Presentación

Este blog está realizado con el objetivo de divulgar conocimientos sobre filosofía, ciencia, sociedad, política y espiritualidad en un intento de unir estas disciplinas que en la actualidad se estudian por separado. Continuar leyendo la presentación

miércoles, 15 de mayo de 2013

El vicio


Ay... sí... cómo nos gusta el vicio...

El vicio es quizás uno de los conceptos peor entendidos por parte de la ciencia moderna y la sociedad en general. Ello deriva de la falta de atención que se le acostumbra  a poner en nuestra sociedad a las emociones humanas. Unas emociones que se encuentran fuera de la ciencia precisamente por que no pueden ser entendidas en el marco de una ciencia como la entendemos hoy en día: racional, conceptualizante, que tiene tendencia a dividir el conocimiento en áreas y luego estudiarlas por separado, y depende al mismo tiempo enormemente del lenguaje. Esto, por si hay alguien que acabe de aterrizar en este blog, es hemisferio cerebral izquierdo y masculino.

Ah amigos... pero es que resulta ser que las emociones están en el otro lado de nuestra preciada cabecita, en el hemisferio derecho femenino, y no van a poder ser categorizadas tan a la ligera como quien estudia los insectos clasificándolos según el número de patas que tengan, por poner un ejemplo.

El vicio es la dependencia de una persona a un hábito placentero. Tipos de vicios:

Drogas o medicamentos
Deporte
Sexo
Trabajo
Viajar
Televisión

Seguro que me dejo muchos, pero yo sólo quería poner algunos de los ejemplos más habituales para ilustrar un poco la situación...

Creo que no me equivoco si digo que todos nos hemos sentido un poco viciados a alguno de éstos en algún momento de nuestra vida.

Si sois un poco perspicaces ya podréis intuir por qué camino voy a seguir ahora...

¿Qué no? Bueno... igualmente, vamos allá:

La palabra vicio tiene una connotación negativa en nuestra sociedad. ¿Entonces, cómo es que he puesto medicamentos?

¿Acaso el deporte no es sano?, es decir, ¿bueno para la salud?

¿Y viajar? ¿Acaso no aclara la mente y nos desconecta de nuestras aburridas rutinas?

¿Y las series magníficas que dan por la televisión?

¿Y qué hay de malo en trabajar para ganarse el pan? ¡Esto no puede ser malo!

Si habéis empezado a tratar las cosas como relativas, y no como absolutas, ya habréis entendido por dónde van los tiros.

Un medicamento nos puede ayudar a superar una enfermedad, y también nos puede matar.

El deporte hecho con regularidad puede ser una fenomenal forma para desconectar de las rutinas, relacionarse socialmente, y mejorar tu salud. Pero también puede usarse como vía de escape para no afrontar tus miedos o hacer un cambio de rumbo necesario en tu vida, o provocarte lesiones graves e irreversibles si no respetas los ciclos de reposo que necesita tu cuerpo.

Mirar una película o una serie en la televisión puede ser enriquecedor, pero si al llegar a casa lo primero que hacemos es tumbarnos en el sofá a tragarnos con un embudo los realities, los talk shows de putones y cocainómanos que no paran de chillar e insultar, nuestro cerebro al cabo de poco va a terminar peor que con dos años de adicción al caballo.

Las drogas de uso recreativo pueden servir también para romper la rutina del trabajo, y abrirnos socialmente a las personas que tenemos al lado, normalmente nos ayudan a expresarnos con más naturalidad, pero la dependencia a ellas puede llegar a ser mortal.

Para poder seguir con la explicación, hay que hacer un esfuerzo para entender la vida humana en su concepto holístico o global. No puedes intentar entender una parte de tu vida si no la pones en relación con las otras, porque en el fondo, lo que hay aquí es una vida, que se manifiesta externamente en las múltiples facetas de las que podemos llegar a tomar conciencia en el día a día. Tú intenta explicarle esto a un médico o científico y te va a enviar a la mierda, por la razón que dicho antes. Han sido “educados” para hacer trabajar únicamente su parte racional divisora, y necesitan algún tipo de “choque” emocional que les muestre su error para que se puedan bajar del burro. En eso estamos trabajando...

Un placer como los que he mencionado antes, se puede convertir en nocivo o en vicio, cuando lo usamos como vía de escape a algún problema que tenemos en nuestra vida. Es el camino fácil. Tomar un medicamento, machacarse los pectorales en una press banca, hacer volar la imaginación con literatura fantástica, o identificarnos con los héroes de nuestra serie favorita, pueden ser usados para tapar aquel problema, y posponer el momento de afrontarlo.

Es entonces cuando el placer deviene vicio. Únicamente y exclusivamente por miedo a afrontar la realidad de la vida, que a veces, nos guste o no, provoca situaciones complicadas que requieren de valentía y madurez para poder superarlas.

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