Presentación

Este blog está realizado con el objetivo de divulgar conocimientos sobre filosofía, ciencia, sociedad, política y espiritualidad en un intento de unir estas disciplinas que en la actualidad se estudian por separado. Continuar leyendo la presentación

viernes, 21 de diciembre de 2012

Homenaje a Jigoro Kano

Jigoro Kano nació en Japón en el 1860. Es conocido por fundar el arte marcial del Judo, aunque se dedicó a ser maestro de escuela y trabajó para el ministerio de educación.

El arte de lucha de los samuráis, cuando Japón entró en la era moderna se vio relegado a una serie de escuelas que hacían poca cosa a parte de ejercicios gimnásticos. Jigoro Kano hizo un estudio exhaustivo de su arte, y cogió lo útil para la era moderna, creando el deporte conocido como Judo. Kano concibió el Judo como una herramienta, tanto para el desarrollo físico, como para el mental, espiritual y social. El Judo ahora es un deporte olímpico de competición de élite, aunque su creador se mostró reacio en este aspecto, pues el objetivo del Judo está mas allá de una victoria en una competición, o de las rivalidades entre países que suelen acompañar a este tipo de eventos, usados en la actualidad como instrumento para avivar los sentimientos nacionales y patrióticos. A modo de homenaje a este gran maestro de la Vida, he traducido personalmente textos publicados por él. 

Texto 1: El arte japonés de la defensa personal
link original: http://judoinfo.com/kano2.htm

En el periodo feudal de Japón, Judo, mas conocido entonces como Jujutsu, era practicado por nuestros samurai, junto con otros ejercicios marciales como el esgrima, tiro con arco, y el uso de la lanza, entre otros. Judo era el arte de lucha generalmente sin armas, aunque a veces algunas eran usadas. Los ataques eran principalmente derribos, puñetazos, patadas, estrangulaciones, inmovilizaciones, y luxaciones en los brazos o piernas del oponente en una forma determinada para causar dolor o fractura. Nosotros tenemos multitudinarias maneras de defendernos de estos ataques.

Una característica principal del arte es la aplicación de los principios de no resistencia y de obtener ventaja de la pérdida de equilibrio del oponente. De aquí vienen los nombres jujustsu(arte de la suavidad), o judo(el camino de la suavidad). Ahora dejadme explicar estos principios con unos ejemplos.

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Jigoro Kano realiza aquí unas explicaciones sobre unas técnicas para ejemplificar los principios de no resistencia y de aprovechamiento del desequilibrio o la fuerza del contrario en nuestro beneficio. Considero personalmente ardua e infructuosa su lectura. A quien le pueda interesar la visualización de las técnicas le recomiendo mirar videos en youtube sobre judo, o acercarse a un gimnasio adecuado, donde además las podrá poner en práctica.
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Estos principios no siempre son aplicables. Hay excepciones en donde no tendremos mas remedio que usar nuestra fuerza bruta de una forma concreta para librarnos de nuestro oponente. Pero, hay algún principio que nunca falle? Sí, ¡sí que lo hay! Y este es el principio de máxima eficiencia en el uso de la Mente y el Cuerpo. La no resistencia es sólo un ejemplo de este principio mas fundamental.

Nota del blogger: se entiende como máxima eficiencia el hecho de obtener el máximo beneficio con el mínimo esfuerzo o dispendio de energía.

Vemos a menudo que nosotros hacemos innecesarios gastos de energía, tanto en las competiciones físicas, como así también en nuestras vidas diarias.

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Aquí Jigoro Kano hace la explicación de una sutil llave ( co-uchi gari) con la que prácticamente sin realizar fuerza, sino simplemente con saber encontrar el momento idóneo, podremos derribar a cualquier persona que se dirija hacia nosotros. También hace referencia a cómo derribar a alguien que se quede quieto, ya sea haciendo resistencia o no. También explica el desequilibrio que hay que provocar para poder llevar el brazo del oponente a una posición de luxación o para pasar a estrangular. Lo mismo dicho con anterioridad es aplicable a estos ejemplos.
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Estas son ilustraciones del principio de Máxima Eficiencia en el uso de Mente y Cuerpo. En este principio, todas las herramientas del arte y de la ciencia del Judo son construidas.

El Judo se enseña de dos maneras, una llamada randori, y la otra kata. Randori, o ejercicios libres, es practicado bajo las condiciones de las competiciones actuales. Incluye derribos, estrangulaciones, inmovilizaciones y luxaciones. Los jugadores pueden usar todos los trucos que deseen, procurando no hacerse daño mutuamente, obedeciendo las reglas generales de la etiqueta del Judo. Kata, que literalmente significa forma, es un sistema de ejercicios predeterminados que incluyen, sin contar las acciones antes mencionadas, golpes, patadas, y el uso de armas, ateniéndose a unas normas, bajo las que cada participante conoce de antemano exactamente que es lo que el oponente va a hacer.

El uso de armas, puñetazos y patadas se enseña en kata, no en randori, porqué si estas prácticas fueran restablecidas en el randori, se provocarían múltiples lesiones, mientras que enseñadas en kata, no suceden estas lesiones, pues todos los ataques y defensas están preestablecidos de antemano.

El randori puede ser practicado de varias maneras. Si el objeto es simplemente entrenar métodos de ataque y defensa, la atención del estudiante debería estar dirigida especialmente a la manera mas eficiente de derribar, atacar, golpear o luxar, sin especial referencia al desarrollo de la cultura física, mental, o moral. Pero si el objeto es la cultura física, mental, o moral, el entrenamiento en los métodos de ataque y defensa entonces tienen que ser confinados en aquellas fases del judo que son necesarias para esta cultura.

Un gran valor del Judo, como cultura física, reside en el interés que acompaña a su práctica. En Judo, cada movimiento tiene un significado; y como que el randori no es la mera repetición de cierto número de movimientos fijos, sino una innumerable combinación de diversos movimientos elegidos por los jugadores para encontrar los requerimientos de la ocasión, el espíritu en que éstos movimientos son hechos difiere substancialmente de aquél en que los movimientos son hechos de acorde a ciertas reglas arbitrarias.

Otra vez, la infinitud de variedades en los movimientos en el Judo lo hacen conveniente para el desarrollo físico, y la variedad de maneras en que el entreno es posible, lo hace practicable para todo el mundo: viejos, jóvenes, robustos y delgados. El resultado de un entrenamiento sistemático en judo no es sólo desarrollar un cuerpo fuerte y saludable, sino también crear en el hombre o la mujer, un control perfecto sobre su mente y su cuerpo, lo que hace a él o a ella, lista para reaccionar ante cualquier emergencia, ya sea fruto de un accidente, o de un ataque. Aunque en Judo el ejercicio se realiza generalmente entre dos personas, y en un espacio destinado a tal efecto, no tienen porqué darse siempre estas condiciones. Puede ser practicado en equipos o por una persona individual, en un tatami o en cualquier otro sitio.

Ahora explicaré cómo uno puede ser entrenado mentalmente en el Judo. El entrenamiento mental puede hacerse tanto en kata como en randori, pero con más éxito en el último. Como que el randori es la competición entre dos personas, usando todos los recursos de que se pueda disponer, el oponente aprovechará cualquier oportunidad para atacar. Un estudiante, de esta manera, tendría que saber si es posible, cuales son los puntos fuertes y débiles de su oponente, y sus características, tanto físicas como mentales; todo aquello, resumiendo, que pueda ayudarle a vislumbrar la manera de derrotarlo. Este entrenamiento, si es conducido de forma adecuada por parte de un instructor competente, tiende a hacer al alumno determinante y sincero, cauteloso y deliberado en sus acciones.

Al mismo tiempo, uno es entrenado para la acción decisiva e inmediata. Porqué en randori, con el oponente siempre en alerta, uno tiene que saber qué hacer, y hacerlo de forma rápida y efectiva. Randori no solo entrena el deseo del aprendiz, sino que también le da compostura mental. En randori, cada una de las partes es ignorante de lo que el otro se propone, y tiene que estar preparado para cualquier tipo de ataque súbito. Esta actitud de estar siempre alerta ante cualquier emergencia, entrena a uno a tener su mente en calma, porque si uno tiene la mente turbada será vencido fácilmente cuando venga el ataque.

Cada uno admitirá que una manera importante de mejorar es ver los sucesos y fracasos de los demás, y es en el gimnasio que uno adquiere esta habilidad indispensable no solo en Judo, sino también en la vida actual. El siguiente paso es discernir la manera de vencer al oponente. Para este propósito, los poderes de la imaginación, del razonamiento, y juicio son esenciales, y el correcto entrenamiento en randori requiere el ejercicio de todos estos poderes. Para ir mas lejos, como el estudio del randori es el estudio de la relación entre dos partes que compiten, cientos de lecciones valiosas son derivadas de éste. Ahora diré sólo algunos ejemplos.

En randori enseñamos al alumno, cuando tiene el recurso de nuestros trucos para sobreponerse a su oponente, a emplear tan solo la fuerza que sea indispensable para el propósito en cuestión, previniéndolo tanto de ejercer demasiada energía, como de ejercer demasiado poca. No son pocos los casos en que la gente acaba fallando simplemente porque habían ido demasiado lejos.

Otro ejemplo: en randori enseñamos al alumno, cuando encara a un oponente que está locamente excitado, anotarse la victoria no por enfrentarle directamente en cuerpo y alma, sino simplemente jugando con el oponente hasta que su furia se extinga por si misma. El beneficio del uso de esta actitud en las relaciones de hoy en día es patente: como es sabido, no habrá suficiente cantidad de razonamientos que nos avalen cuando nos confrontamos con una persona tan agitada hasta el punto de que haya perdido su temperamento; todo lo que tenemos que hacer en estos casos es esperar hasta que su rabia se extinga por si sola.

Todas estas doctrinas las aprendemos en la práctica del randori. Su aplicación a la conducta de los quehaceres diarios es una materia muy interesante de estudio y de incalculable valor como entrenamiento para vuestras mentes.

Referente a la fase moral del Judo – no hace falta hablar de la disciplina en el gimnasio, incluyendo la observación de las reglas de etiqueta, coraje, perseverancia, amabilidad y de respecto a los demás, imparcialidad y fair play enfatizado tanto, también en los entrenamientos atléticos occidentales – ésta tiene una especial importancia en Japón. Judo, como he mencionado antes – junto con esgrima y otros ejercicios marciales- era practicado por nuestros antiguos samurai, y el espíritu de su alto código de honor que ellos ejercitaban nos ha sido transmitido a nosotros a través de la enseñanza del arte.

En esta conexión dejadme explicar cómo el principio de máxima eficiencia en el uso de la Mente y el Cuerpo ayuda a promover la conducta moral. Un hombre es en determinadas circunstancias muy excitable y predispuesto a la rabia por razones aparentemente triviales. Pero cuando él se da cuenta de que estar tan excitado comporta un innecesario dispendio de energía que no beneficia a nadie, y que a veces daña a uno mismo y a otros, el estudiante de Judo tiene que alejarse de esta conducta. Uno a veces se desilusiona por culpa de los fracasos, se vuelve pesimista y pierde las ganas de trabajar. El Judo aconseja a estos hombres a probar y descubrir lo mejor que ellos lo pueden hacer en unas circunstancias dadas. Paradójicamente a como pueda parecer, este hombre a mi entender, está en la misma posición de uno que está en la cumbre del éxito. En los dos casos solo hay un camino a seguir - el que él considera mejor en aquel momento. De esta forma, el aprendizaje del Judo puede llevar a un hombre desde las profundidades del desaliento a la actividad vigorosa con una brillante esperanza en el futuro. El mismo razonamiento se puede aplicar a personas que están descontentas. Las personas descontentas a menudo se encuentran en un estado depresivo y culpan a los demás por sus fracasos, sin prestar la suficiente atención a sus problemas. El aprendizaje del Judo hace entender a estas personas que su conducta va en contra el principio de Máxima Eficiencia en el uso de la Mente y el Cuerpo.

Texto 2: Conferencia en Atenas, 1934  
link original: http://ejmas.com/jcs/jcsart_kano_0201.htm

El uso de la religión como cultura moral o de conducta social nadie lo pone en duda. Pero como que la moral es enseñada en las religiones no en base a razonamientos, sino en base a la fe o creencia, pueden haber diferentes personas teniendo diferentes creencias. ¿Cómo puede uno decidir qué es correcto y qué no? En este estado de iluminación tenemos que solucionar esta cuestión de una manera en que todo el mundo pueda estar de acuerdo. ¿Cómo se soluciona esto?

Desde hace más de miles de años, pensadores de una gran variedad de países y culturas han dado su versión de lo debería de ser la moral. Algunos han llegado a ciertas conclusiones a través de sus propios medios de razonamiento, mientras otros han defendido algo diferente, también desde su manera de pensar. Esta es la razón por la que existen actualmente, tantos sistemas éticos distintos.  Ellos han defendido sus posturas desde diferentes planteamientos de base desde el tiempo de Platón y Aristóteles en occidente, y Lao-Tse y Confucio en oriente. Parece que no haya final en estas disputas. ¿Como reconcilias estos puntos de vista distintos?

Todos respectamos nuestras tradiciones y nadie tomaría a la ligera la importancia de la tradición en el enseñamiento de la moral. ¿Pero cómo podemos probar que la moral enseñada por la tradición es siempre la correcta, y nunca requiere de alteraciones? ¿Acaso no prueban los hechos que algunas enseñanzas morales que se consideraban importantes en cierto estadio del progreso de la humanidad disminuyeron su importancia en una fase posterior? ¿Acaso los países no difieren en tradiciones y costumbres? Hay algún test confiable para juzgar la validez de la tradición, de manera que nos podamos quedar con aquellas que consideremos válidas?

A menudo enfrentado a cuestiones de este tipo, me pareció que los principios del Judo que estado estudiando desde que era joven pueden solucionar de la mejor manera estas cuestiones tan complicadas. He intentado aplicar estos principios a la solución de todos los problemas que me he encontrado, y en ningún caso encontré ninguna dificultad en aplicarlos.

Los principios del Judo son:

1º. Cualquiera que sea el objeto, la mejor manera de conseguirlo es aplicando de manera mas eficiente posible, el uso de la energía tanto física como mental.
2º. La harmonía y el progreso de un cuerpo, consistiendo éste de diferentes individuales, ya sean muchos o pocos el numero de estos individuos, puede mantenerse de mejor manera a través de la ayuda mutua y la concesión.

...explicación del origen del Judo...

Referente a la educación física, tengo que hacer un inciso sobre cual es el objetivo de ésta. Creo que el objetivo de la educación física debería incluir los cuatro elementos siguientes: Salud, Fuerza, Utilidad, y Entrenamiento Espiritual, incluyendo éste último las partes Intelectual, Moral y Estética.

Nadie estaría en desacuerdo con estas afirmaciones, pero quiero que presten suficiente atención al hecho de que nadie, ni los especialistas en educación física parecen estudiar la respectiva importancia de estos cuatro elementos. ¿Acaso los promotores de la educación física no prestan demasiada importancia a la fuerza y la destreza? Los profesores de gimnástica prestan la atención exclusivamente en los órganos internos y el desarrollo harmonioso del cuerpo.

En estos errores la gente normalmente cae porqué el objetivo de la educación física no está bien definido, y la interrelación entre estos cuatro elementos no está siendo seriosamente estudiada. Esto es así porqué el principio de Máxima Eficiencia no ha sido todavía universalmente reconocido, y poca gente parece estudiar este tema desde el punto de vista de este principio.

Ahora procederé a hablar del sobre la aplicación de este principio al entrenamiento moral y intelectual.

De una manera similar a la conexión entre los cuatro elementos de la educación física a la que me he referido antes, la interrelación entre la cultura intelectual y moral, así como la relación entre estas dos con la cultura física, debería ser objeto de un estudio riguroso. De cualquier manera, no sólo la mayoría de la gente, sino también los educadores son indiferentes a esto. En la cultura intelectual, hablando de forma estricta, la adquisición de conocimiento y el cultivo del poder de razonamiento están tan interrelacionados, que no pueden tratarse en forma separada. Aún, el cultivo del poder de razonamiento y de juzgar, y la mera adquisición de conocimiento puede ser observado desde diferentes perspectivas, pero los puntos en común que tienen respecto a la cultura intelectual tendrían que ser especialmente estudiados.

La cultura moral incluye también muchos elementos, y la interrelación y la relativa importancia de éstos tendría que ser considerada con prudencia.

Primero de todo, la cultura moral tiene que ser perseguida desde el lado intelectual, capacitando al hombre para saber qué es bueno y que es malo, para que por él mismo pueda ser capaz de razonar y decidir aún bajo complicadas circunstancias. Al mismo tiempo, el cultivo del poder emocional y del deseo, así como la importancia de formar buenos hábitos, no puede ser olvidada. Pero muy poca gente parece estudiar estas cosas de forma seriosa. Esto, yo creo, es debido a la falta de reconocimiento del principio de Máxima Eficiencia.

La cultura, ya sea física, intelectual, o moral, sólo puede ser adquirida de manera adecuada cuando se le da la consideración adecuada a la relativa importancia y correlación de los diferentes elementos que integran esta cultura.

Ahora voy a dar un ejemplo de cómo mucha gente está en su vida diaria sin la consideración de este importante principio. Ya sea para leer un libro, una revista o un periódico, uno debería seleccionar aquellos que parecen mas aprovechables para leer en aquel momento. Pero la mayoría de la gente no es consciente de estas consideraciones.

Lo mismo puede decirse referente a la dieta, vestimenta, decoración de la casa, elegir cosas que compramos, en transacciones de negocios, en resumen, en todos los quehaceres diarios de la Vida. Solamente a través de la correcta comprensión y su correcta aplicación de este principio uno puede hacer su cuerpo fuerte, saludable, y útil. Uno puede devenir una persona de una alta integridad moral y intelectual. Uno puede acumular riqueza, suficiente no solo para hacerse feliz a sí mismo, sino también para ser capaz de ayudar a los demás y gastar para el bien general de la sociedad. Solamente la gente que es leal a nuestro principio puede llegar a ser este tipo de hombre.

Si este principio es aplicable a todas las fases de la actividad humana, lo mismo puede aplicarse referente a un grupo de hombres, ya sea pequeño, como en el caso de un partido de unas pocas personas, o grande, como en el caso de una nación que contenga una población numerosa. Pero para que un grupo de hombres actúen como individuos, éste tiene que estar bien organizado, de manera que cada miembro del grupo actúe en harmonía uno con el otro. Esta harmonía solo puede ser conseguida y mantenida por la Ayuda y Concesión Mutua, alcanzando prosperidad y beneficio mutuo. La Ayuda y Concesión Mutua es otro principio fundamental en el Judo que es muy importante para el buen desarrollo y perfeccionamiento de la vida social. ¿No puede también, el mismo principio aplicarse de una manera similar para las relaciones internacionales?

Concluiré mi conferencia citando una parte de mi discurso que hice en Madrid el año pasado, con ocasión del encuentro de la Unión Interparlamentaria. Afortunadamente, el ideal de una vida internacional no difiere mucho en las gentes civilizadas, pero cuando a uno le preguntan que es lo que subyace, que hace a gentes diferentes tener un mismo ideal, uno se puede quedar de piedra. El ideal moral de la religión como creencia no puede explicar este fundamento, porqué no hay ninguna razón para que todas las creencias tengan que coincidir. ¿Asi pués, pueden sistemas filosoficos distintos considerarse la fuerza determinante de esta coincidencia? Ésta no puede ser vista en la tradición filosófica, porqué –como se ha dicho antes- aquellos sistemas filosóficos parten de principios distintos que no pueden ser reconciliados. NDB: Al menos no a simple vista.

Así que, ¿cuál es la fuerza determinante de esta coincidencia?

La fuerza determinante reside en esto. Las gentes civilizadas que viven en sociedades nunca sueñan en abandonar la vida social y vivir enteramente recluidos de otra gente. Desde que una persona desea ser un miembro de una comunidad, tiene que hacer suyo el deber de mantener la sociedad y aportar su parte para prevenir su desintegración. Otra vez, desde que un hombre vive en sociedad, él mismo es beneficiado por su progreso, mientras de otra forma, si la sociedad se deteriora, puede perder aquello que podría haber conseguido. Cuando un miembro de la sociedad se ha hecho consciente de estos hechos, él automáticamente participará en mantener y mejorar nuestra vida social. Para mantener la vida social, cada individuo miembro de ella tiene que saber como controlarse de los comportamientos egoístas, y tiene que conceder y ayudar a otros cuando sea necesario para tal fin. Al mismo tiempo, uno tiene que perseguir el mejorar su habilidad para servir a la sociedad, recordando también de cuidarse de uno mismo, de manera que no entre en conflicto con el interés de otros y de la sociedad en su conjunto. El beneficio de la sociedad y de uno mismo puede ser conseguido por la Máxima Eficiencia en el uso de la energía física y mental en esta dirección. Resumiendo, la Máxima Eficiencia en el uso de la energía física y mental para conseguir los propósitos personales de un lado, y la Ayuda y Concesión Mutua en el objetivo de prosperidad y beneficio mutuos por el otro lado, son los dos grandes factores determinantes de la armonía social y progreso. Ya sea a nivel consciente o a nivel inconsciente, la gente civilizada es guiada por estos factores. El hecho que ahora la gente habla mucho de eficiencia y gestión científica, el hecho de que la Liga de las Naciones se creara, y que la seguridad y el desarme son a día de hoy temas de debate, todo esto muestra claramente que estos factores tendrían que ser estudiados y su espíritu verdadero proclamados al mundo entero.
  
Jigoro Kano

Hombre y mujer entrenando la técnica de Tai otoshi



 

lunes, 19 de noviembre de 2012

Los doctos


Menger es uno de esos sabios de los cuales es interesante saber sobre su vida, a la par que sobre su obra. Menger trabajó de periodista una vez doctorado, haciendo boletines sobre el estado del mercado. Aquella larga labor de investigación en la calle(un sitio en el que raramente encontramos académicos) observando cómo se formaban los precios de las mercancías, le hizo dudar de las teorías oficiales, pues se dio cuenta que los hombres de negocios preferían sus métodos prácticos para fijar los precios, antes que las teorías académicas tradicionales. En 1871 publica Principios de economía política. En él, argumenta su tesis del valor subjetivo de las cosas, independientemente de lo que haya costado su anterior producción. Menger entonces choca frontalmente con la corriente que predominaba por aquel entonces en los territorios de habla alemana, la Escuela Historicista, que reniega de la validez de los postulados teóricos de Menger, pues los historicistas sólo tienen en cuenta la observación del pasado histórico o estadístico, negando la validez de cualquier especulación teórica. Entonces se establecen una serie de discusiones académicas muy duras con el representante de la escuela alemana historicista, Schmoller, que gozaba de mayor prestigio. El resultado fue que Menger se quedaría solo defendiendo sus posturas, y se encuentra con una dura lucha dialéctica que le lleva al ostracismo en Alemania. Schmoller llega a decir cosas como que Menger no está capacitado para enseñar, e incluso le devuelve una publicación que aquél le envió a modo explicativo, añadiendo que ni tan siquiera había perdido el tiempo para leerla. Y entonces pasan aquellas cosas mágicas que suceden sólo de vez en cuando en la historia, de manos de hombres capacitadísimos que tienen que luchar contra unas opiniones que prevalecen en un momento dado. Menger se da cuenta de que sus teorías no son aceptadas por sus contemporáneos, no porque éstas sean erróneas, sino porque no se ha podido llegar a entender ni tan solo el método que había usado él para poder llegar a estas conclusiones. Entonces sigue investigando, pero esta vez en el campo de la filosofía, sobre la manera en que el ser humano puede llegar al obtener conocimiento de la llamada realidad. Estudia filosofía de la ciencia. Y después de ocho años, publica sus Investigaciones sobre el método. Y...¡SORPRESA! ...el tío lo rompe.

Ahora empiezan a permear sus ideas que formaron la Escuela Austriaca de Economía, aunque sus investigaciones sobre el método todavía quedan lejos de aceptarse. Menger incluso se negó a reeditar su Principios de economía política porque sabía la razón de que no se comprendiera, y estuvo dedicado los últimos años de su vida preparando una revisión completa que incluyera tanto los Principios, como el Método. Quizás se propuso un objetivo demasiado ambicioso, pues no pudo terminarlo, y aquel esfuerzo lamentablemente sólo quedó en forma de una serie de notas manuscritas desordenadas que ni su hijo pudo ordenar. Aquél sólo pudo publicar algo sobre la parte referente a la economía.

El Método de Menger supone una revolución de 360º sobre la manera en que a día de hoy los humanos, entendemos tanto a la ciencia así como el conocimiento. La incomprensión de sus contemporáneos académicos le hizo ir a estudiar la base, los fundamentos sobre los que se asientan los conocimientos que llamamos científicos. Y se dio cuenta del hecho de que las universidades, los centros académicos, están nada más y nada menos que en terreno resbaladizo, asentados en una serie de inercias y aceptaciones heredadas por tradición, que muy poca gente se atreve, desde los mismos centros académicos, a poner en duda. ¿Los doctores y catedráticos aman demasiado su posición social o sillón como para ponerse a pensar? ¿Qué sentido tienen las universidades hoy en día si no se alienta el espíritu crítico?

Aunque sólo tengamos unas meras trazas del método que nos legó Menger, después de más de cien años de su publicación, misteriosamente cobra vida de nuevo, y no sólo es válido para la economía, como ha demostrado la Escuela Austriaca de Economía, que predijo la crisis actual ante la indiferencia de los economistas oficiales, sino que también sirve para replantear el llamado método hipotético-deductivo para otras ciencias como serían la biología, la sicología, la sociología, la medicina, y no digo la física ni la química ni las matemáticas porque el método de Menger ya se aplicaba en ellas de forma espontánea o involuntaria.    

A Nietzsche le pasó algo similar. Era un notable doctor de filología clásica en la Universidad, y le da por publicar El nacimiento de la tragedia. Evidentemente, ninguno de sus compañeros de docencia entiende una mierda de aquello sobre lo que el bueno de Friedrich está hablando, e incluso le llegan a decir: Nietzsche ha dejado de ser un docto. A lo que él replica en su libro Así habló Zaratustra, en el capítulo sobre los “doctos”:

Mientras yo yacía dormido en el suelo vino una oveja a pacer de la corona de hiedra de mi cabeza, - pació y dijo: «Zaratustra ha dejado de ser un docto». Así dijo, y se marchó hinchada y orgullosa. Me lo ha contado un niño. Me gusta estar echado aquí donde los niños juegan, junto al muro agrietado, entre cardos y rojas amapolas. Todavía soy un docto para los niños, y también para los cardos y las rojas amapolas. Son inocentes, incluso en su maldad. Mas para las ovejas he dejado de serlo: así lo quiere mi destino - ¡bendito sea! Pues ésta es la verdad: he salido de la casa de los doctos: y además he dado un portazo
a mis espaldas. Durante demasiado tiempo mi alma estuvo sentada hambrienta a su mesa; yo no estoy adiestrado al conocer como ellos, que lo consideran un cascar nueces. Amo la libertad, y el aire sobre la tierra fresca; prefiero dormir sobre pieles de buey que sobre sus dignidades y respetabilidades. Yo soy demasiado ardiente y estoy demasiado quemado por pensamientos propios: a menudo me quedo sin aliento. Entonces tengo que salir al aire libre y alejarme de los cuartos llenos de polvo. Pero ellos están sentados, fríos, en la fría sombra: en todo quieren ser únicamente espectadores, y se guardan de sentarse allí donde el sol abrasa los escalones. Semejantes a quienes se paran en la calle y miran boquiabiertos a la gente que pasa: así aguardan también ellos y miran boquiabiertos a los pensamientos que otros han pensado. Si se los toca con las manos, levantan, sin quererlo, polvo a su alrededor, como si fueran sacos de harina; ¿pero quién adivinaría que su polvo procede del grano y de la amarilla delicia de los campos de estío? Cuando se las dan de sabios, sus pequeñas sentencias y verdades me hacen tiritar de frío: en su sabiduría hay a menudo un olor como si procediese de la ciénaga: y en verdad, ¡yo he oído croar en ella a la rana! Son hábiles, tienen dedos expertos: ¡qué quiere mi sencillez en medio de su complicación! De hilar y de anudar y de tejer entienden sus dedos: ¡así hacen los calcetines del espíritu! Son buenos relojes: ¡con tal de que se tenga cuidado de darles cuerda a tiempo! Entonces señalan la hora sin fallo y, al hacerlo, producen un discreto ruido. Trabajan igual que molinos y morteros: ¡basta con echarles nuestros cereales! – ellos saben moler bien el grano y convertirlo en polvo blanco. Se miran unos a otros los dedos y no se fían del mejor. Son hábiles en inventar astucias pequeñas, aguardan a aquellos cuya ciencia anda con pies tullidos, - aguardan igual que arañas. Siempre les he visto preparar veneno con cautela; y siempre, al hacerlo, se cubrían los dedos con guantes de cristal. También saben jugar con dados falsos; y los he encontrado jugando con tanto ardor que al hacerlo sudaban. Somos recíprocamente extraños, y sus virtudes repugnan a mi gusto aún más que sus falsedades y sus dados engañosos. Y cuando yo habitaba entre ellos habitaba por encima de ellos. Por esto se enojaron conmigo. No quieren siquiera oír decir que alguien camina por, encima de sus cabezas; y por ello colocaron maderas y tierra e inmundicias entre mí y sus cabezas. Así amortiguaron el sonido de mis pasos: y, hasta hoy, quienes peor me han oído han sido los más doctos de todos. Entre ellos y yo han colocado las faltas y debilidades de todos los hombres: - «techo falso» llaman a esto en sus casas. Mas, a pesar de todo, con mis pensamientos camino por encima de sus cabezas; y aun cuando yo quisiera caminar sobre mis propios errores, continuaría estando por encima de ellos y de sus cabezas. Pues los hombres no son iguales: así habla la justicia, ¡y lo que yo quiero, eso a ellos no les ha sido lícito quererlo!

Así habló Zaratustra

sábado, 17 de noviembre de 2012

Las cuatro leyes de la naturaleza humana


Puedo estar observando con admiración un bonito gorrión que viene a posarse en nuestro jardín, mientras de pronto, el lindo gatito que a menudo venía a visitarme y a hacerme mimos, se abalanza sobre él, le arranca de un mordisco la cabeza, y empieza a engullirlo con evidente placer. ¿Es el tierno minino que momentos antes se dejaba acariciar apaciblemente, malo? ¿Qué ha pasado? Los juicios morales o éticos son el resultado por parte de la mente humana de clasificar o dividir en dos los actos a los que un humano puede atenerse. Pero evidentemente, el gatito no se encuentra en aquella clasificación. Simplemente, ha seguido sus instintos, abandonándose al placer del juego que produce la caza, y a la posterior degustación de su recompensa. Obedeciendo a las leyes de la naturaleza. A su instinto de supervivencia. Unas leyes que en mayor o menor grado, los humanos también acatamos, ya sea con conocimiento o a nivel inconsciente. Durante milenios, se han hecho intentos o experimentos sociales para contener a la bestia que habita en nuestro interior, y éstos han recibido el nombre de conducta moral o religión. Vamos a explicar ahora cuales son las leyes naturales o instintos que imperan en el hombre.

  1. Satisfacer las necesidades básicas de alimentos, agua y cobijo.
  2. La naturaleza nos ha hecho seres sociales, por lo tanto necesitamos de otros para hablar, intercambiar opiniones, aprender y cooperar.
  3. La necesidad biológica de perpetuar la especie nos ha provisto del deseo sexual, aunque yo difiero con muchos autores en que éste tiene una función meramente fisiológica para el humano, llegando, creo yo, a preferir éste la unión sexual con alguien con quien haya afinidad de caracteres, o se pueda producir una unión a nivel también emocional, no sólo física.

El tercer punto tiene una gran importancia, y es a menudo fuente de debate entre filósofos, biólogos y pensadores en general. Vamos a esclarecerlo. Hay autores que han afirmado que el hombre tiene el impulso de esparcir su semilla por los cuatro vientos, y que sólo la mujer aspira a aquella unión emocional, pues es ella la que gesta el bebé, y por lo tanto necesita también de los cuidados y la atención de un macho. La refutación de esto se establece por implacable lógica, aceptando las leyes evolutivas darwinianas. ¿Qué dice Darwin? Que sólo las especies que son mas eficientes en el aprovechamiento de los recursos(dígase energía, alimentos) del entorno, sobreviven. ¿Qué es más eficiente para la supervivencia de los bebés, una pareja unida por un vínculo emocional que será capaz de mover montañas para que su descendencia tenga éxito, o una mujer sola que se tiene que entender con innumerables machos que miran a los bebés de ella de forma indiferente?  Creo que la respuesta está dada. A los que se oponen en éste punto, diciendo que lo natural e instintivo es ser una máquina de follar, se les podría poner el ejemplo de los pájaros. Sí, los pájaros. La naturaleza es un libro bellísimo que nos muestra cotas altísimas de sabiduría. Sólo hay que acercarse a ella con la mente abierta. Los pájaros, señores míos, a) son monógamos, y b) el macho se queda cuidando los pollitos mientras la hembra va en busca de comida. No hace falta decir nada más respecto a éste punto.

  1. Y, misteriosamente, el hombre no se queda en éstos tres puntos anteriores, que se podría decir sin temor a equivocarme, forman parte de la mayoría de las especies del reino animal. El ser humano tiene, además, inteligencia. Conciencia de sí mismo, de su relación con el entorno, de su mundo, su universo. Esto provocó desde los mismos albores de la civilización, que el ser humano buscase algo más allá. Como mínimo una explicación a su existencia, un sentido a su devenir, intentar la comprensión de los fenómenos naturales, desarrollar la técnica para poder controlarlos y beneficiarse de ella para aumentar su bienestar, prever catástrofes, desarrollar nuevos tipos de organizaciones políticas o Estados que mejoren a las anteriores... así como la creación del Arte, la música, la ciencia, y hasta llegar a los conocimientos que los humanos poseemos mientras escribo estas líneas.


Una característica del ser humano(bueno... no de todos, pero por lo menos sí de algunos, entre los que yo me incluyo), es la de querer crear algo por encima de uno mismo. Nietzsche lo llamó Superhombre. A qué se refería el satírico y cachondo anticristo con eso del superhombre? No, no es un hombre alto, rubio y con los ojos azules. El Superhombre es aquel humano que ha aceptado que él forma parte de la naturaleza, y que es un sinsentido negar cualquiera de los cuatro principios instintivos que he enumerado con anterioridad. No sólo es un sinsentido, sino que por mucho que queramos, las fuerzas de la naturaleza que corren en nuestro interior, tarde o temprano reclamarán SU parte, y como no las hayamos tenido en cuenta a la hora de organizar nuestra viva diaria, éstas aparecerán, y de forma violenta e inesperada. El superhombre es aquel humano que se ha podido desembarazar ya de los dogmas o religiones, y ha aprendido a mirar en su interior, para poder tomar las decisiones de su vida. El superhombre es aquel humano que ha aprendido también a vivir en la incerteza que causa la caída de todos los dogmas o –ismos. Es aquel que sabe que por mucho que quiera saber y obtener respuestas firmes, no existen, y por tanto, mas vale dejar de preguntarse en cierto punto, y simplemente, disfrutar. Reír. Reírse de uno mismo y de su propia estupidez. Compartir. Admirar la belleza por el simple hecho de admirar la Belleza, y dar las gracias a la naturaleza por regalarnos tan preciado momento.

No soy un hombre, soy dinamita, dijo Nietzsche.
No soy un hombre, soy un hierro incandescente que irradia calor de forma lenta y prolongada, digo yo.