Presentación

Este blog está realizado con el objetivo de divulgar conocimientos sobre filosofía, ciencia, sociedad, política y espiritualidad en un intento de unir estas disciplinas que en la actualidad se estudian por separado. Continuar leyendo la presentación

lunes, 30 de septiembre de 2013

Oriente


He hablado algunas veces sobre las diferencias entre la filosofía oriental y la occidental. En Europa nos pensamos que la tradición oriental es de una rigidez y costumbres sociales muy determinadas y que sus valores son el trabajo, el orden y la disciplina. Esto es cierto en apariencia, porque es la parte visible que un occidental ve de entrada: las normas sociales confucianas. Lo que diferencia a oriente y occidente, es que los orientales saben que estas normas son convenios para mantener la cohesión social y la tradición. Una tradición que está encaminada a romper la distincion entre el bien y el mal para las personas adecuadas. Sí. Pueden ser muy rígidos, pero al mismo tiempo integran el misticismo dentro de su sociedad como meta, algo impensable en occidente. La educación es esencial para poder mantener la cohesion social y para poder mostrar luego a los adultos formas para experimentar el misticismo de manera gradual y que no suponga ningun choque para el individuo ni para la sociedad. El taoísmo era el misticismo en esencia de la antigua China, algo que en Japón se integró en el budismo zen. El budismo se basa en la creencia de que cualquier persona puede llegar a la iluminación espiritual, a ser buda, si es correctamente guiada.

La tragedia de occidente fue que las religiones negaron este poder a los individuos, y exteriorizaron unos valores que negaban la experiencia personal con el cuerpo. Un cuerpo que está unido a la mente y a lo que se le suele llamar alma(inconsciente...). Pero la tradición mística era muy antigua, y las leyendas paganas aguantaron hasta nuestros dias en forma de sociedades sectretas. El bien y el mal fueron encarnados en Dios y Diablo, que no son sinó dos partes complementarias de la misma cosa. Occidente necesitó la clarividencia de un estudioso en la Grecia Clásica para recordar este punto. Pero Nietzsche nunca promulgó hacer el mal, como muchos le quieren atribuir erróneamente. Simplemente puntualizó que la sociedad actual ha heredado unos valores fundamentados en una concepción errónea sobre la realidad, unos valores que se basan en el desprecio del cuerpo o la parte corporal del ser humano. Estos valores han adquirido una fuerza muy peligrosa en la ciencia médica actual, en donde permanece la división cristiana cuerpo/mente como si fuesen sujetos completamente separados, y los médicos lo primero que hacen es torturar, extripar, sedar, y medicar en base a estudios que tratan el ser humano en sus partes por separado. En esto se basa la ciencia racionalista y reduccionista, como también he comentado alguna vez en el blog: en negar la unión más que evidente que hay entre el cuerpo y la mente. Occidente vive en una sociedad que no contempla la experiencia mística de la unión holística de los opuestos como posible, ni está preparada en la actualidad para que los individuos la experimenten en su beneficio. El precio a pagar en la mayoría de los casos es el ostracismo.

Si Nietzsche hubiese conocido el taoísmo, sin duda que hubiese modificado sus escritos. Conocía bien el budismo y el hinduismo, pues la India fue colonia británica, lo que supuso su apertura a Europa. Pero no olvidemos que Japón expulsó a los misioneros cristianos, y luego estuvo doscientos años completamente aislado del mundo exterior hasta mediados del S.XIX. Y el zen es distinto que el budismo tibetano o hindú. Si bien el racionalismo de occidente permitió el avance de la técnica y la tecnología, ahora éste se encuentra en punto muerto. Se necesitan nuevas concepciones e interpretaciones sobre la realidad para poder integrar los últimos avances de la física, las matemáticas y la biología. Y al mismo tiempo, las tradiciones místicas tanto orientales como occidentales necesitan poder integrar los últimos descubrimientos científicos, así como ser viables en el método para cualquier persona del mundo desarrollado actual. Evidentemente no vale eso de estar meses meditando en la montaña sin comer...

sábado, 28 de septiembre de 2013

Extractos de La Gaya Ciencia

1.

Tras interrogarnos y tentarnos así a nosotros mismos, se aprende a reconsiderar con una mirada más aguda todo lo que se ha filosofado hasta ese momento; se adivinan mejor que antes los extravíos, los rodeos, las formas de retirarse al campo, los rincones de sol del pensamiento a los que, en contra de su voluntad, los pensadores no se dejaron conducir y seducir sino porque sufrían; en lo sucesivo se sabe hacia dónde, hacia qué, el cuerpo enfermo, necesaria e inconscientemente, arrastra, empuja, atrae al espíritu -hacia el sol, la calma, la dulzura, la paciencia, el remedio, el consuelo en todos los sentidos-. Toda filosofa que asigna a la paz un lugar más elevado que a la guerra; toda ética que desarrolla una noción negativa de la felicidad; toda metafísica y toda fisica que pretende conocer un final, un estado definitivo cualquiera; toda aspiración, principalmente estética o religiosa, a un más allá, a un afuera, a un por encima autorizan a preguntarse si no era la enfermedad lo que inspiraba al filósofo. El enmascaramiento inconsciente de necesidades fisiológicas bajo las máscaras de la objetividad, de la idea, de la intelectualidad pura, es capaz de cobrar proporciones asombrosas; y con frecuencia me he preguntado si, a fin de cuentas, la filosofía no habrá sido hasta hoy únicamente una exégesis del cuerpo y un malentendido con relación al cuerpo.


2.

Ya no existe la confianza en la vida; la vida misma se ha convertido en un problema ¡Pero no crean que esto nos vuelve necesariamente sombríos! Incluso entonces sigue siendo posible el amor a la vida -aunque en adelante se la ama de otra manera-. Es el amor por una mujer que despierta recelos... Bajo el encanto de todo lo problemático, el gozo ante la incógnita X que experimentan esos hombres más espirituales, más espiritualizados, es demasiado grande para que su luminoso ardor no transfigure sin cesar toda la miseria de lo problemático, todo el riesgo de la inseguridad, e incluso los celos del amante. Conocemos una nueva felicidad... Para acabar, no he de dejar de decir lo esencial: de semejantes abismos, de semejante enfermedad grave, como también de la enfermedad de la sospecha grave, se vuelve regenerado, con una piel nueva, más delicada, más maliciosa; con un gusto más refinado para la alegría; con un paladar más delicado para todo Yo bueno; con unos sentidos más gozosos; con una segunda y más peligrosa inocencia en el goce, más ingenua a la vez y cien veces más refinada de lo que nunca lo había sido antes. ¡Oh, qué repugnante, tosco, insípido y apagado nos resulta ahora el goce tal como lo entienden los vividores, nuestras "gentes cultivadas", nuestros ricos, y nuestros gobernantes! ¡Con qué malicia presenciamos en lo sucesivo el bullicio de feria donde el "hombre cultivado", el ciudadano, se deja hoy violentar por el arte, los libros y la música para experimentar "goces espirituales", ayudándose de brebajes espiritosos! ¡Cómo nos rompe los oídos el grito teatral de la pasión! ¡Qué distinta se vuelve a nuestro gusto toda esa confusión de los sentidos que aprecia el populacho cultivado con todas sus aspiraciones a lo inefable, a la exaltación a lo rebuscado! ¡No! Si los convalecientes seguimos necesitando un arte, será un arte totalmente diferente -un arte irónico, ligero, fugitivo, divinamente desenvuelto, divinamente artificial que, como una brillante llama, resplandezca en un cielo sin nubes! Sobre todo, un arte para artistas, ¡sólo para artistas! Respecto a ello sabemos mejor qué es, ante todo, indispensable en ese arte: ¡la alegría, toda clase de alegría, amigos míos!, incluso como artistas-; me gustaría probarlo. Los hombres conscientes sabemos en adelante demasiado bien ciertas cosas; ¡oh!, ¡qué bien aprendemos en lo sucesivo a olvidar, a no saber en cuanto artistas! Y en lo tocante a nuestro futuro, difícilmente se nos verá tras las huellas de esos jóvenes egipcios que turban durante la noche el orden de los templos, que se abrazan a las estatuas y que se empeñan por encima de todo en devolver, en descubrir, en sacar a la luz del día lo que por buenas razones se mantiene en secreto. No, de ahora en adelante nos horroriza ese mal gusto, esa voluntad de verdad, de "la verdad a cualquier precio", ese delirio juvenil en el amor de la verdad; somos demasiado aguerridos, demasiado graves, demasiado alegres, demasiado probados por el fuego, demasiado profundos para ello... Ya no creemos que la verdad siga siendo tal, una vez que se la haya despojado de su velo; hemos vivido demasiado para creer en eso. Hoy en día es para nosotros una cuestión de decencia no poder verlo todo al desnudo, ni asistir a toda operación, ni querer comprenderlo y "saberlo" todo. "¿Es cierto que Dios nuestro Señor está en todas partes? - preguntaba una niña pequeña a su madre-, porque a mí eso me parece indecente." ¡Buena lección para los filósofos! Deberíamos respetar más el pudor con el que la naturaleza se oculta tras enigmas e incertidumbres abigarradas. ¿No será la verdad una mujer cuya razón de ser consiste en no dejar ver sus razones? ¿Sería Baubó su nombre, por decirlo en griego?... ¡Oh, aquellos griegos! Sabían lo que es vivir; lo cuál exige quedarse valientemente en la superficie, en la epidermis; la adoración de la apariencia, la creencia en las formas, en los sonidos, en las palabras, ¡en todo el Olimpo de la apariencia! Aquellos griegos eran superficiales... ¡por profundidad! ¿Y no volvemos precisamente a eso, nosotros, los espíritus audaces, que hemos escalado la cumbre más elevada y peligrosa del pensamiento contemporáneo y que, desde arriba, hemos inspeccionado el horizonte, habiendo mirado hacia abajo desde esa altura? ¿No somos en eso... griegos? ¿Adoradores de formas, de sonidos, de palabras y, por consiguiente, artistas?


3.

¿No han oído hablar de aquel loco que, con una linterna encendida en pleno día, corría por la plaza y exclamaba continuamente: "¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!"? Como justamente se habían juntado allí muchos que no creían en Dios, provocó gran diversión. ¿Se te ha perdido?, dijo uno. ¿Se ha extraviado como un niño?, dijo otro. ¿No será que se ha escondido en algún sitio? ¿Nos tiene miedo? ¿Se ha embarcado? ¿Ha emigrado? Así gritaban y se reían al mismo tiempo. El loco se lanzó en medio de ellos y los fulminó con la mirada. —¿Dónde está Dios?—, exclamó, ¡se lo voy a decir! ¡Nosotros lo hemos matado, ustedes y yo! ¡Todos somos unos asesinos! Pero, ¿cómo lo hemos hecho? ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Quién nos ha dado la esponja para borrar completamente el horizonte? ¿Qué hemos hecho para desencadenar a esta tierra de su sol? ¿Hacia dónde rueda ésta ahora? ¿Hacia qué nos lleva su movimiento? ¿Lejos de todo sol? ¿No nos precipitamos en una constante caída, hacia atrás, de costado, hacia delante, en todas direcciones? ¿Sigue habiendo un arriba y un abajo? ¿No erramos como a través de una nada infinita? ¿No sentimos el aliento del vacío? ¿No hace ya frío? ¿No anochece continuamente y se hace cada vez más oscuro? ¿No hay que encender las linternas desde la mañana? ¿No seguimos oyendo el ruido de los sepultureros que han enterrado a Dios? ¿No seguimos oliendo la putrefacción divina? ¡Los dioses también se corrompen! ¡Dios ha muerto! ¡Dios está muerto! ¡Y lo hemos matado nosotros! ¿Cómo vamos a consolamos los asesinos de los asesinos? Lo que en el mundo había hasta ahora de más sagrado y más poderoso ha perdido su sangre bajo nuestros cuchillos, y ¿quién nos quitará esta sangre de las manos? ¿Qué agua podrá purificamos? ¿Qué solemnes expiaciones, qué juegos sagrados habremos de inventar? ¿No es demasiado grande para nosotros la magnitud de este hecho? ¿No tendríamos que convertimos en dioses para resultar dignos de semejante acción? Nunca hubo un hecho mayor, ¡y todo el que nazca después de nosotros pertenecerá, en virtud de esta acción, a una historia superior a todo lo que la historia ha sido hasta ahora! Al llegar aquí, el loco se calló y observó de nuevo a sus oyentes, quienes también se habían callado y lo miraban perplejos. Por último, tiró la linterna al suelo, que se rompió y se apagó. "Llego demasiado pronto, dijo luego, mi tiempo no ha llegado aún. Este formidable acontecimiento está todavía en camino, avanza, pero aún no ha llegado a los oídos de los hombres. Para ser vistos y oídos, los actos necesitan tiempo después de su realización, como lo necesitan el relámpago y el trueno, y la luz de los astros. Esa acción es para ellos más lejana que los astros más distantes, ¡aunque son ellos quienes la han realizado!" Cuentan también que ese mismo día el loco entró en varias iglesias en las que entonó su Requiem aeternam Deo. Cuando lo echaban de ellas y le pedían que aclarara sus dichos, no dejaba de repetir: "¿Qué son estas iglesias sino las tumbas y los monumentos funerarios de Dios?"


miércoles, 25 de septiembre de 2013

La Educación


-Los centros educativos se tienen que replantear completamente. O, acaso se van a necesitar de centros educativos?- Nietzsche.

Esta frase es una de las pocas en que Nietzsche habla sobre la educación, en su típico estilo -Todo es una mierda-. Nietzsche, como en la mayoría de sus escritos, no apunta a la construcción de nuevas formas de organización de la sociedad, como sí que se aventuró por ejemplo Marx con el comunismo. Nietzsche era más listo, y sobre lo que no sabía, callaba. Simplemente apunta a los errores de su tiempo, y era perfectamente consciente que la resolución de aquellos le sobrepasaba, en palabras de él, dos siglos. A él le tocó ser la dinamita que volaría uno de los pilares en los que se asentaba la sociedad, y dejar transcurrir el tiempo para que se construyesen nuevas formas, nuevas ideas y nuevos valores en ésta. Su crítica y análisis es retroactiva, analizando el pasado de la humanidad y sus valores(moral de esclavo- moral de señor). Se aventura en el futuro únicamente con la poesía. Esta es la explicación del porqué grupos ideológicos tan distintos dicen tener en Nietzsche la base de su pensamiento. Liberales, feministas, anarquistas, fascistas y socialistas en apariencia no tienen nada en común, pero todos pueden encontrar inspiración en Nietzsche. Esto es porque la poesía es interpretable por definición, y cualquiera que esté descontento con la sociedad actual va a encontrar un poco de metralla y fuego intelectual en sus escritos. Pero vamos a quedarnos con la base del pensamiento de Nietzsche, y vamos a dejar la poesía en su territorio, en el de la poesía.

La base es impecable, y extraída de su lenguaje pomposo, cualquiera a día de hoy con un nivel intelectual medio sabe que es de la más rabiosa actualidad. Allá vamos:

  1. No existen verdades absolutas: La verdad en Dios, o en la Ciencia, está mortalmente herida. El descubrimiento de la física cuántica y relativista es la estocada final.
  2. La Moral no es una excepción, y ésta se encuentra limitada a circunstancias espaciales y temporales determinadas, y es consecuéncia de la concepción sobre la realidad que predomina en la sociedad.
  3. La suma de los dos factores anteriores lleva a un cruce de caminos, en dónde tenemos que elegir entre
    a)El hombre no es nada(nihilismo).
    b)El hombre es algo por sí mismo(superhombre).
  4. Si elegimos la opción b, aceptamos la realidad subjetiva y cambiante como única verdad.
  5. El lenguaje actual deriva de la concepción teísta, que no sirve para expresar el nuevo paradigma.
  6. La unión de la dualidad traspasa el reino del lenguaje. La dualidad, representada por Nietzsche en los dioses griegos Apolo-Dionisio, se encuentra también en las filosofías paganas, místicas o orientales. Toda la filosofía de Nietzsche se puede entender también como una iniciación mística para romper el pensamiento dual(bien-mal, ying-yang).
  7. Crítica al reduccionismo, la doctrina científica actual que se basa en dividir la realidad y estudiarla por separado con un lenguaje caduco. Todo está interrelacionado.


Y ahora volvamos a la Educación. Evidentemente los siete puntos anteriores dejan a las instituciones educativas actuales del S.XIX en poco más que cuatro jirones que a duras penas aguantan ya una suave brisa de abril...

Qué es esta educación que a modo de la ciencia reduccionista separa a los niños por edades, y les va metiendo capas superpuestas de información 1er curso, 2º curso, 3º...

¿Qué es esta educación que niega la participación del niño y de su experiencia?

¿Qué es esta educación en dónde se considera que el maestro o maestra tiene la verdad absoluta, y por tanto, el niño sólo tiene que memorizarla?

¿Qué es esta educación, en dónde cada año se repiten las asignaturas, añadiendo sólo un poco?

¿Qué es esta educación que trata a TODOS los niños por igual?

¿Qué es esta educación que fomenta el individualismo y la competencia en lugar de la cooperación?

¿Es que todos tenemos las mismas habilidades? El hombre dejó de ser un primate y empezó a hablar, y las sociedades primitivas se construyeron en base a la especialización. La educación actual deriva de una mala interpretación de la teoría de la evolución, en dónde se da énfasis a la lucha de los individuos por la supervivencia, envez de reconocer que la cooperación y la división de tareas es el motor distintivo de la mayoria de sociedades, tanto humanas como animales, y que esta cooperación lleva al beneficio mútuo.

A un niño se le pueden dar fenomenal las matemáticas, y quizás podría entender conceptos de cuatro cursos superiores. ¿Por qué tiene que estar sentado en la misma clase que los compañeros de su edad? A lo mejor no tiene habilidades para la música o para las letras, y el sistema está provocando la frustración general del niño. Lo mismo a la inversa.

¿Qué es esta enseñanza de la Historia de la Humanidad en dónde se empieza en cada curso por las herramientas que los hombres del paleolítico usaban, y nunca se da la historia de los Siglos XIX ni XX? La enseñanza de la Historia también es victima del reduccionismo, pues ésta no se puede entender sin saber al mismo tiempo filosofía, ciencia o técnica, religión y economía. Y no hablemos ya de las exaltaciones nacionales con las que se explica la Historia en todos y cada uno de los países actuales...

¿Y qué hay de la conciencia social y educar para la responsabilidad, dejando que los niños se transmitan entre ellos los conocimientos que van aprendiendo? Algo tan simple como que un niño enseñe a otro, algo que les encanta hacer así de entrada, provoca una conciencia de responsabilidad, algo absolutamente necesario para la vida de adulto.

¿Qué significa esta profesionalización de la enseñanza? Refiréndome ahora a la educación superior o univesitaria, cómo puede ser que profesores de carreras como economía o ingeniería no hayan trabajado nunca en el mercado laboral, y estén en su búnker universitario creyéndose los más sabios? Desde que el hombre es hombre, tiene que enseñar quien tiene el conocimiento y la experiencia. O es que quizás lo que interese a algunos no es precisamente que se transmita cultura y conocimiento...

Y para terminar, una reflexion zen, y luego un video.

El maestro no tiene que enseñar. Únicamente tiene que ayudar al alumno en su proceso de aprendizaje.

Esta frase apunta directamente al error del lenguaje actual. En la acción enseñar, hay dos elementos complementarios: maestro-alumno. Uno no tiene sentido sin el otro. Desde la perspectiva antigua teísta, si partimos del principio erróneo de que existe una verdad inamovible, el sujeto de la oración será simpre el maestro. El maestro explica esta verdad que él sabía, y el alumno no. Pero desde la perspectiva nuevo relativista, el sujeto cambia de posición, y el que tiene que realizar activamente la acción no es el maestro, sinó que es el alumno, que tiene que aprender activamente, y en este proceso, el maestro pasa a tener una posición secundaria, únicamente ayudando, orientando, facilitando las herramientas, los nutrientes y el agua que el alumno necesita para crecer. No hay malos alumnos, sólo hay malos maestros.