Presentación

Este blog está realizado con el objetivo de divulgar conocimientos sobre filosofía, ciencia, sociedad, política y espiritualidad en un intento de unir estas disciplinas que en la actualidad se estudian por separado. Continuar leyendo la presentación

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miércoles, 20 de agosto de 2014

El Libermaxismo, la nueva ideología política


Bueno, me he cansado de estar en la ambigüedad entre el liberalismo y el comunismo. En nuestra sociedad la gente necesita de etiquetas, adoptar ideologías prefabricadas por gente hace muchos años, y declararse de izquierdas, de derechas, liberal, o socialista. En este post voy a unir de una vez por todas el liberalismo puro con la lucha de clases marxista, porque aunque nadie sea capaz de pensar más allá de los simples clichés y etiquetas, las dos ideologías políticas tienen cosas en común, y las dos están en contra del sistema corrupto actual. La unión hace la fuerza, y no se va a poder cambiar el sistema hasta que estas dos corrientes encuentren la manera de juntar esfuerzos para derrocar al sistema bancario-estatal-corporativo que nos gobierna, nos roba, y nos priva de libertad.

Lo primero que hay que hacer es definir los términos, porque a menudo los malentedidos radican en el lenguaje. Primero voy a definir los conceptos que se usan en el mundo de la política:

Neoliberalismo: Política reaccionaria iniciada en los años ochenta por Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Se basa en la defensa del libre mercado pero con un fuerte gasto militar y el privilegio de la banca en la creación del dinero, que se encuentra más allá del libre mercado, incluso del estado. Acostumbran a defender la moral cristiana.

Socialdemocracia: Defensa tanto del libre mercado como del privilegio de la banca, pero defienden que el estado tiene que proveer de manera gratuita ciertos servicios como son la educación, la sanidad, transporte... los recursos para el gasto público necesario en teoría se obtendrían con el aumento de impuestos a la clase rica, pero en la práctica se obtienen con créditos a la banca con interés. En teoría defienden la laicidad del estado, aunque en la práctica esto se convierte en un tipo de creencia materialista, quizás heredada del materialismo dialéctico de Marx. Al ser la educación controlada por el poder del estado, no se enseña a respetar ni la libertad ni el libre albedrío, y no hay alternativa posible. 

Capitalismo: Alternancia entre Neoliberalismo y Socialdemocracia, cada cuatro u ocho años en un teatro mediático del nivel intelectual de un niño de siete llamado Democracia. La banca controla tanto a los medios de comunicación como a los partidos Neoliberales y Socialdemócratas, así que no llega al votante la información sobre otras alternativas reales al sistema.

Las alternativas reales que suponen un cambio son precisamente el comunismo y el liberalismo extremo.

Comunismo: tiene el inconveniente que el estado pasa a controlarlo todo. En teoría las necesidades básicas de la población se pueden cubrir, pero se suprime la libertad como pequeño hándicap sin importancia, y siguiendo con la dialéctica marxista, surge una nueva clase parasitaria del poder que se llama Partido Comunista. Nunca se ha podido llegar al fin de las clases sociales o de la historia, como había pronosticado erróneamente Marx...

Libertarianismo: sólo con presencia en los países con fuerte tradición liberal(Inglaterra y Estados Unidos), defienden una casi anarquía con un estado en mínimas funciones(minarquía). La educación y la sanidad la pagan los individuos, los impuestos son mínimos, nula burocracia, y defensa a ultranza de la libertad individual. Defienden el libre mercado incluso en la creación del dinero, lo que inhabilitaría el monopolio bancario actual junto con sus privilegios. Para que nos entendamos, esto significa que tú como ciudadano podrías pagar con yenes aquí en España, con rublos, garbanzos, participaciones en empresas, fichas de dominó... Eliminar el Banco Central obligaría a los bancos a jugar con las reglas del libre mercado en vez de funcionar como parásitos que cobran del contribuyente. El pequeño inconveniente de la política libertariana tal y como está planteada hoy en día, es que si llegan al poder, dejarían de una tacada a más de la mitad de la población sin los servicios básicos que les permite la subsistencia, lo que no solo no va a suceder porque las clases bajas no son tan imbéciles como para votarlos, sino que si por aquella casualidad de la vida llegasen al poder, inmediatamente se originaría una revuelta social. Defienden la libertad también en el consumo de drogas, abogando por la legalización del comercio con cualquier sustancia: cocaína, heroína, crack, DMT, LSD...

Ahora vamos a realizar una pirueta intelectual y vamos a unir Comunismo con Libertariansimo. Lo voy a llamar libermaxismo.

Libermaxismo: La finalidad del libermaxismo es llegar al fin de la lucha de clases con un programa diseñado para conseguir al cabo de pocos años la minarquía que defienden los libertarios, pero con un poco de suavidad y una reestructuración previa de la riqueza(ojo, no confundir con capital, ya he comentado que ya no hay exclusividad en la concepción del medio de intercambio o dinero). Para el libermaxismo, la primera medida a tomar al llegar al poder sería el cierre de los Bancos Centrales.

Esto provocaría la quiebra masiva de bancos, corralitos como el de Argentina de hace unos años, así que la población tendría que prepararse para funcionar con intercambio de bienes o servicios hasta que las aguas de los bancos se calmasen un poco y pudiesen hacer frente a la nueva manera de funcionar más justa y digna para el ciudadano.

Liberalización de todos los servicios públicos, pero con una diferencia respecto las liberalizaciones que acostumbran a realizar los neoliberales. En vez de dar la empresa pública al compañero de pupitre del presidente, se daría a los trabajadores mediante participaciones en ella según el cargo que ocupen, responsabilidad, o antigüedad. La tierra es de quien la trabaja, como defendían los comunistas hace siglos. Una parte de los hospitales y las escuelas que en la actualidad son de propiedad pública se entregaría en forma de participaciones a los ciudadanos empadronados según proximidad o área de influencia. Los servicios básicos como la educación o la sanidad tendrían de esta manera que competir para vender sus servicios en el libre mercado. Terminaríamos así de una tacada con la doctrinalización en la enseñanza y con los beneficios de la industria farmacéutica, pues dejarían de estar pagados a fondo perdido por el sistema público corrupto actual, y tendrían que competir con la visión alternativa tanto de la educación como de la salud humana, que en la actualidad quedan fuera del sistema. La elección de un método u otro radicaría en el consumidor y en la conciencia o creencia de cada uno.

Evidentemente que se defiende la propiedad privada. La negación del concepto de propiedad es una utopía que ha llevado las bonitas teorías marxistas hasta el autoritarismo stalinista sin ningún respeto por la diferencia ni el individuo. La propiedad otorga responsabilidad, algo que evidentemente se pierde cuando manejas el llamado “dinero público”, que se ha demostrado que siempre termina en los bolsillos de los “amiguetes del gobierno de turno”. Las cooperativas evidentemente que pueden existir en este sistema, cada una según los estatutos que decidan sus miembros en su ejercicio de la libertad y la propiedad.

La finalidad del gobierno, una vez realizada la transición, será velar contra los monopolios y mantener unas leyes simples y entenedoras en defensa de la integridad física, la libertad, la libre asociación, y la propiedad de los ciudadanos.

Se eliminarían los impuestos IVA e IRPF. El estado reducido en funciones se mantendría con las herencias(impuesto de sucesiones). Habrá que ganar dinero para vivir, no para morir...

Cierre del espacio radioeléctrico. A parte del peligro para la salud que supone la saturación de ondas electromagnéticas actual, éstas se han usado en el siglo XX para monopolizar, orientar, y/o guiar la opinión publica a través de la radio y la televisión con técnicas goebbelianas(nazis). Con la tecnología informática y la fibra óptica se evitan las radiaciones electromagnéticas, y permiten la bidireccionalidad de la información, un hecho que per se democratiza, descentraliza la cultura favoreciendo el diálogo y la interacción entre los ciudadanos.

Evidentemente que la ideología política del libermaxismo es internacionalista y no racista. Los estados libermaxistas pomoverán la libertad y el respeto hacia los demás estados aunque todavía sean capitalistas.

En el siguiente vídeo vemos al libertario americano Ron Paul argumentando y exigiendo en el congreso el fin del Banco Central Americano(Reserva Federal).


Y aquí Natalie Cardone nos recuerda una de las víctimas del colonialismo Neoliberal americano.

 

El libermaxismo es la síntesis hegeliana que necesita la actualidad.


jueves, 18 de octubre de 2012

Un poco de realidad cotidiana



La mejor forma de controlar a las multitudes es que no se den cuenta de que están siendo controladas.
Si estas en el metro y te roba un carterista, si tú te das cuenta, lo miras a los ojos y le dices:
-Tío, te he pillado, devuelveme mi  dinero.
 Si él te responde:
-No, es que es para rescatar a los bancos, que son necesarios para el sistema actual, que sino el mundo desaparece y viene el apocalipsis.
Entonces le pegas cuatro hostias, recuperas tu cartera, y le dices:
-Lo siento, pero es que resulta que es mío, me lo he ganado con mi esfuerzo, y lo necesito para mantener a mi familia. 

Está claro que el sistema actual no funciona, ¿no? ¿Y cuál es la alternativa? ¿Comunismo?
Vamos a hablar un poco de comunismo. 

Marx tiene su importancia histórica, política y filosófica. Se le atribuye popularmente ser el creador del concepto de la dialéctica histórica, de la alienación económica mediante la plusvalua que roba el empresario al trabajador. También es un referente en cuanto a la organización para la lucha de las clases trabajadoras o desfavorecidas ante cualquier sistema de opresión contra los individuos. No se le puede negar protagonismo, cuando la mitad del mundo en el siglo XX estaba gobernado por la doctrina Marxista.

El Concepto de la alienación:
Me gusta este concepto. Significa algo así como que yo devengo otro, que dejo de ser yo mismo para ceder ante alguien o algo alieno a mi realidad.  El hecho de que el empresario “robe” al trabajador, en muchos casos es cierto, pero no hay que olvidar que el precio de las cosas se expresa en función de la demanda de ese bien o servicio. Hay empresas pequeñas, donde el empresario simplemente es un trabajador más que hace trabajos de organización de las fuerzas productivas, búsqueda de clientes, algo de lo que los trabajadores también se benefician. No hay que olvidar, que en los sistemas de economía centralizada, también hay empresas. Bueno, de hecho hay una sola gran empresa: el Estado. Así pues, la alienación, que en muchos casos sí que es económica, sobretodo en empresas grandes donde hay muchos cargos intermedios y directivos que simplemente no hacen nada, existe. Pero no es tan económica como decía Marx, sino que creo que es mas bien sicológica

Evidentemente, la gestión de una empresa tiene un valor que tiene que ser remunerado. Que en algunas empresas sea demasiado remunerado no lo pondré en duda, pero es una tarea difícil no exenta de riesgos(sobre todo si el emprendedor ha puesto su dinero en la empresa).
Ya sea en economías planificadas centralmente o de libre mercado, las decisiones sobre qué hay que producir y cómo no son exentas de riesgo, pues cualquier actividad productiva significa hacer una previsión de futuro sobre la demanda de este bien, pues la manufactura, evidentemente, toma su tiempo.  
 
Marx es uno de los últimos coletazos racionalistas, los cuales rigen todavía en los centros educativos actuales. Se basa en la idea de que el hombre, de manera planificada o estudiada, puede llegar a conocer y prever el curso de la historia y de las necesidades humanas.  Si la carrera de sicología actual sirviese de algo, no habría tantos sicópatas mintiendo como bellacos por la tele como si nada. Si la carrera de economía actual sirviese para algo, no estaríamos en la crisis económica mundial en la que nos encontramos.

La diferencia entre el Marxismo y el libre mercado es que en el proceso de previsión y anticipación de las necesidades humanas para producir aquellos bienes que interpretamos, serán necesarios en el futuro, si una economía centralizada se equivoca, todo el país sufre las consecuencias. Mirar sino el ejemplo de la URSS, o de Cuba. En una economía de libre mercado, si una empresa sufre pérdidas porque no puede colocar sus productos al mercado al precio que ella estimó con que podría recuperar la inversión, asume pérdidas, cierra la barraca, y sus activos se venden, o pasan a producir otro bien que sí salga a cuenta producir. Solo cierra aquella empresa, y son pocos los trabajadores afectados, que rápidamente pueden colocarse en otro sector productivo. Esto en el comunismo es imposible, y cuando colapsa, colapsa todo el estado.
Si, ya sé que estaréis pensando. El capitalismo también está colapsando ahora… entonces, ¿cuál es la diferencia?

Ahh… amigos... dejad de mirar la tele, porque os la están metiendo doblada… aunque con vaselina no duele tanto, claro…

Pues la verdad, la diferencia entre el comunismo o economía centralizada y el sistema actual llamado Capitalismo es muy poca. Más que nada, no tienen los dos absolutamente nada que ver con el libre mercado.  El sistema actual está absolutamente controlado a través de los bancos centrales, bancos subsidiarios, gobiernos, partidos políticos y medios de comunicación o propaganda, que necesitan de su financiación. A través del control de la emisión del dinero. Éste es un sistema en donde gobierna una oligarquía y evidentemente, para sus intereses. No tiene absolutamente NADA que ver con el libre mercado. Éste sistema promueve a las grandes corporaciones, que conviven con el estado, creando una forma de gobierno similar al comunismo, aunque la vía para la consecución de éste difiera radicalmente de la doctrina Marxista. Sé de lo que hablo, pues trabajo en una Gran Corporación monopolista a nivel mundial, beneficiada enormemente por contratos militares con el gobierno de los EEUU desde la Segunda Guerra Mundial, que ahora se está haciendo con el control  de los principales sectores estratégicos a nivel planetario. Evidentemente, con la ayuda de los bancos centrales y de la confianza que la mayoría de nosotros depositamos en el papel que ellos emiten o imponen como medio de intercambio(moneda de curso legal). Las grandes corporaciones en su esencia, funcionan de manera jerárquica, y cuando tienen el monopolio, ya no importa la competencia, ni hacer las cosas bien, ni dar un buen servicio, porque simplemente, no se necesita. Entonces pasan a ser bloques mastodónticos, estructuras de poder alejadas de las necesidades de los consumidores(igual que en el modelo soviético).

Marx, a diferencia de Hobbes, pensaba que el hombre era bueno por naturaleza, y que una vez terminada la lucha de clases, y ejecutada la dictadura del proletariado, todos pasaríamos a colaborar felizmente en pro del bien común(El final de la Historia, como lo llamaba Marx). Es curioso cómo Marx, un materialista hasta la médula, basa toda su teoría en una creencia metafísica de que a) el hombre de por sí es bueno y le interesa el bien común en detrimiento del individual, y b) la dialéctica Hegeliana que él aplica solamente en la lucha de clases, por arte de magia, después de la revolución y de la dictadura del proletariado, dejaría de tener efecto, alcanzando así la humanidad el paraíso terrenal sin luchas ni contradicciones. Esto amigos míos es una creencia, quizás un deseo personal de Marx, pero que no tiene ABSOLUTAMENTE nada que ver con la realidad.

1º: El concepto de lo bueno y lo malo es subjetivo, como he explicado reiteradas veces en el blog. Lo contrario es una creencia o religión.
2º: La dialéctica Hegeliana(tesis, antítesis, síntesis), que quizás él hubiera tenido que pasar más tiempo estudiando antes de interpretarla y aplicarla a la lucha de clases, supone un constante devenir entre los opuestos, que cuando se reconcilian, generan la síntesis, que al mismo tiempo es otra tesis, y vuelta a empezar. La dialéctica se asemeja al símbolo de la espiral que es tan común en culturas antiguas o mistéricas(El propio Hegel aceptó esta comparación). No hay un final. Es un constante ir y devenir, cada vez con un grado mayor de conocimiento y complejidad.
  

Lauburu vasca




Esvástica hindú



Trisquel o espiral celta