Presentación

Este blog está realizado con el objetivo de divulgar conocimientos sobre filosofía, ciencia, sociedad, política y espiritualidad en un intento de unir estas disciplinas que en la actualidad se estudian por separado. Continuar leyendo la presentación

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domingo, 14 de septiembre de 2014

Arte Vs. Ciencia: round 2



En el post Arte vs Ciencia Round 1, expuse cómo Freud creó un método para acercar los misterios del inconsciente al positivismo científico que ha resultado en dogma, el sustituto perfecto a la pérdida de fe en la religión tradicional. 
 
Para entender las ideas y los personajes hay que entender la época en dónde vivieron. Finales del s.XIX y principios del s.XX es una época marcada por el resurgimiento de las fuerzas de la naturaleza, instintos, y pasiones que marcaron el romanticismo, el auge de la ciencia materialista, darwinismo, receso de la influencia de los dogmas judeocristianos en cuanto a las cuestiones humanas, y sustitución de éstos por los recientes éxitos de la ciencia racionalista y materialista. Paralelamente al racionalismo científico, surge una revitalización del esoterismo, ocultismo, espiritismo y paganismo, que se encontraba en estado latente en Alemania. Primera Guerra Mundial, Revolución Comunista en Rusia, pobreza en Europa, y Nacionalsocialismo como la respuesta Alemana al problema humano. ¿Por qué Alemania empieza la caza de los judíos? No es ningún secreto el hecho de que la doctrina filosófica Nazi recibe influencias del paganismo y del hinduísmo. La esvástica como bandera es el elemento indiscutible que demuestra la afición alemana de la época por la filosofía hinduísta o budista.

El Dios todopoderoso judeocristiano recibe estocadas tanto por parte del paganismo-hinduísmo como por parte del racionalismo científico. Europa del Este y Central ruge ante los cambios de mentalidad humana, y un racionalismo planificador basado en el materialismo(comunismo) compite con una mezcla de orgullo racial nórdico y neopaganismo(nazismo).

El nazismo perdió la guerra, y entonces quedaron enfrentados el comunismo ateo con la reválida del pobre “Dios Todopoderoso” judeocristiano, que resurge de sus cenizas ahora refugiado en los Estados Unidos de América.

Entender el concepto de los arquetipos mentales es crucial para no perderse en la complejidad de la lucha en el mundo de las ideas y las ideologías. No es nada nuevo decir que el comunista simplemente cambia una creencia por otra, manteniendo el mismo tipo de estructura mental que funcionaba bajo el cristianismo. Esta afirmación la comparte Jung, un servidor, y numerosos escritores y pensadores que vivieron en primera persona los intentos revolucionarios en España como Hemingway o Orwell.

Dios es bueno y cuida de nosotros.

se cambia a:

El Estado es bueno y cuidará de nosotros.

De la misma manera, la creencia ciega en la verdad de las escrituras religiosas se transforma en la creencia ciega en el materialismo científico, negando firmemente cualquier posibilidad de acción a “fuerzas ocultas” o místicas. Cambia la forma, la expresión verbal, pero no los procedimientos mentales ni la manera de creer y no querer escuchar alternativas. Tanto el monoteísmo dogmático como el racionalismo científico mantienen en común el uso exclusivo de la parte racional del cerebro, negando la validez de la parte emocional, subjetiva, del terreno del arte y los sentimientos. Nos encontramos de forma clara y evidente con el mismo arquetipo mental, que simplemente cambia, muda de piel manteniendo los rasgos más característicos que lo diferencian de otros. El camuflaje de este arquetipo escurridizo fue desubierto por Nietzsche, que lo bautizó como el Ideal Ascético, pues simplemente se basa en el intento del dominio racional de la mente sobre la parte irracional o emocional. En otros términos, el sometimiento del inconsciente por parte de la mente consciente.

Y enmedio del caos de los incios del s.XX surge de entre la bruma un médico con raíces judías que promulga un nuevo método de control del inconsciente: Sigmund Freud. Su teoría de que todos los problemas en la psique humana son causados por la represión del instinto libidinoso causa uno de los múltiples revueltos de aquella época. El instinto primordial, la madre del cordero de la conducta humana pasa de aquella fuerza priomrdial y espontánea que era la Voluntad de Schopenhauer, por la Voluntad de Poder de Nietzsche, y se detiene en la Voluntad de Follar de Freud.

No hay nada de malo en usar una palabra u otra para designar aquello que todos sabemos que juega un rol importante en nuestras vidas: el instinto. El problema de Freud reside en la solución que plantea él ante el problema de la violencia y el instinto humano. Freud cree que la vida civilizada es una mascarada, una imposición, una prisión al instinto animal más básico, que según él, siguiendo con el materialismo darwinista de la época, és lo único auténtico en el hombre. Y entiende que sin las normas de conducta de la vida en sociedad, esto sería una guerra de todos contra todos que terminaría con la destrucción de la cultura. Entonces es cuando realiza una perífrasis, y paradójicamente pasa a justificar la represión sobre los instintos al mismo tiempo que reconoce que son la esencia humana.

La solución racista-neopagana pierde la Segunda Guerra Mundial, y se abre el camino al desarrollo del materialismo como doctrina filosófica. Y entonces Freud juega un rol importante en el asentamiento de la moral judeocristiana en la segunda mitad del s.XX. Proporciona la solución al problema de los instintos humanos con la vieja fórmula juedeocristiana(que él llamaría superego), justificada de esta forma la moral judía sobre las bases del materialismo científico, sustituyendo la Iglesia de los domingos por las charlas con el psicoanalista.

¿Dónde queda entonces la promesa del superhombre de Nietzsche? ¿Qué sucede con la esperada resurrección del espíritu artístico de la antigua Grecia? ¿Dónde están los nuevos valores que necesita el hombre para ser feliz? ¿Cómo integramos armoniosamente nuestros instintos y nuestro interior en la sociedad? ¿Cómo expresamos nuestras emociones?

De momento dejaremos hablar a una persona que conoció muy de cerca a Sigmund Freud:

Jung: Recuerdos, Sueños, Pensamientos (1961), capítulo V: Sigmund Freud

Ya en 1900 leí la obra de Freud Interpretación de los sueños. Dejé el libro a un lado porque no lo comprendía aún. A los veinticinco años carecía de experiencia para poder comprobar las teorías de Freud. Sólo fue más tarde cuando pude hacerlo. En 1903 volví a leerlo y descubrí la relación con mis propias ideas. Lo que me interesó principalmente en esta obra fue la aplicación al campo del sueño del concepto «mecanismo de represión», procedente de la psicología de la neurosis. Esto era importante para mí, porque en mis experimentos de asociación de palabras con frecuencia surgían represiones: a ciertas palabras sugerentes, los pacientes no sabían dar una respuesta asociativa, o se tomaban un tiempo considerablemente largo para reaccionar. Como se comprobó posteriormente, se presentaba este trastorno cada vez que la palabra sugerente afectaba a un dolor o conflicto anímico. Pero ello era en la mayoría de los casos desconocido por el paciente, y a mi pregunta acerca de la causa del trastorno respondían de modo extraño y rebuscado. La lectura de la Interpretación de los sueños de Freud me mostró que aquí actuaba el mecanismo de la represión y que los hechos observados por mí coincidían con su teoría. No podía más que constatar sus conclusiones. Algo distinto sucedió en relación con el tema de la represión. En este aspecto no podía dar la razón a Freud. Él veía como causa de la represión el trauma sexual y ello no me bastaba. En mi consulta conocí numerosos casos de neurosis en los cuales la sexualidad desempeñaba un papel meramente secundario, mientras que había otros factores en primer plano, por ejemplo, el problema de la adaptación social, de la opresión por circunstancias de la vida, las pretensiones de prestigio, etc. Posteriormente le presenté a Freud tales casos, pero él no admitía otros factores que no fueran la sexualidad. Esto me pareció muy poco satisfactorio. “

Nos encontramos a la una del mediodía y hablamos durante trece horas ininterrumpidamente, por así decirlo. Freud era el primer hombre realmente importante que yo conocía. Ningún otro hombre de los que entonces conocía podía equiparársele. En su actitud no había nada de trivial. Le encontré extraordinariamente inteligente, penetrante e interesante en todos los aspectos. Y pese a ello mis primeras impresiones sobre él fueron poco claras y en parte incomprendidas. Lo que me decía acerca de su teoría sexual me impresionó. Sin embargo sus palabras no lograron disipar mis dudas y reflexiones. Se las planteé más de una vez, pero siempre me objetaba mi falta de experiencia. Freud llevaba razón: entonces no poseía yo la experiencia suficiente para fundamentar mis argumentos. Vi que su teoría sexual era extraordinariamente importante para él, tanto en el sentido personal como filosófico. Ello me impresionó, pero no podía explicarme exactamente hasta qué punto esta valoración positiva dependía en él de premisas subjetivas y hasta qué punto de experiencias concluyentes. En especial, la posición de Freud respecto al espíritu me pareció muy cuestionable. Siempre que en un hombre o en una obra de arte se manifestaba el lenguaje de la espiritualidad, le parecía sospechoso y dejaba entrever una «sexualidad reprimida». Lo que no podía explicarse directamente como sexualidad, lo caracterizaba como «psicosexualidad». Yo objetaba que su hipótesis, llevada a sus lógicas conclusiones, conducía a un juicio demoledor sobre la cultura. La cultura aparecía como una mera farsa, como fruto morboso de la sexualidad reprimida. «Ciertamente —concedía él—, así es. Ello es una maldición del destino contra la cual nada podemos.» Yo no estaba dispuesto en absoluto a darle la razón. Sin embargo, no me sentía maduro todavía para entablar una polémica. Hay todavía algo en este primer encuentro que me resultó significativo. Concierne a cosas que, sin embargo, sólo logré comprender y meditar después del fin de nuestra amistad. Era evidente que la teoría sexual de Freud resultaba singularmente sugestiva. Cuando Freud hablaba de ello, su voz se hacía imperiosa, angustiosa casi, y ya no se notaba nada de su actitud crítica y escéptica. Una expresión extrañamente agitada, una causa que no lograba yo aclarar, animaba su rostro. Me impresionó profundamente que la sexualidad significara para él un numinosum. Mi impresión quedó confirmada por una conversación que tuvo lugar unos tres años después (1910), nuevamente en Viena. Recuerdo todavía muy vivamente cómo me dijo Freud: «Mi querido Jung, prométame que nunca desechará la teoría sexual. Es lo más importante de todo. Vea usted, debemos hacer de ello un dogma, un bastión inexpugnable.» Me dijo esto apasionadamente y en un tono como si un padre dijera: «Y prométeme, mi querido hijo, ¡que todos los domingos irás a misa!» Algo extrañado le pregunté: «Un bastión ¿contra qué?» A lo que respondió: «Contra la negra avalancha», aquí vaciló un instante y añadió: «del ocultismo». En primer lugar fueron el «dogma» y el «bastión» lo que me asustó; pues un dogma, es decir, un credo indiscutible, se postula sólo allí donde se quiere reprimir una duda de una vez para siempre. Pero esto ya no tiene nada que ver con una opinión científica, sino sólo con un afán de poder personal. Esto constituyó un rudo golpe para nuestra amistad. Yo sabía que nunca podría aceptar esto. Lo que Freud parecía entender por «ocultismo» era, más o menos, todo lo que la filosofía y la religión, incluyendo la parapsicología, que por entonces estaba de moda, tenían que decir sobre el alma. Para mí la teoría sexual era igualmente «oculta», es decir, indemostrable, pura hipótesis posible, como muchas otras concepciones especulativas. Una verdad científica era para mí una hipótesis satisfactoria por el momento, pero no un artículo de fe para todos los tiempos. Sin poder entonces comprender esto correctamente, había observado en Freud una secuela de factores religiosos inconscientes. Manifiestamente quería alistarme para una defensa común contra amenazadores signos inconscientes. La huella que me dejó esta conversación contribuyó a mi confusión; pues hasta entonces no había atribuido a la sexualidad el alcance de una cuestión indecisa a la que se debe prestar fidelidad porque pudiera perderse. Para Freud la sexualidad significaba, por lo visto, más que para los demás. Era para él una res religiose observanda. Bajo la influencia de tales ideas y cuestiones se incurre, por regla general, en la desconfianza y la reserva. Así, nuestras conversaciones terminaron pronto, tras algunos balbucientes intentos por mi parte. Yo estaba profundamente impresionado, confuso y desconcertado. Tenía la sensación de haber lanzado una ojeada a un país nuevo y desconocido, de donde me llegaban volando bandadas de nuevas ideas. Una cosa estaba clara para mí: Freud, que siempre hacía hincapié en su irreligiosidad, se había construido un dogma, mejor dicho, en lugar del Dios celoso que había perdido, había puesto una imagen forzosa, concretamente a la sexualidad; una imagen que no era menos apremiante, exigente, despótica, amenazadora y ambivalente moralmente. Del mismo modo
que al más fuerte psíquicamente y por lo tanto, terrible, corresponden los atributos de «divino» o «diabólico», la «libido sexual» había adoptado en él el papel de un deus absconditus, de un Dios oculto. La ventaja de esta mutación consistía para Freud en que el nuevo principio numinoso le
parecía irreprochable científicamente y libre de todo lastre religioso. Pero en el fondo subsiste la numi-nosidad como propiedad psicológica de los principios antagónicos inconmensurables racionalmente: Jehová y sexualidad. Sólo había variado la denominación y con ello ciertamente también el punto de vista: no era en lo alto donde había que buscar lo perdido, sino abajo. Pero ¿qué le importa, al fin y al cabo, al más fuerte, si se le define de éste o de otro modo? Si no existiera psicología alguna sino sólo objetos concretos, se habría en efecto destruido a uno, para colocar a otro en su lugar. En la realidad, es decir, en el campo de la experiencia psicológica, no ha desaparecido empero nada en absoluto de la urgencia, angustia, coacción, etc. Como antes, se plantea la cuestión de cómo aparece o desaparece el miedo, el remordimiento, la culpa, la coacción, la inconsistencia y la impulsividad. Si no proviene del lado diáfano, idealista, entonces quizá lo haga del oscuro, del biológico. Como llamas momentáneamente oscilantes pasaron por mi cabeza estos pensamientos. Mucho más tarde, cuando medité sobre el carácter de Freud, se me hicieron importantes y revelaron su significado. Un rasgo de su carácter me preocupaba en especial: la amargura de Freud. Ya me llamó la atención en nuestro primer encuentro. Durante mucho tiempo no logré comprenderlo hasta que pude relacionarlo con su actitud respecto a la sexualidad. Para Freud la sexualidad significaba ciertamente un numinoso, pero en su teoría se expresa exclusivamente como función biológica. Sólo la inquietud con que hablaba de ello permitía deducir que en él resonaba más profundamente. En última instancia quería enseñar —así por lo menos me lo pareció a mí— que, vista desde dentro, la sexualidad implicaba también espiritualidad o tenía sentido. Su terminología concreta era, sin embargo, demasiado limitada para poder expresar esta idea. Así pues, me daba la impresión de que trabajaba contra su propio objetivo y contra sí mismo; y no existe amargura peor que la de un hombre convertido en el más encarnizado enemigo de sí mismo. Según su propia expresión, se sentía amenazado por la «negra avalancha», él, que había propuesto principalmente vaciar las oscuras profundidades. Freud no se preguntó nunca por qué debía hablar constantemente sobre el sexo, por qué este pensamiento le poseía. Nunca tendría consciencia de que en la «monotonía del significado» se expresaba la huida de sí mismo, o de aquella otra parte suya que quizás pudiera definirse como «mística». Sin reconocer esta parte no podía sentirse acorde consigo mismo. Era ciego frente a la paradoja y la ambigüedad de los significados del inconsciente, y no sabía que todo cuanto emerge del inconsciente posee algo superior e inferior, algo interno y externo. Cuando se habla de lo externo —y esto hizo Freud— se considera sólo la mitad de ello y, consiguientemente, surge en el inconsciente una fuerza antagónica. Contra esta parcialidad de Freud no había nada que hacer. Quizás una íntima experiencia personal le hubiera podido abrir los ojos; pero a lo mejor su mente lo hubiera reducido también a «mera sexualidad» o «psicosexualidad». Fue prisionero de un punto de vista y justamente por ello veo en él una figura trágica, pues era un gran hombre.”

“Nietzsche, entregado y supeditado a su destino, tuvo que crearse un «superhombre». Freud, así concluí yo, quedó tan impresionado por el poder del eros que quiso elevarlo a un numen religioso, incluso a dogma —aere perennius. No es ningún secreto que Zaratustra es el heraldo de un evangelio, y Freud compite incluso con la Iglesia en su intención de canonizar los principios. No hizo esto de un modo demasiado ostensible, pero sí, sin embargo, con la intención, sospechosa para mí, de querer pasar por profeta. Levanta la trágica reivindicación y la destruye a la vez. Así sucede casi siempre con las numinosidades, y esto es lógico, pues en cierto aspecto son verdaderas y en otro, inciertas. La vivencia luminosa se eleva y se hunde a la vez. Si Freud hubiera observado mejor la verdad psicológica de que la sexualidad es numinosa —es un Dios y un Diablo— no se hubiera quedado atascado en la estrechez de un concepto biológico. Y Nietzsche, con su entusiasmo, no se hubiera situado al margen del mundo, si hubiera dado más importancia a los fundamentos de la existencia humana.”

“La conversación con Freud me mostró que él temía que la luz numinosa de su teoría sexual pudiera extinguirse por la «negra avalancha». De ello surgió una situación mitológica: la lucha entre luz y tinieblas. Esto explica la numinosidad de esta cuestión y el recurrir inmediatamente a un refugio religioso, a un dogma. En mi próximo libro, que se ocupa de la psicología de la lucha heroica, describo el trasfondo mítico de la extraña actitud de Freud. La interpretación sexual por una parte y las ansias de poder del «dogma» por otra me condujeron, en el transcurso de los años, al problema tipológico, así como a la polaridad y energética del alma. A ello siguió la investigación, durante varios decenios, de la «negra avalancha del ocultismo»; intenté comprender las premisas históricas conscientes e inconscientes de nuestra psicología actual. Me interesaba oír las opiniones de Freud sobre la precognición y sobre parapsicología en general. Cuando le visité en 1909 en Viena le pregunté qué pensaba acerca de ello. De acuerdo con su prejuicio materialista, rechazó radicalmente la cuestión como algo absurdo, basándose en un positivismo tan superficial, que me fue difícil no responderle con acritud. Transcurrieron todavía algunos años hasta que Freud reconoció la importancia de la parapsicología y la autenticidad de los fenómenos «ocultos». Mientras Freud exponía sus argumentos, yo sentí una extraordinaria sensación. Me pareció como si mi diafragma fuera de hierro y se pusiera incandescente —una cavidad diafragmática incandescente. Y en este instante sonó un crujido tal en la biblioteca, que se hallaba inmediatamente junto a nosotros, que los dos nos asustamos. Creímos que el armario caía sobre nosotros. Tan fuerte fue el crujido. Le dije a Freud: «Esto ha sido un fenómeno de exteriorización de los denominados catalíticos.» «¡Bah —dijo él—, esto sí que es un absurdo!» «Pues no», le respondí, «se equivoca usted, señor profesor. Y para probar que llevo razón le predigo ahora que volverá inmediatamente a oírse otro crujido». Y, efectivamente: ¡apenas había pronunciado estas palabras se oyó el mismo crujido en la biblioteca! No sé aún hoy por qué tenía tal certeza. Pero sabía con toda exactitud que el crujido iba a repetirse. Freud me miró horrorizado. No sé qué pensaba o qué miraba. En todo caso, este hecho despertó su desconfianza hacia mí y yo tuve la sensación de haberle hecho algo. Nunca más volví a hablarle de esto.”

“Mi interés irritó a Freud. «Pues ¿qué le pasa a usted con estos cadáveres?», me preguntó varias veces. Se disgustó mucho y durante una conversación sobre ello en la mesa sufrió un mareo. Después me dijo que estaba convencido de que esta charla sobre cadáveres significaba que yo le deseaba la muerte. Quedé más asombrado por esta opinión suya. Quedé asustado y ciertamente por el poder de sus fantasías que podían llegar a ocasionarle un desmayo.”

“Con anterioridad, Freud había formulado ante mí repetidas alusiones a que me consideraba su sucesor. Estas predicciones me resultaban penosas, pues yo sabía que no sería capaz de patrocinar correctamente sus opiniones, es decir, con el significado que él les daba. Además, tampoco había logrado exponer mis objeciones de tal modo que él pudiera aceptarlas, y sentía demasiado respeto por él para poder exigir una explicación definitiva. La idea de que debía encargarme de la dirección de un grupo me resultaba desagradable por muchos motivos. No me interesaba una cosa así. No podía sacrificar mi independencia espiritual y este aumento de prestigio me resultaba incómodo porque no
significaba otra cosa que un abandono de mis verdaderos fines. Para mí se trataba de la investigación de la verdad y no de una cuestión de prestigio personal.”

“Nuestro viaje a los Estados Unidos, que emprendimos en 1909 en Bremen, duró siete semanas. Estuvimos juntos todos los días y analizábamos nuestros sueños. Tuve entonces sueños importantes, con los que Freud no supo qué hacer. No le hice por ello censura alguna, pues al mejor analista le puede suceder que no pueda descifrar el acertijo de un sueño. Era un fallo humano y nunca me hubiera inclinado a interrumpir nuestros análisis y nuestra relación me resultaba sobremanera valiosa. Consideraba a Freud una personalidad de más edad, más madura y de mayor experiencia, y a mí como a un hijo. Sin embargo, sucedió algo que supuso un duro golpe a nuestras relaciones. Freud tuvo un sueño cuyo contenido no estoy autorizado a exponer. Lo interpreté lo mejor que supe, pero añadí que se podían deducir muchas más cosas si quería comunicarme algunos detalles de su vida privada. A estas palabras, Freud me miró extrañado —su mirada estaba llena de desconfianza— y dijo: «El caso es que no puedo arriesgar mi autoridad.» En este instante la perdió. Esta frase se me grabó en la memoria. En ella estaba escrito el final de nuestra relación. Freud colocaba la autoridad personal por encima de la verdad.”

“Bajo la influencia de la personalidad de Freud me había privado en lo posible de mi propio juicio y reprimido mi sentido crítico. Esto constituía la condición previa bajo la que podía colaborar. Me decía a mí mismo: «Freud es mucho más experimentado y más hábil que tú. Ahora escucha simplemente lo que él dice y aprende de él.» Y entonces, para mi asombro, soñé que él era un funcionario amargado de la monarquía austríaca, le soñé muerto, pero como inspector de aduanas aún «en activo». ¿Significaba esto el deseo de muerte que Freud mencionaba?”

“Naturalmente, los hombres que nada saben de la naturaleza son neuróticos, pues no se adaptan a la realidad. Son demasiado ingenuos, como niños, y se les debe explicar, por así decirlo, que son hombres corno los demás. Es verdad que con ello los neuróticos no están todavía curados y sólo pueden conseguir recuperar la salud si se desprenden del cieno de cada día. Pero sólo se encuentran a gusto en su situación de represión, y ¿cómo podrían librarse de ella, si el psicoanálisis no les revela algo mejor y distinto, si incluso la teoría los aprisiona y sólo les deja como posibilidad de solución la decisión «razonable» o «racional» de renunciar definitivamente a sus chiquilladas? Pero esto es precisamente lo que, por lo visto, no pueden hacer. ¿Y cómo podrían hacerlo si no se les descubre algo en que poder apoyarse? No se puede rechazar ninguna forma de vida sin sustituirla por otra. Un modo de vivir totalmente razonable es en la práctica generalmente imposible, máxime cuando, en principio, se es un neurótico. Ahora comprendía por qué me resultaba del mayor interés la psicología personal de Freud. Debía saber a toda costa cómo surgió su «solución razonable». Ello era para mí una cuestión vital por cuya respuesta estaba yo dispuesto a sacrificar mucho. Ahora lo veía claro. Él mismo tenía una neurosis y concretamente fácil de diagnosticar por sus síntomas bastante desagradables, como descubrí en nuestro viaje a América. Me descubrió entonces que todo el mundo es algo neurótico y que, por lo tanto, hay que ser tolerante. Pero no me sentía dispuesto a quedar satisfecho con esto, sino que quería saber mucho más, es decir, cómo se puede evitar una neurosis. Había visto que ni Freud ni sus discípulos podían comprender qué significaba el psicoanálisis en la teoría y en la práctica, puesto que ni siquiera el maestro había logrado resolver su propia neurosis. Cuando anunció su intención de identificar y dogmatizar la teoría y el método, ya no pude cooperar más con él, y no me quedó más opción que retrotraerme a mí.”

Ahora vamos a leer la opinión de Salvador Dalí sobre el creador del psicoanálisis.

Salvador Dalí, Diario de un genio, 11 de Mayo de 1957

“Ésta es, en una única imagen visual, la prueba que aporto a mi tesis, todavía no sostenida, según la cual Freud no sería otra cosa que un «gran místico al revés». Ya que si su cerebro, pesado y condimentado con todas las viscosidades del materialismo, en lugar de colgar depresivamente, estirado por la fuerza de la gravedad de las cloacas más subterráneas de las profundidades de la tierra, se hubiera estirado, por el contrario, hacia el otro vértice, el de los abismos celestiales, su propio cerebro, repito, en vez de parecerse al caracol casi amoniacal de la muerte, se habría asemejado a la gloriosa Asunción pintada por el Greco, de la que he hablado unas líneas más arriba.

El cerebro de Freud, uno de los más saborosos e importantes de nuestra época, es, por excelencia, el caracol de la muerte terrestre. En eso, por otra parte, reside la esencia de la constante tragedia del pueblo judío, siempre privado de ese elemento primordial: la Belleza, condición necesaria para alcanzar el pleno conocimiento de Dios, que ha de ser de una belleza suprema.

Al parecer, sin darme cuenta, dibujé la muerte terrestre de Freud en el retrato al carbón que hice de él un año antes de su muerte. Pretendía, especialmente, realizar un dibujo puramente morfológico del genio del psicoanálisis, en lugar de intentar hacer de una forma evidente, el retrato de un psicólogo.”

“Encasillo a Freud sin la mayor vacilación en la categoría de los héroes. Ha desplazado, en el aprecio del pueblo judío, al más grande de sus héroes, el que hasta ahora gozaba de mayor prestigio: Moisés. Freud ha demostrado que Moisés era egipcio y, en el prólogo de su libro sobre Moisés —el mejor y el más trágico de todos sus libros—, advertía a sus lectores que esta demostración había sido su tarea más ambiciosa y más ardua, ¡pero también la más corrosivamente amarga!”


Que le pregunten a una ninfómana o a un adicto al sexo, si la represión sexual es el único origen de todos sus problemas...

 
 
 







lunes, 18 de agosto de 2014

El malentendido en la "ciencia"

La gente acostumbra a separar la ciencia de la religión, a enfrentar lo que se puede probar empíricamente a la creencia ciega o fe. Esto es así porque en los albores de la ciencia, en el s.XVII, los primeros científicos como Copérnico o Galilei tuvieron que afrontar una dura resistencia del poder eclesiástico. Aquella confrontación llevó a una especie de pacto en donde los científicos pasarían a estudiar exclusivamente aquello observable y medible, y la fe religiosa seguiría con exclusividad en materias como la moral, el alma, la vida después de la muerte, es decir; los puntos claves de cualquier religión.

No hay que decir que los primeros filósofos griegos trataban indistintamente de cuestiones metafísicas como de físicas. Es después de la edad media en donde se separa la ciencia observable y medible de la metafísica. Y he aquí donde radica el malentendido que arrastramos hasta la actualidad. Para poder sobrevivir y crecer al margen del poder del Vaticano, la ciencia adoptó un principio filosófico que no se ha vuelto a replantear nunca jamás; sólo existe lo que puede observar y medir el ojo humano.

Pero no se engañen ustedes. La frase anterior no tiene nada de científica, pues no se puede ni demostrar ni rebatir. Y a lo largo de los siglos ha pasado de ser un acuerdo tácito en el método científico, a una verdad indiscutible, a ser una creencia. Y éste es el problema de la ciencia de hoy en día. Hemos comprendido muchas cosas del funcionamiento del cuerpo humano, podemos fabricar cohetes, aviones, ordenadores, pero estamos viviendo alrededor de una ciencia totalmente vacía de cualquier moral o principio ético, y por omisión, acaba triunfando la moral del máximo rendimiento econòmico por encima de otros valores como el libre albedrío y la libertad de culto sobre las cuestiones metafísicas. Hoy en día defender que el ser humano tiene algo como alma supone el ostracismo en los círculos académicos. 


El funcionamiento de la mente es el tema más peliagudo del dogma materialista, pues los científicos a día de hoy no han podido esclarecer dónde se encuentra la mente. Evidentemente que no es un microchip que almacena unos y ceros como los ordenadores. Experimentos con ratas han dado la conclusión de que la memoria no se puede localizar en ningún lugar determinado del cerebro. Por otro lado, los sorprendentes experimentos en física cuántica revelan una misteriosa conexión entre la conciencia de los observadores y la manifestación visible de la materia, y se ha demostrado al mismo tiempo que la información(mente) viaja más allá del espacio-tiempo.

Ver post sobre física cuántica


Pero en el dogma universitario actual, no existe absolutamente nada más allá del mundo físico. La doctrina científica niega la metafísica, y la iglesia cristiana impide todavía realizar nuevas teorías al respecto, aferrándose a su ingente poder. Si le añadimos al desaguisado el interés mercantil de la industria farmacéutica para que toda la población del mundo consuma sus productos químicos “milagrosos” aprovechando la filosofía materialista en la que se basa la ciencia, entonces la humanidad se convierte en una masa de borregos que intenta sin éxito obtener satisfacción consumiendo bienes materiales, y drogas cuando seguimos sin encontrar nuestra felicidad. 
 
Aldous Huxley y Orwell no pudieron visionar mejor la época en la que nos encontramos...

miércoles, 1 de enero de 2014

Física cuántica para lerdos

Hay un documental que corre por internet: ¿Y tú qué sabes? En él se exponen unas teorías de unos científicos, mientras se narra la historia de una mujer.

Voy a usar la explicación sobre la física cuántica que hay en el documental, porque explica con unos divertidos videos de animación, la base de la física cuántica de manera que todos la podamos comprender aunque no hayamos estudiado física en nuestra vida.

Dejo el enlace en youtube por si alguien quiere ver el documental completo, pero a mí me interesa centrarme ahora tan solo en la parte de la físca:



Para muchos es duro reconocer que los dogmas con que la ciencia había florecido, se desvanecen con el descubrimento de la física cuántica. Todo aquello que en el colegio y en el instituto nos enseñan, se ve puesto en duda por la nueva visión misma de la materia. El materialismo como doctrina, se cae, pues como se demuestra en este experimento, la concepción de materia depende de la mente que la interpreta. Si no hay mente, no hay materia.

Ahora bien, ¿qué es la mente y qué tiene que ver con la materia?

Podemos volver al concepto de dimensiones que traté en el anterior post. Entender esto requiere precisamente otro modo de enfocar la llamada realidad así como los temarios que se estudian en el colegio, y por consiguiente, las relaciones humanas. Una persona que tenga miedo de aislarse por unos momentos del entorno y de los dogmas en que ha sido educada, nunca lo podrá entender. El principio fundamental que se necesita para entender qué somos es, hablando precisamente de la mente; Mente Abierta


La totalidad de este documental ya ha sido criticada por los representantes de la versión actual materialista de la ciencia, la cultura, y la sociedad. Nada nuevo bajo el sol... y se le ha acusado de intentar crear una especie de nueva religión científico-mística. ¿Pero qué religión promueve que se piense por uno mismo?






  

lunes, 16 de diciembre de 2013

¡Hiperespacio!


En este post expliqué el concepto de la proyección de una figura tridimensional en un plano bidimensional, con el objetivo de promover el hemisferio derecho del cerebro, el pensamiento 3D; imágenes, arte, poesía...

Ahora vamos a dejar ya de una vez por todas la realidad física tridimensional, y vamos a descubrir qué son las dimensiones superiores. Agarrate a la silla, y sigue leyendo pausadamente. Nos va a introducir en las dimensiones superiores nada más y nada menos que David Bohm, el físico nuclear discípulo del mismísimo Einstein:

Bohm, La Totalidad y el Orden Implicado, pg. 116

La teoría cuántica tiene una relación no local fundamentalmente nueva, que puede describirse como una conexión no causal de elementos mutuamente distantes, y que nos ha aportado el experimento de Einstein, Podolsky y Rosen. No es necesario para nuestros propósitos que entremos en detalles técnicos sobre esta relación no local. Todo lo que nos importa aquí es que, si estudiamos las implicaciones de la teoría cuántica, nos encontraremos con que el análisis de un sistema total según un conjunto de partículas independientes pero interactuantes, se viene abajo de un modo radicalmente nuevo. En su lugar se descubre, tanto por la interpretación de las ecuaciones matemáticas como por los resultados de experimentos reales, que las diferentes partículas se deben considerar literalmente como proyecciones de una realidad con más de tres dimensiones que no puede justificarse si consideramos cualquier fuerza que interactúe con ellas.”

Ya se que no habéis entendido nada del párrafo anterior, pero tranquilos, que de esto se trata ;) Lo que nos tiene que quedar claro es que la realidad tridimensional que percibe la vista es tan sólo una pequeña parte de cosas mucho más complejas. La realidad tridimensional es en el fondo, una mera ilusión que se construye nuestra mente con el objetivo de que nuestro organismo pueda tener éxito en sus quehaceres diarios. Y bien, ¿qué es lo que hay más allá? Pues más allá está la propia mente, la memoria, las emociones... Algo que no puede estudiarse en el marco científico actual, porque éste parte de un supuesto erróneo: el marco cartesiano. Ahora volvamos a Bohm; que los mismos científicos nos iluminen...

Bohm, La Totalidad y el Orden Implicado, pg. 15

La tendencia predominante en la física moderna está en contra de cualquier actitud abierta a una actividad formativa sobre la totalidad no dividida del movimiento fluyente. De hecho, se les está quitando importancia a los aspectos de la teoría de la relatividad y de la teoría cuántica que sugieren la necesidad de tal modo de ver las cosas, y, en realidad, pocas veces dan cuenta de ello la mayoría de los físicos, porque generalmente se considera que estos aspectos no son más que aspectos del cálculo matemático, y no indicios de la naturaleza real de las cosas. Cuando esto llega al lenguaje informal y al modo de pensar en física, que influye en la imaginación y provoca el sentimiento de lo que es real y sustancial, la mayoría de los físicos todavía hablan y piensan, con un absoluto convencimiento de que poseen la verdad, según el criterio tradicional atomístico de que el universo está constituido por partículas elementales que son los «ladrillos básicos» con lo que está hecho todo. En otras ciencias, como la biología, la fuerza de sus convicciones es todavía mayor, porque, entre los investigadores de estos campos, existe un leve conocimiento del carácter revolucionario del desarrollo de la física moderna. Por ejemplo, los biólogos moleculares modernos creen generalmente que, en última instancia, la totalidad de la vida y del pensamiento podrá comprenderse en términos más o menos mecánicos cuando se haga una especie de ampliación del trabajo que se ha realizado ya con la estructura y la función de las moléculas del ADN. Una tendencia similar ha comenzado ya a dominar la psicología. Así llegamos al estrambótico resultado de que, en el estudio de la vida y la mente, que son precisamente los campos en los que es más evidente para la experiencia y la observación que la causa formativa actúa en un movimiento fluyente no dividido ni fragmentado, se da ahora la creencia más amplia en el sistema fragmentario atomista de acercamiento a la realidad.
Desde luego, la tendencia predominante de la ciencia, la de pensar y percibir según una propia idea fragmentaria del mundo, forma parte de un movimiento más amplio que se ha ido desarrollando a lo largo de las épocas y que hoy abarca casi toda nuestra sociedad, pero, a su vez, esta manera de pensar y de observar en la investigación científica tiende a reforzar el concepto fragmentario en general, porque ofrece al hombre una representación del mundo entero no constituido por nada más que por un conjunto de «ladrillos atómicos» existentes por separado, y le proporciona la evidencia experimental que le lleva a concluir que esta idea del mundo es necesaria e inevitable. Así, la gente llega a sentir que esta fragmentación no es más que una expresión del «modo en que es realmente todo», y que cualquier otra cosa es imposible. Hay poca disposición para buscar evidencias de lo contrario. Como ya hemos apuntado, incluso cuando surge esta evidencia, como en la física moderna, la tendencia general es la de minimizar su significado, o incluso ignorarla por completo. En efecto, se puede llegar a decir que, en el actual estado de nuestra sociedad, y con el modo actual de enseñar la ciencia en general (que es una manifestación del estado de esta sociedad), se apoya y se transmite una especie de prejuicio favorable a una concepción fragmentaria del propio mundo. Algunos lo propagan explícita y  conscientemente, pero la mayoría lo hace de una manera implícita e inconsciente."


Más claro el agua... Ojalá algun día se modifique el sistema educativo y se escuche de una vez a las mentes más eminentes...

No es que el modelo cartesiano-atomista-mecanicista de los centros educativos tenga errores. Es que simplemente, es una mentira, una herencia de una concepción primitiva sobre la realidad. Muchos científicos defienden la interpretación del universo no como una máquina, sino más bien como un organismo vivo que contiene más dimensiones que las tres que observamos a simple vista. Es decir, contiene mente, contiene emoción. Y para poder expresar mejor esta realidad multidimensional, el lenguaje ordinario es incompleto. Se necesita de un modo de pensar enfocado en el verbo, en el fluir, y de otro tipo de lógica distinta que la de Aristóteles, que se basa en el sujeto. Por contra, hay la lógica del verbo y del objeto, que es la metáfora:

Silogismo metafórico:

Proposición 1: Los hombres ríen a menudo
Proposición 2: Las mujeres ríen a menudo

Por lo tanto, los hombres son mujeres.

Desde el punto de vista de la lógica aristotélica, este silogismo es claramente erróneo. Pero en un sentido poético, es válido como metáfora.

Proposición 1: Los pensamientos del hombre se elevan al cielo.
Proposición 2: El pájaro se eleva al cielo.

Por lo tanto, el hombre es un pájaro.

En este otro ejemplo, el silogismo es correcto otra vez en un sentido metafórico, poético.

Y ahora, otra vez David Bohm, hablando sobre el lenguaje:

Bohm, La Totalidad y el Orden Implicado, pg. 4

Mi sugerencia es que cada etapa del propio orden con el que opera la mente requiere una comprensión global de todo lo que se conoce, no sólo en términos formales, lógicos ni matemáticos, sino también intuitivamente, en imágenes, sensaciones, uso poético del lenguaje, etcétera. (Quizá podríamos decir que esto es lo que relaciona armónicamente el «lóbulo izquierdo» con el «lóbulo derecho».) Esta forma global de pensar no es solamente una fuente caudalosa de nuevas ideas teóricas: la mente humana necesita funcionar por lo general de una manera armoniosa, lo que revertiría en beneficio de una sociedad ordenada y estable. No obstante, como se señala en los primeros capítulos, esto requiere un flujo y desarrollo continuos de nuestras ideas generales acerca del mundo real.”

Y para que quede claro que ni el Bohm ni este humilde servidor que escribe son hippies que se han tomado un tripi y no saben ni lo que dicen, el experimento al que hace referencia Bohm en el primer extracto que pongo, el experimento de Einstein, Podolsky y Rosen, que también se conoce como entrelazamiento cuántico, es la demostración científica de que hay “cosas” que se encuentran más allà del espacio-tiempo: http://es.wikipedia.org/wiki/Paradoja_EPR

Libro en pdf de Bohm en donde se encuentran los extractos de este post.








martes, 26 de noviembre de 2013

La Teoría del Caos




Hay dos aspectos básicos de la teoría del caos.

a) Aproximación estadística a un “orden” dentro del caos, que se puede predecir a corto plazo con formulaciones matemáticas, es decir unos patrones de comportamiento probable.

b) La consecución de los ciclos: caos — orden — caos — orden diferente.

Es una teoría, que si bien tiene un soporte matemático de último nivel, sus principios entran en el campo de la filosofía, pues los conceptos de orden y caos son tan antiguos como el lenguaje que usamos. De hecho, cosmos es la palabra griega para orden. Y caos es la misma palabra en griego, que en un origen significaba espacio que se abre o hendidura, y que pasó a relacionarse con la confusión o el desorden.

Las dos vertientes tienen aplicaciones en:

Física cuántica
Meteorología
La trayectoria del humo de tu cigarrillo
Química
Biología o estructuras químicas complejas
Evolucion de las especies
Psicología
Sociología
Economía

Y seguro que me dejo muchas más, pero voy a centrarme en la sucesión orden – caos – orden distinto en el campo de la psicología humana.

Cada persona funciona con unos principios, unas creencias, unas relaciones con otras personas. Esto se podría definir como un orden, en donde la persona vive en harmonía sin demasiadas complicaciones. Pero aquella persona puede sufrir un acontecimiento(casual o no, esto no viene al caso) que le haga cuestionarse sus antiguos patrones de comportamiento. Aquel acontecimiento, puede negarse, es decir, la persona puede intentar olvidar la fuente de perturbación de su paz y tranquilidad, o de su orden acostumbrado. Entonces aquella persona, despues de algunos momentos de dudas y confusión(caos), puede lograr dar una explicación a ese fenómeno dentro del orden conocido, o puede directamente negarlo como si no existiera. Entonces, despues del periodo de caos, se vuelve a la normalidad, al orden previo. Es decir, el proceso de caos es reversible.

Pero por contra, puede pasar que los sucesos se vengan de una forma que traspasen directamente las concepciones que se tenían con respecto a la realidad, nuestras relaciones de confort con otras personas, las creencias, y se vuelva imposible volver atrás. Entonces se dice que el proceso es irreversible.

Un proceso irreversible en psicología puede acarrear sufrimiento, y el periodo de caos se puede extender bastante en el tiempo. Pero esto no deja de ser una característica de la realidad, del principio de evolucion y aprendizaje, tanto biológico como humano. En esta zona de caos profundo, la mente buscará con deseperación un nuevo tipo de orden que pueda explicar lo que no encajaba con el anterior orden. Entonces se ponen en marcha las habilidades creativas del ser humano y la intuición. Este período de caos no es malo en sí. Puede incluso ser bueno, si nos lleva a otra interpretación más compleja y satisfactoria de nuestra realidad y nuestras relaciones personales, es decir, a otras creencias y hábitos que nos traigan un grado mayor de confort y felicidad.

Hay una explicación más extensa y más técnica en el siguiente link para los interesados. En el apartado 13 se relaciona la psicología de Freud con la teoría del caos.



Y Jeff Goldblum, no te hagas la víctima. Tú ya sabías que las probabilidades de ligar con la chica usando la teoría del caos eran casi nulas estando su marido al lado...


La realidad es tan compleja, que pequeñas variaciones que no se podían tener en cuenta en un inicio pueden llegar a provocar grandes cambios en el futuro. O, en otras palabras, el aleteo de las alas de una mariposa en Hawai puede provocar un huracán en Florida.






martes, 22 de octubre de 2013

El libre albedrío


¿Has empezado a cuestionar la educación que has recibido?
¿No te sirve memorizar los temarios que tu profesor dice te tienes que aprender?
¿Quieres ser feliz y transmitir felicidad y alegría a los que te rodean?
¿Quieres trabajar para vivir, y no vivir para trabajar?
¿Prefieres trabajar en equipo que mirar al vecino por encima del hombro esperando el momento para meterle la zancadilla?

Lamentablemente te tengo que informar que estás sufriendo de una enfermedad muy grave que se llama libertitis, y necesitas ayuda de un profesional, un psiquiatra para que te recete la medicina adecuada. De esta forma podrás volver a integrarte en esta sociedad sin estos impulsos irracionales que tan solo te hacen sufrir. 

 
Y si no lo reconoces, quizás vas a necesitar pasar unos meses en un sitio como éste.


viernes, 18 de octubre de 2013

¿Evolucionamos?


La llamada Teoría de la Evolución es el eje desde el que giran las polémicas ideológicas del S.XX. En algunos sitios se alienta el debate entre creacionistas(creyentes de una religión monoteísta) y evolucionistas(defensores de la teoría Neodarwinista). Este debate, como muchos otros, se encuentra fuertemente polarizado en los dos extremos, simbolizando la antigua y larga lucha Religión-Ciencia.

Pero en este Post vamos a descubrir que las cosas no son exactamente como nos las pintan...

La Teoría Científica de la Evolución de las especies es algo que arranca desde muchos años antes de Darwin, incluso nos podriamos remontar a los primeros filósofos de la Antigua Grecia. Aunque como ya sabemos, Platón y las religiones monoteístas hicieron cuajar en occidente una visión estática del cosmos, y por tanto no sujeta a cambios(evolución). Pero no hace falta tampoco remontarse hasta la antiguedad...

Lamarck postuló su teoría sobre la Evolución de las espécies en el S.XVIII, antes de que el famoso Darwin hubiese tan siquiera nacido. Su teoría era la siguiente:

-Tendencia inherente en la materia viva que la impulsa a evolucionar hacia formas más complejas.
-Los hábitos continuados de los individuos modifican a la especie(Heredabilidad de los caracteres adquiridos)
-La evolución es el resultado a lo largo de generaciones de la interacción entre los factores internos(impulsos que generan formas más complejas) y los externos(el medio ambiente).

Ahora sí, vamos a repasar las torías de Darwin:

-La especies evolucionan de otras(arbol evolutivo).
-Las pequeñas variaciones en los individuos se transmiten de generación en generación.
-La reproducción en una especie sigue una progresión geométrica, mientras los recursos se mantienen estables. Ello lleva a una lucha por la supervivencia que favorece a las especies mejor adaptadas(selección natural).
-Las tensiones entre los sexos también orientan la evolución(selección sexual).
-El hombre es un primate más evolucionado, siendo su capacidad intelectual únicamente una dieferencia de grado con sus parientes lejanos.

A diferencia de lo que la mayoría de gente se piensa, Darwin también defendía la Heredabilidad de los Caracteres Adquiridos, y también reconocía la ignorancia sobre la procedencia de los cambios internos. Ver sinó los siguientes extractos:

Estoy convencido de que la selección natural ha sido el modo principal, pero no el único de modificación.
Darwin: Introducción, Origen de las Especies.

Este proceso se ha efectuado principalmente por la selección natural de numerosas variaciones sucesivas, pequeñas y favorables, auxiliada de modo importante por efectos hereditarios del uso y desuso de las partes, y de un modo accesorio -esto es, en relación a las conformaciones de adaptación, pasadas o presentes- por la acción directa de las condiciones externas y por variaciones que, dentro de nuestra ignorancia, nos parece que surgen espontáneamente.

Darwin: Origen de las Especies, p.471

Wallace:

He aquí una piedra incómoda para la doctrina oficial científica. Wallace llegó a las mismas conclusiones que Darwin, y publicaron juntos la primera teoría sobre la selección natural. Dos diferencias cruciales le separan del pensamiento de Darwin mencionado antes:

-Darwin basaba muchos de sus estudios en animales domésticos como las plantas, los perros o animales de granja, que han sido moldeados a lo largo del tiempo por la acción humana. Wallace discrepa rotundamente de la validez de estos estudios, al considerar estos casos como artificiales que no sirven para analizar la evolucion de las especies.

-Wallace se opuso a la teoría darwinista que defendía el origen de la capacidad intelectual del hombre en la selección natural.

El hombre, un ser en el que la fuerza sutil que llamamos mente ha llegado a ser de mayor importancia que su mera estructura corporal. El Cerebro, con todas sus potencialidades, no ha podido surgir por selección. La selección natural solo habría podido dotar al salvaje de un cerebro un poco superior al de un mono, mientras que realmente posee uno muy poco inferior al del individuo medio de las sociedades cultas.
Wallace

Según Wallace, hay caracteres de los humanos que no tienen explicación:
-Falta de pelo en la mayor parte del cuerpo.
-La estructura de manos y pies.
-La voz.

Todas estas características son esenciales evidentemente para el perfecto desarrollo del hombre como un ser espiritual, pero son inconcebibles por completo si se las considera como producidas por la acción de una ley que afecta sólo a la inmediata prosperidad material del individuo o de la raza.

De esta clase de fenómenos yo inferiría que una inteligencia superior ha guiado el desarrollo del hombre en una dirección definida y para un propósito especial.

Wallace, Limits of natural seleccion in man, 1870

Las características mentales humanas señalan claramente que en el hombre existe algo que no ha derivado de sus progenitores animales, algo que podemos pensar que es de naturaleza o esencia espiritual, capaz de desarrollo progresivo en condiciones favorables.

Wallace, Darwinism, p.474

Wallace estuvo largos años en contacto directo con inígenas de Indonesia, adentrándose en estas “cosas” no explicables de forma materialista como por ejemplo la telepatía, el misticismo o el espiritismo.


Inicios del S.XX: Weismann, De Vries, Bateson y las mutaciones:

Weismann diferenció las células corporales del material hereditario. Arrancando patas a insectos, y viendo de esta forma que no llegava a modificar la información genética, pues las nuevas generaciones nacian con todas la patas intactas, llegó a la conclusión de que el medio ambiente no modifica la descendencia, y que el material hereditario permanece intacto a las pequeñas variaciones, siendo únicamente las grandes variaciones espontáneas o mutaciones las que modifican la herencia.

De Vries y Bateson hicieron estudios con plantas observando las mutaciones.

Estos trabajos sirvieron para deshechar la heredabilidad de los caracteres adquiridos con el hábito y el cambio lento y progresivo que defendía Darwin. Se atribuyó entonces a las mutaciones o cambios bruscos guiados por el azar el motor del cambio evolutivo.


Mendel:

Era un fraile agustino que estudió los híbridos y su herencia, llegando a la conclusión de que los caracteres se transmitían de forma corpuscular de forma independiente, goberandos por las leyes de la estadística.

Morgan:

Unió las leyes mendelianas con el mutacionismo y el desarrollo de la citología nuclear(estudio de los cromosomas). Esto supone el punto de partida de la ciencia que se conoce como Genética.


NeoDarwinismo, 1930:

Se une la teoría genético-mutacionista con la selección natural de Darwin, deshechando la heredabilidad de los carcteres adquiridos. Ésta es la doctrina actual oficial que se enseña en los colegios, institutos e universidades sin aceptar ninguna réplica.

Si se explicase algo de filosofía de la Ciencia en las carreras científicas nos ahorrariamos parte del embrollo actual. Ya he hablado de Popper y del Racionalismo Crítico. Las teorías tienen que ser falsables, y sólo son teorías provisionales hasta que se demuestren falsas. Ahora bien. Todas las teorías mencionadas en anterioridad se basan en unas suposiciones que no sobrepasan ni la calificación de científicas, porque no hay manera humana ni de verificarlas ni de refutarlas. Cómo haces un experimento en humanos para determinar la evolución? Les quitas brazos y piernas como con las moscas, y luego lo echas a joder con una hembra para estudiar su descendencia? Són aplicables los resultados obtenidos en los estudios con plantas y moscas para el caso humano? Esto implica la suposición de base NO demostrable NI verificable de que los procesos evolutivos son idénticos en TODAS las especies.

La teoría Neodarwinista actual tiene los siguientes puntos que están allí sin ser resueltos, aunque sus defensores la defiendan como la Verdad Absoluta. ¿Qué fácil es cambiar un Dios por otro, verdad?

El AZAR es un comodín muy tentador para cuando no sabemos las causas que rigen el fenómeno estudiado. ¿Pero cómo se explican los cambios bruscos como que te salgan alas? ¿El surgimiento de nuevos órganos como las cuerdas vocales?

De ninguna manera la teoría científica oficial sobre la evolución está completa por mucho que nos quieran hacer creer. Hay varias hipótesis extraoficiales:

La hipótesis de la seleccion paralela: Propone que los hábitos más repetidos o los cambios individuales por la acción en el medio podrían ser incluidos en el material genético en forma de mutación. Algunos defensores son Baldwin, Osborn, Lloyd Morgan, Hovasse, y aquí podríamos incluir también a Rupert Sheldrake con la teoría de los campos mórficos.

Teorías finalistas: propone que hay algo que controla el proceso evolutivo. Muchos creyentes en Dios pueden adoptarlas sin tener que renunciar a su fe, pues defienden que el propósito final de la evolución es la creación del hombre.


Es que con creencias hemos topado. La necesidad del hombre actual de agarrase a algo sólido, a la verdad...
En el S.XIX, Parejamente a las teorías evolutivas se desarrollan nuevas teorías socio-políticas como por ejemplo el liberalismo, el anarquismo y el marxismo. Estas teorías políticas no se pueden separar de las teorías evolutivas. Marx y Engels admiraban a Darwin y sus teorías sirvieron para desarrollar el famoso materialismo dialéctico.

En plena guerra fría, a mediados del S.XX, el problema de la Heredabilidad de los Caracteres Adquiridos pasa a ser el caballo de batalla ideológico entre el bloque capitalista y el bloque comunista soviético. Las teorías Neodarwinistas son defendidas por el bloque capitalista, y las teorias Lamarckianas son defendidas por la URSS y sus países satélites. ¿Por qué? Como es que se mezcla la ciencia con la ideología?

Ah.. amigos... el problema de la evolución encierra enigmas que van más allá de la ciencia, pasando por la filosofía, política, religión... derivando evidentemente en la lucha por el poder que ha caracterizado al ser humano desde hace mucho tiempo. Vamos a analizar con detalle lo que se oculta detrás de éstas aparentes teorías científicas.

La teoría que defiende la ciencia actual, el azar en las mutaciones junto con la selección natural implica consideraciones filosóficas muy profundas que influyen indiscutiblemente en el comportamiento de los humanos así como en sus estructuras organizativas:
  1. El hombre es un producto del azar.
  2. La lucha de los individuos en su afán de superivivencia y procreación al adaptarse al medio es una lucha que no infuye para nada en el proceso evolutivo. Únicamente se premian aquellas características que habían sido determinadas por su estructura genética en el momento de la fecundación.
  3. La aceptación del punto anterior implica lo que se conoce como determinismo genético, es decir, que de alguna forma tu vida ya está determinada en los genes que te han tocado al nacer. Esta concepción se podría equiparar al concepto del Destino. Esto tiene una implicación muy fuerte sobre el concepto de la libertad y el libre albedrío de los seres humanos. Indirectamente excluye la posibilidad de los individuos para sobreponerse, cambiar de hábitos, y superar enfermedades a voluntat, si todo está ya decidido en los genes.
  4. En otras palabras, niega el poder de la mente en los humanos.
  5. Es la aplicación de las concepciones materialistas, mecanicistas, y deterministas de Descartes, Newton... en el campo de la biología: hay unas leyes fijas e inmutables que controlan el cosmos.

El viejo arquetipo de Dios, la verdad indiscutible que todos tenemos que acatar, cobra fuerza de nuevo en esta concepción genetico-determinista de la evolución, negando la libertad humana.

Y, ¿por qué los comunistas defienden, por contra, la Heredabilidad de los Caracteres Adquiridos?
Porque la doctrina marxista postula que el hombre tiene la capacidad de cambiar el curso de la historia, adelantar-se a la naturaleza, ser previsor, y organizar la sociedad en base a su razonamiento. Los socialistas negaban la validez de la lucha por los recursos escasos en que se basa la selección natural, que aplicado a la economía seria la competencia entre empresas en que se basa el liberalismo económico. Entonces su única alternativa para explicar la evolución de las especies era la Heredabilidad de los Caracteres Adquiridos. Ya hemos visto que Darwin defendía las dos opciones por igual, pero en la política del S.XX se polarizaron las dos caras de la evolución: Determinismo genético y lucha por los recursos para capitalistas, y Heredabilidad de los Caracteres Adquiridos para comunistas. No hay un ejemplo más claro de inferencia de la política en el campo de la ciencia por cuestiones ideológicas como éste. Muchos genetistas Neodarwinianos que defendían posturas occidentales fueron liquidados o deportados por Stalin.



Y ahora vamos a hablar sobre un ejemplo curioso de un jesuíta cristiano, Teilhard de Chardin, que en contra de la doctrina oficial de la Iglesia Católica defendió la evolucion de las especies en un intento de unir religión y ciencia. Algunos extractos:
La vida habría surgido en la tierra no como un accidente singular del cosmos, sino como una característica fundamental de la evolucion a la que se haya sometido. La evolución cósmica se habría producido de acuerdo con un parámetro de complejidad creciente que afecta a toda la materia. La vida no es una anomalía curiosa, floreciente esporádicamente sobre la materia, sino que la vida es exageración privilegiada de una propiedad cósmica universal.

Teilhard de Chardin

Teilhard recuerda que en el árbol evolutivo, los seres más evolucionados son los que disponen de cerebro, y en el caso del hombre la conciencia rompe la cadena. Segun el jesuíta, el hombre marca un nuevo estadio en la evolución de una importancia semejante a la del comienzo de la vida. Teilhard concibe este estadio como el establecimiento sobre el planeta Tierra de una esfera pensante, la noosfera, la cual se superpone a la biosfera...


Pero tú sigue con el debate entre Creacionistas y Evolucionistas, porque es más fácil eligir entre dos posiciones definidas de antemano(normalmente hay intereses detrás) y aceptarlas como creencia que ponerse a pensar un poco, claro...

Volveré sobre el concepto filosófico del libre albedrío, pero tú de momento sube el volumen del reproductor, los bajos de Subwoofer, y ponte a mover el esqueleto, que para eso sirve ;)


jueves, 10 de octubre de 2013

Los Campos Mórficos


Rupert Sheldrake es un bioquímico que en 1981 publicó una teoría revolucionaria para explicar fenómenos que siguen sin explicarse en la concepción mecanicista y materialista de la biología actual. La formación de estructuras biológicas sigue siendo un misterio, y la actual teoría de que todo está determinado en los genes no explica la ordenación de las moléculas ni la forma de los individuos. La teoría actual del ADN sólo puede demostrar que éste contiene información para sintetizar proteínas, la materia básica de los individuos, pero no tiene explicación para la división y ordenación de las células en los diferentes tejidos o órganos que forman los animales. Rupert formuló una teoría en donde proponía que el ADN reaccionaba con algun tipo de campo energético que contenía la información para crear las formas que los humanos detectamos con la vista.

Para quién no sepa que hoy en día lo que conocemos como “ciencia” no tiene nada que ver con el espíritu crítico y el debate, ver este post y éste. La revista Nature, una de las más prestigiosas del mundo, publicó la siguiente frase en su editorial:


Es un libro para quemar.


Sé que es duro despertar, y reconocer que aquello en lo que te han educado es una gran mentira, pero las estructuras de poder que controlan las universidades actuales se asemejan más a la Santa Inquisición que quemaba herejes por no comulgar con el Papa que a centros de debate y conocimiento. Si es que es duro el hecho de tener que reconocer que venga un listo que no era nadie, y se te suba a la chepa con aires de superioridad diciendo que es la Tierra la que gira alrededor del sol y no al revés, porqué tú lo sabes todo y los demás son unos pringaos que te tienen que obedecer...

Y es que esta teoría se las trae. Si se confirma, va a caer el reduccionismo materialista-mecanicista ya de una vez por todas como cayó en su tiempo la Iglesia Católica más rancia.

Porque esta teoría no se queda en la biología. Es una de las primeras teorías transversales que podría unir campos de conocimiento que hoy en día se estudian por separado como son los siguientes:

Física relativista y cuántica: En el anterior post hablé sobre la Energía Oscura, el 73% de la materia del universo, “algo” no detectable que actua sobre la materia visible en el espacio-tiempo que conocemos.

Psicología: Hay una similitud en la teoría de los campos mórficos con la de Carl Gustav Jung sobre el inconsciente colectivo y los arquetipos. Las dos teorías podrian explicar fenómenos también “oscuros” para la ciencia como son el funcionamiento de la mente y la memoria, e incluso adentrarse en lo “paranormal” como los sueños, telepatía... Las actitudes, los sentimientos y los pensamientos tambén funcionarían con estos campos.

Química: Los campos mórficos transportarían información de alguna manera más allà del espacio-tiempo, y determinarían también las estructuras cristalinas de las moléculas. Cada tipo de organización de la materia, desde los electrones hasta los seres humanos tendría su camp mórfico. En el caso evolutivo de los humanos, éste sería una superposición de campos mórficos, llegando a la conciencia.

Biología: Los campos mórficos no serían estáticos y permanentes del tipo teoría de las ideas de Platón, sinó que se modificarían de la misma manera que las especies evolucionan, se crean de nuevas, y se estinguen. Expicaría muchos “oscuros” que hay en la teoría de la evolución reconocida oficialmente que postula que los cambios son producidos por el azar. Fenómenos como las mutaciones se podrían explicar de este modo. Desenpolva algo tan evidente como la heredabilidad de los carácteres adquiridos, la “otra” cara(positiva) de la llamada selección natural(negativa), que también defiendieron pioneros como Lamarck e incluso Darwin en sus teorías iniciales. El descubrimiento de la molécula del ADN supuso para muchos científicos encontrar la piedra filosofal que confirmaría las teorías genetico-deterministas del azar-criba Neodarwinistas, y nunca más se han vuelto a plantear estos problemas. La nueva concepción sugiere que hay una acción bidireccional y retroactiva entre los genes y los campos mórficos: son las dos partes complementarias que explican la vida.

Misticismo: según las filosofías místicas, existen muchos planos de “realidad”, siendo el mundo tridimensional que vemos con la vista el más elemental, el plano físico. Después se encuentra el plano energético, luego el plano mental, y luego el espiritual. La teoría puede suponer un primer acercamiento entre mística y ciencia, aunque los lenguajes usados son muy distintos, y normalmente los defensores de las doctrinas místicas caen en dogmas que no son fáciles de superar con el diálogo. Pero este no es sólo el problema de los místicos...

Matemáticas: La naturaleza sigue unos patrones estructurales que son los fractales. Son estructuras en dónde las partes son similares a el todo en varios niveles sucesivos. Esto es fácil de observar en las plantas, en las olas marinas y en los copos de nieve, por poner unos ejemplos. Hoy en día se está desarrolando una matemática con números complejos para entender los fractales. Expliqué que son los números complejos en este post, porque también se las traen...

Filosofía y ética: Todas las concepciones sobre la “realidad” que han existido hasta ahora se vendrían abajo, así que cualquier persona que quiera formular nuevas teorías sobre el comportamiento humano tiene que saber sobre Todos los campos de conocimiento que he mencionado antes. Hace tiempo que la carrera de filosofía ya no puede estar a la altura de los descubrimientos científicos modernos, convirtiéndose en Historia de la filosofía. O se enseña filosofía de una vez en las carreras científicas, o se enseña ciencia en filosofía. ¡Oh, Pero qué digo! ¡Si filosofía es una carrera de letras que no tiene nada que ver con la ciencia!

Y ahora vamos a demostrar con un simple vídeo de youtube, en dónde se echa polvo fino en una placa metálica afectada por distintas frecuencias de sonido, que las ondas(en este caso acústicas) llevan también información estructural para la materia amorfa(baja el volumen de tu aparato porque las frecuencias pueden molestar).




Dos ejemplos de fractales naturales: una hoja, y la coliflor.



Fractales realizados con fórmulas matemáticas y un ordenador.


La Gran Ola: obra del pintor japonés Hokusai del año 1830. Las olas están compuestas de fractales.