La
mejor forma de controlar a las multitudes es que no se den cuenta de que están
siendo controladas.
Si
estas en el metro y te roba un carterista, si tú te das cuenta, lo miras a los
ojos y le dices:
-Tío,
te he pillado, devuelveme mi dinero.
Si él te responde:
-No, es
que es para rescatar a los bancos, que son necesarios para el sistema actual,
que sino el mundo desaparece y viene el apocalipsis.
Entonces
le pegas cuatro hostias, recuperas tu cartera, y le dices:
-Lo
siento, pero es que resulta que es mío, me lo he ganado con mi esfuerzo, y lo
necesito para mantener a mi familia.
Está
claro que el sistema actual no funciona, ¿no? ¿Y cuál es la alternativa?
¿Comunismo?
Vamos a
hablar un poco de comunismo.
Marx
tiene su importancia histórica, política y filosófica. Se le atribuye
popularmente ser el creador del concepto de la dialéctica histórica, de la
alienación económica mediante la plusvalua que roba el empresario al
trabajador. También es un referente en cuanto a la organización para la lucha de
las clases trabajadoras o desfavorecidas ante cualquier sistema de opresión
contra los individuos. No se le puede negar protagonismo, cuando la mitad del
mundo en el siglo XX estaba gobernado por la doctrina Marxista.
El
Concepto de la alienación:
Me gusta
este concepto. Significa algo así como que yo devengo otro, que dejo de ser yo
mismo para ceder ante alguien o algo alieno a mi realidad. El hecho de que el empresario “robe” al
trabajador, en muchos casos es cierto, pero no hay que olvidar que el precio de
las cosas se expresa en función de la demanda de ese bien o servicio. Hay
empresas pequeñas, donde el empresario simplemente es un trabajador más que
hace trabajos de organización de las fuerzas productivas, búsqueda de clientes,
algo de lo que los trabajadores también se benefician. No hay que olvidar, que
en los sistemas de economía centralizada, también hay empresas. Bueno, de hecho
hay una sola gran empresa: el Estado. Así pues, la alienación, que en
muchos casos sí que es económica, sobretodo en empresas grandes donde hay
muchos cargos intermedios y directivos que simplemente no hacen nada, existe.
Pero no es tan económica como decía Marx, sino que creo que es mas bien sicológica.
Evidentemente,
la gestión de una empresa tiene un valor que tiene que ser remunerado. Que en
algunas empresas sea demasiado remunerado no lo pondré en duda, pero es una
tarea difícil no exenta de riesgos(sobre todo si el emprendedor ha puesto su
dinero en la empresa).
Ya sea
en economías planificadas centralmente o de libre mercado, las decisiones sobre
qué hay que producir y cómo no son exentas de riesgo, pues cualquier actividad productiva significa hacer una
previsión de futuro sobre la demanda de este bien, pues la manufactura,
evidentemente, toma su tiempo.
Marx es
uno de los últimos coletazos racionalistas, los cuales rigen todavía en los
centros educativos actuales. Se basa en la idea de que el hombre, de manera
planificada o estudiada, puede llegar a conocer y prever el curso de la
historia y de las necesidades humanas.
Si la carrera de sicología actual
sirviese de algo, no habría tantos sicópatas mintiendo como bellacos por la
tele como si nada. Si la carrera de economía actual sirviese para algo, no estaríamos en la crisis económica
mundial en la que nos encontramos.
La
diferencia entre el Marxismo y el libre mercado es que en el proceso de
previsión y anticipación de las necesidades humanas para producir aquellos
bienes que interpretamos, serán necesarios en el futuro, si una economía
centralizada se equivoca, todo el país sufre las consecuencias. Mirar sino el
ejemplo de la URSS, o de Cuba. En una economía de libre mercado, si una empresa
sufre pérdidas porque no puede colocar sus productos al mercado al precio que
ella estimó con que podría recuperar la inversión, asume pérdidas, cierra la barraca, y sus activos se venden, o pasan
a producir otro bien que sí salga a cuenta producir. Solo cierra aquella
empresa, y son pocos los trabajadores afectados, que rápidamente pueden
colocarse en otro sector productivo. Esto en el comunismo es imposible, y
cuando colapsa, colapsa todo el estado.
Si, ya
sé que estaréis pensando. El capitalismo también está colapsando ahora…
entonces, ¿cuál es la diferencia?
Ahh…
amigos... dejad de mirar la tele, porque os la están metiendo doblada… aunque
con vaselina no duele tanto, claro…
Pues la
verdad, la diferencia entre el comunismo o economía
centralizada y el sistema actual llamado Capitalismo es muy poca. Más que
nada, no tienen los dos absolutamente nada que ver con el libre mercado. El sistema
actual está absolutamente controlado a través de los bancos centrales, bancos
subsidiarios, gobiernos, partidos políticos y medios de comunicación o
propaganda, que necesitan de su financiación. A través del control de la
emisión del dinero. Éste es un sistema en donde gobierna una oligarquía y evidentemente, para sus
intereses. No tiene absolutamente NADA que ver con el libre mercado. Éste sistema promueve a las grandes corporaciones,
que conviven con el estado, creando una forma de gobierno similar al comunismo, aunque la vía para la consecución de éste difiera radicalmente
de la doctrina Marxista. Sé de lo que hablo, pues trabajo en una Gran
Corporación monopolista a nivel mundial, beneficiada enormemente por contratos
militares con el gobierno de los EEUU desde la Segunda Guerra Mundial, que
ahora se está haciendo con el control
de los principales sectores estratégicos a nivel planetario.
Evidentemente, con la ayuda de los bancos centrales y de la confianza que la
mayoría de nosotros depositamos en el papel que ellos emiten o imponen como medio
de intercambio(moneda de curso legal). Las grandes corporaciones en su
esencia, funcionan de manera jerárquica, y cuando tienen el monopolio, ya no
importa la competencia, ni hacer las cosas bien, ni dar un buen servicio,
porque simplemente, no se necesita. Entonces pasan a ser bloques mastodónticos,
estructuras de poder alejadas de las necesidades de los consumidores(igual que
en el modelo soviético).
Marx, a
diferencia de Hobbes, pensaba que el hombre era bueno por naturaleza, y que una
vez terminada la lucha de clases, y ejecutada la dictadura del proletariado,
todos pasaríamos a colaborar felizmente en pro del bien común(El final de la Historia, como lo llamaba
Marx). Es curioso cómo Marx, un materialista hasta la médula, basa toda su
teoría en una creencia metafísica de que a)
el hombre de por sí es bueno y le interesa el bien común en detrimiento del
individual, y b) la dialéctica
Hegeliana que él aplica solamente en la lucha de clases, por arte de magia,
después de la revolución y de la dictadura del proletariado, dejaría de tener
efecto, alcanzando así la humanidad el paraíso
terrenal sin luchas ni contradicciones. Esto amigos míos es una creencia,
quizás un deseo personal de Marx, pero
que no tiene ABSOLUTAMENTE nada que ver con la realidad.
1º: El
concepto de lo bueno y lo malo es subjetivo, como he explicado reiteradas veces
en el blog. Lo contrario es una creencia o religión.
2º: La
dialéctica Hegeliana(tesis, antítesis, síntesis), que quizás él hubiera tenido
que pasar más tiempo estudiando antes de interpretarla y aplicarla a la lucha
de clases, supone un constante devenir entre los opuestos, que cuando se
reconcilian, generan la síntesis, que al mismo tiempo es otra tesis, y vuelta a
empezar. La dialéctica se asemeja al símbolo de la espiral que es tan común en
culturas antiguas o mistéricas(El propio Hegel aceptó esta comparación). No hay un final. Es un constante ir y devenir,
cada vez con un grado mayor de conocimiento y complejidad.
Lauburu vasca
Esvástica hindú
Trisquel o espiral
celta