la puede atacar refutando sus argumentaciones. Algo que nuestra sociedad actual que venera el ego personal antes que el diálogo está acostumbrada a hacer, y que Aristóteles ya sabía que es una manera para modificar la opinión de una audiencia acerca de algo, en el año 2300 Antes De Freud, y antes de las técnicas que se usan ahora en la televisión...

Pero es que además, resulta ser que Nietzsche era de los más avanzados en su época en la defensa de los derechos de la mujer, y se sabe que abogó por la aceptacion de mujeres en las Universidades, algo que estaba prohibido en su tiempo...

Nietzsche fue un navegador solitario, pues su manera de pensar no tenía cabida en su tiempo. Y su aislamiento le provocó un distanciamiento también en la forma de usar el lenguaje, inventando nuevas estructuras gramaticales y formas de expresión que después de 100 años de su muerte, todavía crean confusión. Se necesitan 100 años más... aunque si la cultura continua involucionando con la televisión, quizás se van a necesitar unos 500...

Pero por suerte todavia hay personas que piensan un poco dentro del campo de la Ciencia, y como he mencionado en algúna vez en otros posts, ahora se sabe que nuestro cerebro está dividido en dos hemisferios, el izquierdo racional y el derecho intuitivo-emocional. Y también se sabe que la mujer le da más al derecho, haciéndola más contradictória, más emotiva, intuitiva...

Y si a alguien en este punto le pica la curiosidad de leer a Nietzsche, pues se va a llevar una sorpresa de la gordas, porque.... -rumtum tumtum cha!- ¡Éste es el tipo de pensamiento que defendía Nietzsche!

Pero claro... en la tele y en las aulas nos dicen que aquel hombre estaba loco... ¡Oh! ¡Espera! ¡Lo que nos quieren decir es que las mujeres están locas por no ser tan racionales como los hombres!

La mujer tiene que tomar de una vez por todas las riendas de su destino, y no dejarse engañar con una falsa libertad asintiendo a los valores masculinos de la actualidad. Sacarse una carrera es algo que la mayoria pueden hacer, pero el verdadero cambio es ir más allá, y atreverse a cuestionar de una vez por todas los contenidos que se estudian, y las maneras de organización en las estructuras sociales actuales.

Prostituirse para ganar dinero es algo que todos sabemos hacer, tanto hombres como mujeres, pero la prostitución no lleva a la felicidad... y la prostitución se puede dar en las universidades, en las empresas, en los partidos políticos...

Nietzsche daba mucha importancia al arte y al artista en su sociedad ideal de hombres superiores, recuperando viejos valores de la Grecia antigua.*

Uno de los artistas post-nietzscheanos es sin lugar a dudas, Dalí. Vamos a ver lo que decía en el segundo volumen de su autobiografia, Diario de un genio:

Cuando descubrí a Nietzsche me quedé atónito. Vi que tenía la audacia de afirmar en letras de molde: “¡Dios ha muerto!” ¿Cómo se explicaba eso? ¡Llevaba yo tiempo aprendiendo que Dios no existía, y ahora alguien me comunicaba su defunción! Zaratustra se me antojaba un héroe fabuloso, cuya grandeza del alma yo admiraba, pero al mismo tiempo se daba a conocer con unas puerilades que yo, Dalí, hacía mucho que había superado. ¡Llegaría un día en que yo habría de ser más grande que él! El día en que empecé a leer Así hablaba Zaratustra, me formé ya mi concepto de Nietzsche. ¡Era un hombre débil, que había tenido la debilidad de volverse loco! Estas reflexiones me proporcionaron los elementos de mi primera consigna, aquella que, andando el tiempo, acabaría por convertirse en el lema de mi vida: “¡La única diferencia entre un loco y yo es que yo no estoy loco!” . En tres días terminé de asimilar y digerir a Nietzsche. Finalizada tan opípara comida, sólo me faltaba abordar un detalle de la personalidad del filósofo, un último hueso que roer: ¡sus bigotes!


Dalí, antes de ser famoso, conoció a una mujer, Gala. La autobiografía está repleta de admiración a su amada. Incluso reconoce que le debe a Gala su éxito como artista, y que sin ella, Dalí se hubiese vuelto loco. Gala, segun los escritos de Dalí, es una mujer con mucha intuición que ayuda al pintor en aspectos prácticos de su proceso creativo. Es una pareja que se complementa, y el éxito de Dalí se debe a aquella unión. Lo que sentía Dalí por ella es tan grande, que la hace coautora de sus obras.


Mi superhombre estaba destinado a ser nada más y nada menos que una mujer, la supermujer Gala.
S. Dalí

Pues si, lectores y lectoras. Éste puede llegar a ser el poder de una mujer con valentía.





* Mucho ojo con el estudio de la Grecia Clásica desde la perspectiva actual post-platónica, pues Sócrates y Platón significaron un cambio de valores. La República de Platón no dejaba sitio a los artistas...



jueves, 19 de septiembre de 2013

Música


Voy a hablar un poco de la música en nuestra sociedad. La televisión y la radio hace tiempo que dejaron de ser plataformas de divulgación del arte para convertirse en filtros para la divulgación de contenidos. Me explico: las grandes corporaciones vieron el poder que la música tenía para hacer cambiar la mentalidad de la gente en los años sesenta y setenta con el movimiento hippie, y rápidamente se pusieron manos a la obra para controlar el flujo de la información que llegaba a la masa.

Ahora nos tenemos que tragar esperpentos como Lady Gaga cagando diarrea mental que entra con vaselina en los cerebros sugestionables de los/las adolescentes de hoy en día...

Pero hubo un tiempo en que el buen arte se promocionó, y salieron grupos como Deep Purple rompiendo todos los esquemas que había hasta el momento. Los integrantes de aquel grupo eran artistas puros, creadores. Conocían los clásicos como Mozart, Beethoven, R. Strauss, el blues, y la música negra. Fueron los creadores del estilo junto a Led Zeppelin y Black Sabbath que se llamaría Heavy Metal. Un estilo que llegó a estandarizarse luego con grupos que hacían copias, y que vendían un producto con estética gótico-siniestra-satánica que atrajo en los años noventa a muchos jóvenes perdidos que necesitaban referencias para organizar su vida. El Metal se convirtió entonces en una religión o tribu urbana, en dónde diferenciarse de los demás con una estética determinada era básico para poder entrar en ella. Camisetas negras de los últimos grupos que salían, pelo largo, chupas de cuero, tejanos y botas camperas eran un ejemplo de la etiqueta Metal.

Pero en los años setenta todavía valía lo auténtico, la poesía en las letras que te hacía pensar. Qué me dirán de Child In Time, la historia de un niño que tiene que descubrir la diferencia entre el bien y el mal...

¿Les suena? Pues claro que sí. Es filosofía de Nietzsche, un tipo de pensamiento que las grandes corporaciones harán todo lo que sea para quitarla de la cultura, las aulas, y del mundo de la música, pues es un torpedo en la linea de flotación a la sociedad tal como ésta se estructura en la actualidad. No interesa. Nietzsche se volvió loco... no leas a Nietzsche que no se entiende... influenció al Nazismo... este es bombardeo que una persona normal recibe de su entorno al sentirse tan solo ligeramente interesada por este filósofo. Si en las aulas se enseñase la historia del S.XX, y no la propaganda con la que comen la cabeza a nuestros niños, se sabría que Hitler subió al poder porque la población alemana pasaba hambre por culpa de una deuda con los bancos privados que financiaron la 1ª Guerra Mundial.

La hermana de Nietzsche se casó con un racista, y cuando el filósofo no pudo ocuparse de sus escritos, aquel matrimonio reinterpretó algunos párrafos para intentar justificar la doctrina Nacionalsocialista. La doctrina, he dicho. Cualquiera que lea a Nietzsche con la mente abierta se dará cuenta que allí hay de todo menos una doctrina. Y el superhombre es poesía... una metáfora, una alegoría. Si se enseñase un poco más de arte y poesía en las escuelas, nos ahorraríamos más de algún disgusto... pero como he dicho, no interesa que se difunda el Arte. Interesa crear personas-máquinas sin sentimientos para que trabajen como posesos para los dueños de las corporaciones(banca privada...), alienándose con la esperanza de que el dinero y el éxito social nos traerá la felicidad en este mundo. Con esta idea en la cabeza, lo único que vamos a atraer hacia nosotros son prostitutas si somos hombres, ya sea que lleven la etiqueta visible o escondida. Y sí, para algunos esto es la felicidad: tener dinero, pagar putas, y tener descendencia. O ser una puta, tener dinero, y pagar la descendencia... Pero ojo aquí si eres hombre, porque quizás de esta forma lo que vas a estar haciendo el resto de tu vida es pagar la descendencia de ella... y ojo si eres mujer y tu marido se da cuenta del engaño...  

Y espero que no se interpreten mal mis palabras. Los extremos de arriba sirven para ilustrar las consecuencias del culto al dinero en nuestra sociedad. Que existen las putas es un hecho evidente, pero esto no quiere decir en ningún caso que todas las mujeres tengan que ser putas. Hoy en día la mujer también puede conseguir trabajos con responsabilidad y ganar dinero con su esfuerzo. La prostitución es un concepto de aplicación muy amplia, un campo fascinante de estudio que no tiene porque estar restringido exclusivamente al sexo ni tampoco al género femenino...*

Y lo que he dicho sobre la Industria Musical no me lo he inventado yo en un deje del tipo: aquellos eran los buenos tiempos. Lo dice también Ritchie Blackmore, el guitarrista de Deep Purple que lleva casi 50 años innovando en primera línea del mundo musical. Hay muchas entrevistas en youtube... también es curiosa una polémica que hay sobre la no inclusión del grupo Deep Purple en The Rock 'n' Roll Hall of Fame...




* Creo que hay que separar bien los conceptos del disfrute del sexo con el de la prostitución sexual. Puede haber algún tipo de intercambio económico, pero esto no quita que las dos(o más) personas implicadas no puedan disfrutar igualmente como perracos. Cierto es que si eres puta profesional quizás no disfrutes con cada cliente, claro... De todas formas, como ya he explicado en algún otro post, hay muchas cosas en el arte del sexo que la mayoria de la gente que se encuentra atrapada en la vorágine de la sociedad de consumo actual no sabe ni que existen: técnicas orientales.

lunes, 24 de junio de 2013

Arte

El arte sirve para expresar cosas que con el uso ordinario de la palabra no podemos expresar. Vamos a hablar sobre el cuadro El Gran Masturbador de Salvador Dalí, con el que hice una broma en el post anterior sobre las matemáticas.

Salvador Dalí era un hombre avanzado en su tiempo que estaba por encima de las concepciones ordinarias de la gente de su momento y lugar. De hecho, se creó un personaje de cara al público: El Payaso. Al buscar las posibles interpretaciones de este cuadro, me he encontrado con un comentario hecho por el propio Dalí al respecto, en este link de la wikipedia en inglés: http://en.wikipedia.org/wiki/The_Great_Masturbator 

En donde decía de forma sutil, que únicamente quería demostrar su afecto a Cadaqués pintando esta “roca”. Dalí se debería de descojonar por dentro al ver que los estudiosos de arte y periodistas apuntaban su frase. ¿Pero habéis visto el cuadro? ¿Y el nombre inequívocamente explícito? Dalí se reía de la manía que impera en nuestra sociedad de tener que darle a todo una explicación racional. Dalí se expresaba pintando, y pedir a un pintor que explique sus cuadros es como pedir a un pájaro que te preste sus alas. Yo era un niño cuando ví este cuadro por primera vez en el museo de Figueras, y lo entendí perfectamente. Porque salvando alguna sutileza específica del inconsciente daliniano, es más que evidente aquello sobre lo que trata el cuadro. A ver, dejadme pensar... un cuadro que se llama El Gran Masturbador, y que en él hay una imagen de unos genitales masculinos con una especie de nube con cara de mujer que se acerca en posición de deseo hacia esos genitales... no sé sobre que temática quería hablar Dalí... espera... ¡Claro! ¡Ahora lo veo! ¡Está hablando sobre... ¡la masturbación! Está hablando sobre ¡SEXO! Hay... si suerte que uno tiene un master en historia del arte y otro en psicología, porque si no...

Pero es que claro... aquí había el problema social del tabú que todavía hoy se tiene en el momento de hablar de sexo. Un sexo, que está siendo hoy en día, víctima también del positivismo o cientifismo racional que impera en los centros académicos de nuestra sociedad de principios del S.XXI. Y resulta ser, que el sexo es algo espontáneo, instintivo, e irracional, y no se puede aprender en una aula.

Dos frase de Dalí que muestran su pensamiento:

“Que yo no conozca el significado de mi arte, no significa que éste no lo tenga”. 

“La diferencia entre un loco y un genio solo está en el grado de éxito”. 

Ah amigos... hablar abiertamente de sexo en nuestra sociedad todavía sigue siendo tabú, aunque la Iglesia Católica ya no tenga potestad sobre las cuestiones morales. Pero resulta ser que hemos delegado la formulación de los valores morales a una superestructura que se llama Ciencia. No importa de que campo hablemos. La Ciencia se basa en la objectividad y universalidad, omitiendo la subjetividad y especificidad, incluso en el ámbito de la psicología, desde Freud.

Hablar de sexo sigue siendo tabú, y ¡oh! ¡Qué casualidad! ¡hablar sobre la locura también!


Nietzsche: El nacimiento de la tragedia, Ensayo de autocrítica, 5

En verdad, no existe antítesis más grande de la interpretación y justificación puramente estéticas del mundo, tal como en este libro se las enseña, que la doctrina cristiana, la cual es y quiere ser sólo moral, y con sus normas absolutas, ya con su veracidad de Dios por ejemplo, relega el arte, todo arte, al reino de la mentira, - es decir, lo niega, lo reprueba, lo condena. Detrás de semejante modo de pensar y valorar, el cual, mientras sea de alguna manera auténtico, tiene que ser hostil al arte, percibía yo también desde siempre lo hostil a la vida, la rencorosa, vengativa aversión contra la vida misma: pues toda vida se basa en la apariencia, en el arte, en el engaño, en la óptica, en la necesidad de lo perspectivístico y del error. El cristianismo fue desde el comienzo, de manera esencial y básica, náusea y fastidio contra la vida sentidos por la vida, náusea y fastidio que no hacían más que disfrazarse, ocultarse, ataviarse con la creencia en «otra» vida distinta o «mejor». El odio al «mundo», la maldición de los afectos, el miedo a la belleza y a la sensualidad, un más allá inventado para calumniar mejor el más acá, en el fondo un anhelo de hundirse en la nada, en el final, en el reposo, hasta llegar al «sábado de los sábados» - todo esto, así como la incondicional voluntad del cristianismo de admitir valores sólo morales me pareció siempre la forma más peligrosa y siniestra de todas las formas posibles de una «voluntad de ocaso»; al menos, un signo de enfermedad, fatiga, desaliento, agotamiento, empobrecimiento hondísimos de la vida, - pues ante la moral (especialmente ante la moral cristiana, es decir, incondicional) la vida tiene que carecer de razón de manera constante e inevitable, ya que la vida es algo esencialmente amoral, - la vida, finalmente, oprimida bajo el peso del desprecio y del eterno «no», tiene que ser sentida como indigna de ser apetecida, como lo no-válido en sí.

Nietzsche: Genealogia de la moral, cap. 25

¡No! No se me venga con la ciencia cuando yo busco el antagonista natural del ideal ascético, cuando pregunto: «¿dónde está la voluntad opuesta, en la que se exprese su ideal opuesto?» Ni de lejos se apoya en sí misma la ciencia lo suficiente como para poder ser esto, ella necesita primero, en todos los sentidos, un ideal del valor, un poder creador de valores, al servicio del cual le es lícito a ella creer en sí misma, .. ella como tal no es nunca creadora de valores. Su relación con el ideal ascético no es ya en sí, de ningún modo, una relación antagonística; incluso representa más bien, en lo principal, la fuerza propulsora en la configuración interna de aquél. Su contradicción y su lucha, examinadas de modo más sutil, no apuntan de ningún modo al ideal mismo, sino sólo a las avanzadas de éste, a su disfraz, a su juego de máscaras, a sus ocasionales endurecimiento, desecación, dogmatización ..la ciencia devuelve la libertad a la vida que hay en el ideal ascético, negando lo exotérico en él. Ambos, ciencia e ideal ascético, se apoyan, en efecto, sobre el mismo terreno ..ya di a entender esto..: a saber, sobre la misma fe en la inestimabilidad, incriticabilidad de la verdad, y por esto mismo son necesariamente aliados, .. de modo que, en el supuesto de que se los combata, no se los puede combatir y poner en entredicho nunca más que de manera conjunta. Una apreciación del valor del ideal ascético trae consigo inevitablemente también una apreciación del valor de la ciencia: ¡ábranse los ojos y agúcense los oídos para percibir tal cosa en todos los tiempos! (El arte, dicho sea de manera anticipada, pues alguna vez volveré sobre el tema con más detenimiento, ..el arte, en el cual precisamente la mentira se santifica, y la voluntad de engaño tiene a su favor la buena conciencia, se opone al ideal ascético mucho más radicalmente que la ciencia: así lo advirtió el instinto de Platón, el más grande enemigo del arte producido hasta ahora por Europa. Platón contra Homero: éste es el antagonismo total, genuino .. de un lado el «allendista» con la mejor voluntad, el gran calumniador de la vida, de otro el involuntario divinizador de ésta, la áurea naturaleza. Una sujeción del artista al servicio del ideal ascético es por ello la más propia corrupción de aquel que pueda haber, y, por desgracia, una de las más frecuentes: pues nada es más corruptible que un artista. También consideradas las cosas desde un punto de vista fisiológico descansa la ciencia sobre el mismo terreno que el ideal ascético: un cierto empobrecimiento de la vida constituye, tanto en un caso como en otro, su presupuesto, .. los afectos enfriados, el tempo retardado, la dialéctica ocupando el lugar del instinto, la seriedad grabada en los rostros y los gestos (la seriedad, ese inequívoco indicio de un metabolismo más trabajoso, de una vida que lucha, que trabaja con más dificultad). Examinense las épocas de un pueblo en las que el hombre docto aparece en el primer plano: son épocas de cansancio, a menudo de crepúsculo, de decadencia, .. la fuerza desbordante, la certeza vital, la certeza de futuro, han desaparecido. (...) La ciencia concebida como problema; ¿qué significa ciencia? ..véase sobre esto el prólogo a El nacimiento de la tragedia. –– ¡No!, esta «ciencia moderna» ..¡basta abrir los ojos!.. es por el momento la mejor aliada del ideal ascético, ¡y lo es justo por ser la ciencia más inconsciente, más involuntaria, más secreta y más subterránea! Hasta ahora han jugado un mismo juego los «pobres de espíritu» y los adversarios científicos de aquel ideal (guardémonos de pensar, dicho sea de paso, que éstos sean la antítesis de aquéllos, algo así como los ricos de espíritu: ..no lo son, yo los he denominado hécticos del espíritu). Esas famosas victorias de los últimos: indudablemente son victorias, .. ¿pero sobre qué? El ideal ascético no fue vencido de ningún modo en ellas, antes bien se volvió más fuerte, es decir, más inaprensible, más espiritual, más capcioso, por el hecho de que, una y otra vez, la ciencia eliminó, derribó sin compasión un muro, un bastión que se había adosado a aquél y que había vuelto más grosero su aspecto. ¿Se piensa en serio que, por ejemplo, la derrota de la astronomía teológica fue una derrota de tal ideal?... ¿Es que acaso el hombre se ha vuelto menos necesitado de una solución allendista de su enigma del existir, por el hecho de que, a partir de entonces, ese existir aparezca ahora más gratuito aún, más arrinconado, más superfluo en el orden visible de las cosas? ¿No se encuentra en un indetenible avance, a partir de Copérnico, precisamente el autoempequeñecimiento del hombre, su voluntad de autoempequeñecimiento? Ay, ha desaparecido la fe en la dignidad, singularidad, insustituibilidad humanas dentro de la escala jerárquica de los seres, .. el hombre se ha convertido en un animal, animal sin metáforas, restricciones ni reservas, él, que en su fe anterior era casi Dios («hijo de Dios», «hombre Dios»)... A partir de Copérnico el hombre parece haber caído en un plano inclinado, .. rueda cada vez más rápido, alejándose del punto central .. ¿hacia dónde?, ¿hacia la nada?, ¿hacia el «horadante sentimiento de su nada»?... ¡Bien!, éste precisamente sería el camino derecho ..¿hacia el antiguo ideal?... Toda ciencia (y no sólo la astronomía, sobre cuyo humillante y degradador influjo hizo Kant una notable confesión, «ella aniquila mi importancia ...»), toda ciencia, tanto la natural como la innatural ..así llamo yo a la autocrítica del conocimiento.. tiende hoy a disuadir al hombre del aprecio en que hasta ahora se tenía a sí mismo, como si tal aprecio no hubiera sido otra cosa que una extravagante presunción; incluso podría decirse que la ciencia pone su propio orgullo, su propia áspera forma de ataraxia estoica en mantener en pie en sí misma ese difícilmente conseguido autodesprecio del hombre, como su última y más seria reivindicación de aprecio (con razón, de hecho: pues quien desprecia es siempre todavía alguien que «no ha olvidado el apreciar...»). ¿Se trabaja en verdad así en contra del ideal ascé- tico? ¿Acaso se piensa aún, con toda seriedad (como se imaginaron algún tiempo los teólogos), que, por ejemplo, la victoria de Kant sobre la dogmática de los conceptos teológicos («Dios», «alma», «libertad», «inmortalidad») ha demolido aquel ideal? ..a este respecto nada debe importarnos por el momento si Kant mismo tuvo siquiera el propósito de hacer algo de ese tipo. Lo cierto es que, a partir de Kant, los trascendentalistas de toda especie han tenido de nuevo ganada la partida, ..se han emancipado de los teólogos: ¡qué felicidad! ..Kant les ha descubierto un camino secreto en el que ahora les es lícito entregarse, con sus propios medios y con el mejor decoro científico, a los «deseos de su corazón». Asimismo: ¿quién podría tomar a mal ya a los agnósticos el que éstos, en cuanto veneradores de lo desconocido y misterioso en sí, adoren ahora como Dios el signo mismo de interrogación? (Xaver Doudan habla en una ocasión de los ravages [estragos] producidos por 1’habitude d’admirer 1’inintelligible au lieu de rester tout simplement dans I’inconnu [el hábito de admirar lo ininteligible en lugar de quedarse simplemente en lo desconocido]; él piensa que los antiguos habrían prescindido de ello). Suponiendo que nada de lo que el hombre «conoce» satisfaga sus deseos, sino que más bien los contradiga y espante, ¡qué divina escapatoria el que sea lícito buscar la culpa de ello no en el «desear», sino en el «conocer»!... «No existe ningún conocer: en consecuencia –– existe Dios»: ¡qué nueva elegantia syllogismi [elegancia del silogismo], ¡qué triunfo del ideal ascético! ..

Nietzsche: Así habló Zaratustra, Libro 4 

Levantad vuestros corazones, hermanos míos, ¡arriba! ¡más arriba!, ¡y no me olvidéis tampoco las piernas! Levantad también vuestras piernas, vosotros buenos bailarines, y aún mejor: ¡sosteneos incluso sobre la cabeza! Esta corona del que ríe, esta corona de rosas: yo mismo me he puesto sobre mi cabeza esta corona, yo mismo he santificado mis risas. A ningún otro he encontrado suficientemente fuerte hoy para hacer esto. Zaratustra el bailarín, Zaratustra el ligero, el que hace señas con las alas, uno dispuesto a volar, haciendo señas a todos los pájaros, preparado y listo, bienaventurado en su ligereza: -Zaratustra el que dice verdad, Zaratustra el que ríe verdad, no un impaciente, no un incondicional, sí uno que ama los saltos y las piruetas: ¡yo mismo me he puesto esa corona sobre mi cabeza! Esta corona del que ríe, esta corona de rosas: ¡a vosotros, hermanos míos, os arrojo esta corona! Yo he santificado el reír; vosotros hombres superiores, aprendedme - ¡a reír!

Nietzsche: Genealogía de la moral, cap. 27

..¡Basta! ¡Basta! Dejemos estas curiosidades y complejidades del espíritu más moderno, en las que hay igual número de cosas de que reír y de que enfadarse. Precisamente nuestro problema, el problema del significado del ideal ascético, puede prescindir de ellas. .. ¡Qué tiene él que ver con el ayer y con el hoy! Esas cosas las abordaré con mayor profundidad y dureza en otro contexto (bajo el título Historia del nihilismo europeo; remito para ello a una obra que estoy preparando: La voluntad de poder. Ensayo de una transvaloración de todos los valores). Lo único que me interesa haber señalado aquí es esto: incluso en la esfera más espiritual el ideal ascético continúa teniendo por el momento una sola especie de verdaderos enemigos y damnificadores: los comediantes de ese ideal, .. pues provocan desconfianza. En todos los demás lugares en que el espíritu trabaja hoy con rigor, con energía y sin falsedades, se abstiene ahora en todos ellos por completo del ideal ..la expresión popular de esa abstinencia es «ateísmo»: descontada su voluntad de verdad. Pero esta voluntad, este resto de ideal, es, si se quiere creerme, aquel ideal mismo en su formulación más rigurosa, más espiritual, aquel ideal vuelto total y completamente exotérico, despojado de todo aparejo exterior, y, en consecuencia, no es tanto el resto de aquel ideal cuanto su núcleo. El ateísmo incondicional y sincero (.. y su aire es lo único que respiramos nosotros, los hombres más espirituales de esta época) no se encuentra, según esto, en contraposición a aquel ideal, como a primera vista parece; antes bien, es tan sólo una de sus últimas fases de desarrollo, una de sus formas finales y de sus consecuencias lógicas internas, .. es la catástrofe, que impone respeto, de una bimilenaria educación para la verdad, educación que, al final, se prohibe a sí misma la mentira que hay en el creer en Dios. (Este mismo proceso evolutivo se ha dado en la India, con total independencia, y, por tanto, demuestra algo: el mismo ideal forzando a la misma conclusión; el punto decisivo alcanzado cinco siglos antes de la era europea, con Buda, o, más exactamente: ya con la filosofía sankhya que luego Buda popularizó y convirtió en religión.) ¿Qué es aquello que, si preguntamos con todo rigor, ha alcanzado propiamente la victoria sobre el Dios cristiano? La respuesta se encuentra en mi libro La gaya ciencia «La moralidad cristiana misma, el concepto de veracidad tomado en un sentido cada vez más riguroso, la sutilidad, propia de padres confesores, de la conciencia cristiana, traducida y sublimada en conciencia científica, en limpieza intelectual a cualquier precio. Considerar la naturaleza como si fuera una prueba de la bondad y de la protección de un Dios; interpretar la historia a honra de la razón divina, como permanente testimonio de un orden ético del mundo y de intenciones éticas últimas; interpretar las propias vivencias cual las han venido interpretando desde hace tanto tiempo los hombres piadosos, como si todo fuera una disposición, todo fuese un signo, todo estuviese pensado y dispuesto para la salvación del alma: ahora esto ha pasado ya, tiene en contra suya la conciencia, todos los espíritus más finos consideran esto indecoroso, deshonesto, lo consideran mentira, debilidad, cobardía, ..y precisamente en virtud de este rigor somos, si lo somos en virtud de algo, buenos europeos y herederos de la autosuperación más prolongada y más valerosa de Europa... » Todas las grandes cosas perecen a sus propias manos, por un acto de autosupresión: así lo quiere la ley de la vida, la ley de la «autosuperación» necesaria que existe en la esencia de la vida, .. en el último momento siempre se le dice al legislador mismo: patere legem, quam ipse tulisti [sufre la ley que tú mismo promulgaste]. Así es como pereció el cristianismo, en cuanto dogma, a manos de su propia moral; y así es como ahora también el cristianismo en cuanto moral tiene que perecer, .. nosotros nos encontramos en el umbral de este acontecimiento. Después de que la veracidad cristiana ha sacado una tras otra sus conclusiones, saca al final su conclusión más fuerte, su conclusión contra sí misma; y esto sucede cuando plantea la pregunta «¿qué significa toda voluntad de verdad?»... Y aquí toco yo de nuevo mi problema, nuestro problema, amigos míos desconocidos: ¿qué sentido tendría nuestro ser todo, a no ser el de que en nosotros aquella voluntad de verdad cobre conciencia de sí misma como problema?... Este hecho de que la voluntad de verdad cobre consciencia de sí hace perecer de ahora en adelante.. no cabe ninguna duda.. la moral: ese gran espectáculo en cien actos, que permanece reservado a los dos próximos siglos de Europa, el más terrible, el más problemático, y acaso también el más esperanzador de todos los espectáculos...


Salvador Dalí, sobre Le Grand Masturbateur: 

En este lugar privilegiado, la realidad y la sublime dimensión casi se funden. Mi paraíso místico empieza en las planícies del Empordá, está envuelto en las colinas de Alberes, y alcanza plenitud en la badía de Cadaqués. Esta tierra es mi permanente inspiración. El único sitio en el mundo, también, en dónde me siento querido. Cuando pinté la roca que titulé El Gran Masturbador, no hice nada más que rendir homenaje a uno de los promontorios de mi reino, y mi pintura era un himno a una de las joyas de mi corona.

La mejor poesía de Dalí fue legar en su muerte, este cuadro al Museo Reina Sofía de Madrid.


PS: Dedico este post a Audal, una nueva persona en este mundo.